“Carnaval: Tiempo de la Brillantina”

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murga“El sonido característico de carnaval ya está en todos los barrios y mucha gente se suma a esta expresión que se ha declarado como cultural. ¿Cómo debe el cristiano responder a todo lo que implica esta festividad popular? El Dr. Pandiani ha escrito el artículo adjunto en nuestro blog para ayudarnos a pensar en los contenidos de esta celebración que desafía a la fe a tomar posición. ¿Cuál es la suya? Le invitamos a dejar sus impresiones del artículo y del Carnaval uruguayo.”

Hasta de carnaval hablamos.

Por: Dr. Alvaro Pandiani

Y nobleza obliga a aclarar que no es un tema en el que seamos duchos, ni en su aspecto artístico, ni en su faceta como expresión cultural de hondo arraigo popular. Eso sí sabemos, que el carnaval uruguayo tiene un muy profundo arraigo en el corazón de la gente. Es que somos uruguayos, y vivimos en Montevideo, la “meca” del carnaval uruguayo. No podemos cerrar los ojos a la importancia que esta fiesta popular tiene para nuestra gente, aunque queramos; y ojalá que no queramos. Si, quiera Dios que mantengamos los ojos abiertos para conocer no solo las necesidades y anhelos, sino también los gustos, las costumbres, las manifestaciones culturales que hacen vibrar a nuestra gente. A aquellos que son nuestro objetivo en el cumplimiento de la misión que surge de la Gran Comisión: predicar el evangelio de Cristo a toda persona, de toda condición; hacer conocer el amor de Dios, manifestado en Cristo Jesús para redención del género humano, en todos sus aspectos.

Los cristianos evangélicos tendemos a ignorar el carnaval, y por eso sabemos poco o nada de esta festividad. Justificadas reservas sobre su carácter mundano e inmoral, así como acerca de las raíces paganas del carnaval, alejan a los cristianos apegados a la Biblia de los desfiles y corsos, de los tablados y bailes, de los disfraces, maquillajes, y aún de la música peculiar que lo caracteriza. Cada enero, cuando llega la época de carnaval, pensamos en la expresión que escuchamos a nuestros mayores en el evangelio acerca del significado del término, “carne de Baal”, y tomamos distancia, mientras nuestra mente evoca imágenes de sangrientos ritos paganos, en los que se ofrecían sacrificios humanos ante un ídolo grotesco.

Entonces, sorprende nuestra curiosidad descubrir que el período de carnaval tiene un lugar metido entre las fechas del calendario litúrgico cristiano. El carnaval arranca luego de la Epifanía (6 de enero), fecha que cierra el tiempo de celebraciones de la Natividad y las fiestas navideñas, y concluye la víspera del miércoles de ceniza. El carnaval uruguayo se ha caracterizado estos últimos años, entre tantas otras cosas, por su inicio cada vez más temprano. Lo que en los años de mi infancia, allá por la década del setenta, era una fiesta propia del mes de febrero, ha visto cómo su inicio (el desfile inaugural por la avenida 18 de Julio de Montevideo), ha ido adelantándose a fechas comprendidas en la segunda quincena de enero. Pues bien, tienen razón, porque el período de carnaval comienza el 6 de enero. Y finaliza, como recién se dijo, la víspera del miércoles de ceniza, primer día de la cuaresma de la Iglesia Católica, cuyo cuadragésimo día es el Domingo de Ramos, siete días antes de la Pascua de Resurrección.

