Autismo: un trastorno que crece

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Niño con autismoPor: Ps. Graciela Gares*
La ONU ha declarado el 2 de abril como Día mundial de Concientización sobre el Autismo. En Uruguay, padres y familiares emitieron este año una proclama, denunciando la profunda ignorancia que existe en el país acerca de este trastorno, la discriminación que las personas afectadas sufren en los centros educativos, en el mercado laboral, así como la falta de cobertura por parte del Sistema Integrado de Salud, para el oneroso tratamiento multidisciplinario que requiere el abordaje del niño o adulto autista.
Con sabiduría, la publicación de la Fundación Autismo Diario advierte: “el autismo no es importante hasta que te toca”.
Expertos en la materia sostienen que el autismo no es una enfermedad, sino un condicionamiento del desarrollo neurológico, que altera la interacción social y comunicacional del individuo con su entorno.
No toda persona autista funciona de la misma manera ni alcanza igual grado de desarrollo, ya que el sufrimiento autista se expresa de diversas maneras. Por ello se habla de Trastorno del espectro autista (TEA), Trastorno generalizado del desarrollo (TGD), Síndrome de Rett, Síndrome de Asperger, etc.
El conjunto de síntomas (síndrome) autista se caracteriza por la dificultad en la comunicación. Algunos autistas no desarrollan nunca el lenguaje hablado, otros desarrollan un lenguaje poco comprensible, hablan en tercera persona, etc.
Conlleva también una alteración del contacto social: el niño/a presenta mirada perdida, prefiere jugar en solitario, se sume en un mundo propio.
Además, suelen desarrollar conductas repetitivas (balancearse, caminar en puntas de pie). Sus intereses son restringidos, al punto que podrían pasar largo tiempo desarrollando una misma actividad sin cansarse. En ocasiones, ríen sin motivo, o tienen crisis nerviosas ante algún cambio inesperado que afecte sus rutinas.
Parecen no escuchar o no comprender cuando se les habla, aunque su audición es normal. Paradójicamente, ruidos moderados suelen molestarles muchísimo y apelan a taparse los oídos.
Expertos de la Sociedad Española de Psiquiatría Biológica señalaron que se está verificando un aumento significativo  de los casos de autismo y ello obedecería no sólo a causas biológicas, sino también ambientales.
Décadas atrás se diagnosticaba 1 caso de autismo cada 1.000 niños nacidos vivos; hoy día en Uruguay se estima (no existen censos) que podría estarse diagnosticando 1 caso por cada 100 nacimientos. En algunos países del primer mundo (Gran Bretaña, Estados Unidos, Australia, Nueva Zelanda) diagnostican con esta patología a 1 de cada 66 nacimientos (Dr. J. Mercola, U. de Illinois).
Muchas veces el diagnóstico se realiza en forma tardía por parte de los facultativos.
Cuando se llega al diagnóstico, la familia del niño autista enfrenta un período muy difícil de shock, negación, rabia, a veces culpa, quizá depresión, auto-cuestionamientos, hasta que logra re-armarse para aceptar la realidad y afrontarla. El impacto inicial suele ser devastador.
El autismo impone al núcleo familiar una gran carga emocional, social y económica.
Padres, hermanos, demás familiares y amigos del autista viven la problemática con angustia,  preocupación, temores e incertidumbre respecto al futuro.
A nivel social, la llegada de un hijo con este sufrimiento puede inducir  a sus padres a variar o restringir sus conductas sociales por miedo al qué dirán, temor al rechazo de su hijo o simplemente por el tiempo que les demanda ocuparse en apoyarlo.
El chico autista requiere recibir un apoyo multidisciplinario para estimular su desarrollo y procurar su autonomía. Ello supone la asistencia  de profesionales médicos, fonoaudiólogo, psicomotricista, acompañante terapéutico escolar, etc.
La economía del hogar también resultará seriamente afectada. Muy pocos de los gastos que demanda este abordaje son cubiertos por los sistemas de salud, en sociedades como la nuestra.
Por lo expuesto, se puede decir que la familia ingresa en un estado de estrés crónico y el desgaste resultante, en ocasiones, puede inducir a la separación de la pareja parental.
Resulta imprescindible, por tanto, que el matrimonio cuide de fortalecerse, destinando tiempo  al cultivo de la relación entre los esposos, así como que cada uno se procure espacios personales para “escapar de los problemas” desarrollando un hobby, un deporte, etc.
Muchas familias suelen encarar la situación como una desgracia.
No obstante, desde una perspectiva cristiana, podemos considerar que la persona discapacitada es un ser especial, hecho a imagen y semejanza de Dios, aunque esa semejanza esté temporalmente velada por sus limitaciones. La familia que recibe a un niño autista, recibe el reto de acompañar y amar a un ser especial. Con el respaldo y la ayuda de Dios el reto se puede volver más llevadero y lleno de propósito.  Y cuando estén frente al Creador, en la eternidad, podrán decir con satisfacción que cumplieron el desafío que se les encomendó.
El veredicto de la ciencia hasta el momento indica que el autismo no tiene cura.
Pero algunas investigaciones científicas de los últimos años estarían demostrando que no todo autismo es de origen genético e incurable.