Resulta sumamente interesante ver cómo, cada año, la fecha del carnaval varía y se modifica en función de la fecha de la Semana Santa. A diferencia de la Iglesia Ortodoxa, que celebra la Semana Santa en una fecha fija, la Iglesia Occidental (Católica Romana, y el Protestantismo por herencia) celebra dicho período en una fecha variable. En efecto, desde que a principios del siglo VI d.C. el monje Dionisio el Exiguo persuadió a la Iglesia de Roma, la Pascua de Resurrección siempre es el primer domingo después de la primera luna llena posterior al equinoccio de primavera del hemisferio norte. No deja de ser curioso que las fechas en que los cristianos recordamos en forma especial los días de la pasión, muerte y resurrección de Nuestro Señor Jesucristo, se fijen cada año en base a eventos astronómicos (cuando el sol, en su movimiento aparente, cruza el ecuador celeste, en este caso de sur a norte, comenzando la primavera del hemisferio norte, y la fase llena del ciclo lunar). Este hecho curioso podría esclarecerse si recordamos que el equinoccio de marzo, inicio del otoño para nosotros aquí en el sur, marca la llegada de la primavera para los pueblos del hemisferio norte, fundamentalmente europeos y de medio oriente, de cuyas culturas somos herederos nosotros, criollos descendientes de los europeos nominalmente cristianos que colonizaron estas tierras hace cinco siglos.

La llegada de la primavera se caracterizaba por el renacer de la naturaleza, luego del largo letargo invernal en que la mayoría de la vegetación parecía muerta, y muchos animales entraban en hibernación. El renacimiento primaveral de la naturaleza era celebrado en diversas culturas con ritos religiosos, variables según las diversas mitologías. También debemos tener presentes las fiestas relacionadas a las cosechas. Una de las principales festividades de Israel, estipulada en el Antiguo Testamento, es la Fiesta de las Semanas, o Pentecostés, celebrada el quincuagésimo día después de la Pascua, que señalaba la culminación de las cosechas, y revestía el carácter de fiesta religiosa, en la que se ofrecía a Dios ofrenda de agradecimiento por la abundancia del fruto del campo (Éxodo 34:22; Deuteronomio 16:9,10). Muchos pueblos de la antigüedad celebraban también festivales religiosos vinculados a la época de las cosechas, con rasgos y características que dependían de cada cultura, y su particular mitología.

Entre los antecedentes del carnaval se mencionan desde las fiestas que los antiguos egipcios celebraban en honor de los dioses Isis y Apis, las festividades que los griegos realizaban para Baco (el dios del vino, que según la leyenda resucitaba cada primavera), los festejos en ocasión de la cosecha de los muérdagos en la Galia, las fiestas del fin de la recolección entre los germanos, hasta las saturnales romanas de fines de diciembre. Entre diciembre y abril hay todo un ciclo de festejos religiosos paganos, en los que campeaban la danza, el canto, la disipación y el libertinaje sexual.

Incluso el propio término, carnaval, según autores que recientemente han estudiado su etimología, tiene un origen pagano, pues haría referencia a Carna, diosa celta de las habas y el tocino; o también al dios Karna de la mitología hindú. El carnaval tiene un claro origen pagano, sin que sea necesario buscar la etimología del término en una fiesta dedicada al dios Baal (carna-Baal); fiesta que bien pudo existir, pero de la que difícilmente derive el término carnaval, pues Baal se adoraba entre pueblos que hablaban lenguajes bien diferentes del español, en los cuales carne se decía de otra manera (en hebreo: basar).

La frutilla de la torta, en este carácter fuertemente pagano del carnaval, es su máximo personaje representativo y mítico: el dios Momo. Momo pertenecía al panteón griego; es un ser mitológico que personifica la burla y la ironía, descrito como un espíritu de inculpación malintencionada y crítica injusta. Su representación incluía una máscara, y un muñeco en su mano como símbolo de locura. Cómo el Momo de la mitología griega llegó a ser el rey del carnaval moderno no queda muy claro, aunque las características descritas lo hicieron desde el principio un excelente candidato para reinar durante esta festividad popular.

La Iglesia Cristiana combatió desde siempre al carnaval, y aparentemente usó para eso dos métodos: la abierta condena, y la cristianización de las costumbres. En cuanto a lo primero, leemos por ejemplo una diatriba del obispo Hincmar de Reims (siglo IX d.C.): Que el cristiano evite las manifestaciones ruidosas de alegría y las risas groseras, que no narre ni cante historias inapropiadas, que no autorice que en su presencia otros se abandonen a los juegos obscenos de los osos; que en esa ocasión no lleve puestas las máscaras de los demonios que el vulgo llama talamascas, porque se trata de prácticas diabólicas condenadas por los cánones de la Iglesia. (Philippe Walter; Mitología Cristiana; editorial Paidós; 2004, Pág. 78-9). Sobre la cristianización de las costumbres, podemos recordar la etimología del término propuesta en la Edad Media por la Iglesia Católica, según la cual carnaval vendría del latín carne-levare, que significa abandonar la carne.

Posteriormente se propuso el vocablo italiano carnevale (adiós a la carne). Ambas expresiones son muy semejantes, y parecen más propias del período siguiente (la cuaresma, durante la cual estaba prohibido el consumo de carne los días viernes) que del carnaval. Otra posible manifestación del intento de cristianización de las costumbres está dada por las numerosas fiestas en honor de los santos, en este período (San Antonio, 17 de enero; San Vicente, 22 de enero; Santa Brígida, 1º de febrero; San Blas, 3 de febrero; San Valentín, 14 de febrero). Las fiestas en honor de los santos fungirían como un sustituto cristiano de las antiguas festividades paganas que los pueblos estaban acostumbrados a celebrar en estas fechas.

Sin embargo, el carnaval quedó como una fiesta sin cristianizar. Un período de libertades en lo individual y para la comunidad, más allá de la rutina cotidiana, en el que hallaba cabida la alegría, la danza, el canto, la diversión, la burla, la crítica sarcástica, el desenfreno y la disolución moral. Tal vez la cuaresma católica pueda verse como un intento de la Iglesia por conducir al pueblo a la penitencia, terminados los excesos del período carnavalesco.

Además de su extensión en el tiempo (cuarenta días), el carnaval del Uruguay se nutre de otro elemento que le da una identidad propia: la participación de la población negra, y su ritmo musical peculiar y propio, el candombe.

Cuentan los memorialistas que ya en época de la colonia, concretamente el 6 de enero, la población de Montevideo asistía a la fiesta de los negros esclavos; cada tribu elegía un rey y una reina, marchaban por la ciudad vestidos con túnicas de colores llamativos, y concluían con cantos y danzas característicos de cada nación, acompañados por el sonar de los tambores; la celebración final se realizaba en el recinto, junto a la muralla sur. Pero no solo en esa fecha sonaban los tambores dentro de la ciudad amurallada. Dice el escritor costumbrista uruguayo Isidoro de María sobre este tema, en su obra Montevideo Antiguo, respecto de los usos y costumbres en el Montevideo Colonial: “La costa sur era el lugar de los candombes, vale decir la cancha, o el estrado de la raza negra, para sus bailes al aire libre… los domingos, ya se sabía, no faltaba el candombe, en que eran piernas lo mismo los negros, viejos y mozos, que las negras con licencia de “su merced el amo o la ama”, salvo si eran libertos o esclavos de algún amo de aquellos que los trataban a la baqueta, sin permitirles respiro”. Y sigue contándonos: “Cada nación tenía su canchita de trecho en trecho, media alizada a fuerza de talón… Los congos, mozambiques, benguelas, minas, cabindas, molembos, y en fin, todos los de Angola hacían allí su rueda, y al son de la tambora, del tamboril, de la marimba en el mate o porongo, del mazacalla y de los palillos, se entregaban contentos al candombe con su calunga cangué… eee elumbá, y otros cánticos, acompañados con las palmadas cadenciosas de los danzantes, que movían piernas, brazos y cabeza al compás de aquel concierto que daba gusto a los tíos”. Concluye el memorialista con algo que tiene sabor a reflexión: “Así la buena gente de ese tiempo, encontraba distracción inocente en los candombes, y la raza africana, entregada alegremente a los usos y recuerdos de Angola, parecía olvidar en aquellos momentos de jolgorio la triste condición del esclavo, y el día en que la codicia y la crueldad de los traficantes la arrancara de su tierra natal” (Isidoro de María; Montevideo Antiguo; Colección de Clásicos Uruguayos, Volumen 23, El Recinto y los Candombes, Págs. 279-80; Montevideo, Uruguay, 1957 ).