La Dra. Natasha Campbell, una neuro-cirujana del Reino Unido,  recibió el diagnóstico de autismo de su hijo cuando éste tenía 3 años. Desde su especialidad, pudo investigar a fondo la patología y halló que muchos niños diagnosticados como autistas nacen con un cerebro sano pero con mala salud intestinal. Esa condición orgánica desfavorable determinaría que su sistema inmune sea muy vulnerable y por ello no estarían en condiciones de recibir vacunas. En caso de recibirlas, los metales pesados de las mismas (en particular, el mercurio) pueden atravesar la pared intestinal, llegando a la sangre y de allí trasladarse al cerebro, bloqueando su funcionamiento. La toxicidad en el cerebro conduciría a los síntomas autistas, perdiendo ese órgano la capacidad de aprender, alterándose también las funciones sensoriales.
Tal toxicidad sería no sólo responsable de trastornos autistas, sino también de dislexias, trastornos por déficit atencional e hiperactividad, entre otras perturbaciones.
Dado que la Dra. Campbell se especializó en Nutrición Humana, creó un programa denominado “Programa Nutricional GAPS”, destinado a recomponer la salud intestinal y limpiar el cerebro de metales pesados, por medios naturales.  Aplicando ese protocolo (disponible en internet), su hijo se recuperó completamente, saliendo del autismo.
Este tratamiento sería de aplicación en niños pequeños, víctimas de autismo “regresivo”, es decir, cuando el niño nace y comienza su desarrollo normalmente, pero luego de recibir vacunaciones o exponerse a alguna forma de toxemia, comienza a involucionar y pierde habilidades antes adquiridas (habla, relacionamiento social, etc.).
En su investigación, la Dra. Campbell señala que existe en la sociedad actual una epidemia de mala salud intestinal, resultado de estilos de alimentación y de vida tóxicos.
Este problema sanitario habría comenzado a gestarse a partir de la segunda guerra mundial, al descubrirse los antibióticos de amplio espectro, cuyo consumo abusivo por parte de la población produjo profundas alteraciones de la flora intestinal, arrasando con los microbios benéficos y permitiendo que microbios patógenos proliferen sin control en el intestino.
También el uso de pastillas anticonceptivas tendría efectos devastadores en la flora intestinal humana.
A ello deben sumarse hábitos alimentarios nocivos como el consumo masivo de alimentos procesados y refinados (azúcares y harinas), comida chatarra, con conservadores o colorantes químicos, etc.
Los niños que nacen actualmente estarían heredando la flora intestinal alterada de sus progenitores (padres, abuelos), y por ello algunos nacen con un sistema digestivo vulnerable y un sistema inmunológico comprometido. En tal condición, las vacunas podrían ser la última gota que derrama el vaso, opina el Dr. Mérola, respaldando lo investigado por la Dra. Campbell.
Ambos médicos llaman a la reflexión sobre lo que estamos haciendo con nuestro organismo en la cultura actual.
Como cristianos, no podemos menos que coincidir en la necesidad de tratar a nuestro cuerpo como una creación de Dios, que merece ser respetada y cuidada. Según el libro de Génesis, cuando Dios creó los distintos órdenes de seres vivos (plantas, animales, seres humanos) también les prescribió a cada cual su alimentación (Génesis 1:29 – 31, 9:3). Pero mientras animales y plantas han mantenido la pauta natural dispuesta por el Creador, los humanos nos dejamos llevar por la oferta de comestibles artificiales creados por fábricas movidas por el fin de lucro y así intoxicamos nuestros cuerpos y comprometemos nuestra salud.
El famoso naturópata chileno, el Dr. Lezaeta Acharán, en su libro “La medicina natural al alcance de todos”, se hizo eco de la sabiduría popular antigua incorporada en un clásico de la literatura:
“…..la salud de todo el cuerpo se fragua en la oficina del estómago”, le decía el Quijote a su escudero Sancho Panza.
Un pensador sostuvo que la flora intestinal humana es la cenicienta de la ciencia moderna.
Si el incremento sostenido en nuevos casos de autismo obedeciera a pautas alimentarias erróneas o toxemias derivadas de vacunas o del medio ambiente, estaría surgiendo una luz de esperanza respecto a su reversión.
Pero cuando la patología autista es de origen genético y por el momento incurable, pongámonos todos en la brecha para exigir al Estado un abordaje educacional multidisciplinario gratuito para el niño o joven con esta patología,  oportunidades laborales asistidas para el autista adulto, y una cobertura de cuidados digna para el autista mayor cuando queda sin sostén familiar.
Que nuestra actitud sea de inclusión, no discriminación, respeto y comprensión hacia quienes poseen una forma diferente de percibir y estar en el mundo.
Y si está a nuestro alcance, ayudemos a las familias afectadas por esta discapacidad a sobrellevar su reto.
“Ayúdense unos a otros a llevar sus cargas, y así cumplirán la ley de Cristo”. Gálatas 6:2
*Ps. Graciela Gares – Participa en la programación de RTM Uruguay que se emite por el 610 AM – Columna: “Tendencias” – Lunes 21:00 hs.

1 Comment

  1. neson ROLAND dice:

    AGRADEZCO A USTEDES TODAS LAS PALABRAS DEL EVANGELIO QUE DIA A DIA ESTAN PROCLAMANDO DESDE ESA RADIO…LES PIDO PUEDAN SEGUIR POR ESTA SENDA PARA LA SALVACION DE NUESTRA VIDA ESPIRITUAL.-DIOS LOS BENDIGA POR LAS SAGRADAS ENSEÑANZAS Y ANALISIS QUE HACEN DE LAS SANTAS ESCRITURAS .- ah! PERDON OMITI ELOGIAR LOS COMENTARIOS SOBRE LOS NIÑOS AUTISTAS .-

    Muchas gracias nuevamente . –

    nelson

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