Con el correr del tiempo, esos candombes de cada domingo de la época colonial, se transformarían en una expresión más de nuestro carnaval: las Llamadas, las comparsas de negros y lubolos, el candombe. Así, al carnaval se agregaría, además de sus antecedentes paganos precristianos, el paganismo del negro traído a la fuerza de su África natal, y cristianizado bajo la prepotencia de sus nuevos amos. Pero aquellos candombes de los negros esclavos se volverían, a lo largo de los siglos XIX y XX, en algo más que el recuerdo de la libertad perdida en las tierras africanas, a través de los cánticos y bailes evocativos de su pasado pagano. Esas cadencias evolucionaron hasta cristalizar en un ritmo musical propiamente uruguayo, que ha pasado a ser un patrón de identidad cultural, no solo para la población afrouruguaya, sino para todos los uruguayos.

Y tal vez eso sea algo muy a tomar en cuenta por nosotros los cristianos. En un país en el que existe un Día Nacional del Candombe (el 3 de diciembre, fecha que recuerda cuando los tambores sonaron por última vez en el Conventillo Medio Mundo del Barrio Sur de Montevideo), y en el que hasta pudo verse por las pantallas de la televisión al Presidente de la República, el doctor Tabaré Vázquez, tocando el tambor y rodeado de vedettes que bailaban al ritmo del candombe; en el Uruguay, en el que el carnaval es una fiesta popular considerada de gran importancia, enraizada en el corazón del pueblo, y tiene su concurso oficial, fiscalizado por la Municipalidad, y una cobertura de los medios masivos de comunicación como casi ninguna otra manifestación popular tiene, excepto el fútbol; en un país en que comparsas, murgas, bailarinas, cantantes, y otra “gente de carnaval”, han quedado en el recuerdo por su popularidad, nivel artístico, y hasta por su canto a la libertad y contra el opresor, en aquellos años en que nuestro país había perdido la democracia, no podemos simplemente ignorar esta fiesta popular.

No tenemos por qué confraternizar con el paganismo del carnaval; pero sí debemos, como cristianos, rescatar el valor de las personas. De quienes tocan los tambores, de los que bailan, de quienes cantan y se disfrazan; también de quienes disfrutan con esta fiesta popular, y se divierten, ríen y emocionan con sus murgas, comparsas, revistas, humoristas y parodistas. Y debemos tener presente, como ya lo dijimos antes en otro lugar, que nuestras apreciaciones y opiniones sobre aquello que está cerca del corazón de la gente deben estar impregnadas del amor de Dios. Un amor que aproxima, humaniza y atrae, señalando el camino hacia la nueva vida en Cristo.

Materiales desarrollados para el espacio “Diálogos a Contramano” que se emite los días jueves en la programación de Radio Trans Mundial en el 610 AM de Montevideo a las 21:00 hs.

13 Comments

  1. maria gama dice:

    POR SUS FRUTOS LOS CONOCEREIS. POR SUS FRUTOS DIJO JESUS.
    LOS VERDADEROS HIJOS DE DIOS.
    DIOS ES EL MISMO DE AYER HOY Y POR SIEMPRE.
    LOS HIJOS DE DIOS EJEMPLOS PALPABLES DE LA BIBLIA PABLO PARA LLEVAR EL EVANGELIO DE SALVACION CAMINO EN DIFERENTES CULTURAS
    Y JAMAS JAMAS TOMO LAS TRADICIONES PAGANAS CULTURALES DE NINGUN HOMBRE JAMAS PREDICO UN EVANGELIO HUMANISMO.
    AL CONTRARIO PREDICABA EL ARREPENTIMIENTO DAVA LAS BUENAS NUEVAS DE SALVACION COMO LO ESTABLECIO JESUS.
    JESUS JAMAS DIO INSTRUCCIONES A SUS DISCIPULOS QUE TENIAN QUE COMPRENDER Y TOMAR EVANGELIO HUMANISTICO JAMAS.
    AL CONTRARIO PABLO EXORTABA A LOS CREYENTES DEL REINO CELESTIAL QUE CAMINEMOS EN SANTIDAD Y LLEGAR A LA META CON CRISTO JESUS A CASO NO LES DIJO A LOS GALATA.
    GALATAS INSESATOS EMPEZARON POR EL ESPIRITU Y TERMINARON EN LA CARNE.
    ARREPIENTASE Y VUELVAN AL PRIMER AMOR.
    CUIDADO QUE NADIEN LOS ENGANE CON DOCTRINAS DE HOMBRES O DEMONIOS.
    TENEMOS QUE TENER MUCHO CUIDADO Y PEDIR LA GUIANZA DEL ESPIRITU SANTO.

  2. Carolina Vallejo dice:

    Felicito el volver a tratar el tema. Lamentablemente muchas veces en el mundo cristiano evangélico se mira de reojo a la cultura,como es obvio esto no lo comparto.
    Tomo el carnaval y en especial el candombe como manifestaciones culturales que bien merecen un análisisantropológico, sociológico y hasta psicológico.
    Ambas manifestaciones en especial la segunda han sidomotivo de inspiración literaria, pictórica, escultórica e incluso se la ha llevado al cine o al teatro. Muy intersante ver la evolución del candombe en Figari o en pintores contemporáneos
    Ambas son parte de la identidad nacional y de l cultura. Hoy Montevideo es proclamada Capital iberoamericana del carnaval, existe un museo sobre la temática.

    Como cristianos debemos observar, analizar, reflexionar sobre las diferentes manifestaciones culturales. No debemos ensuciar lo que no es sucio en si mismo. Por supuesto hay cosas que no compatimos y no las compartimos.
    Bien interesante ver esto en relación a nuestra vida. Dios no discrimina, Dios ama en un presente continuo
    La burla , si la burla es todo un tema.No tenemos derecho a burlarnos de nadie, ni en ningún lugar. Muy por el contrario ser respetuosos.
    No debemos burlarnos ni en la intención, ni de palabra , ni en los hechos.
    Debemos actuar con sabiduría e inteligencia. Rescatar a la persona y amar sin discriminar, más nos amó y perdonó Dios a cada uno de nosotros; no se nos olvide.
    Gracias por tocar éstos temas de los cuales todos somos parte porque la cultura se construye entre todos.

  3. El carnaval del Uruguay es la expresión máxima de nuestro folclore y permite que todos se expresen y disfruten, con límites culturales claro.
    Su difusión se hace bajo parámetros comerciales, aunque hace unas décadas no se pensaba tanto en lo económico ,sino que la gente salía a la calle,en los tablados,en los salones, a divertirse; todas las edades se hacían presente. Ahora lleva camino a practicarse todo el año , por lo menos lo preparan varios meses y está bien siempre que sea naturalmete artístico en sus variados géneros; algo asi como un teatro móvil y popular.
    En nuestro país abarca a todas las clases sociales, por un motivo u otro.
    Es una carta de presentación del país, pues va unido al candombe único por su estilo,del mismo modo que el carnaval de Rio , de enorme magnitud es la samba.
    Entiendo que no hay orientación religiosa,como quieren asignarle, es una fiesta principal donde todos aportan y se mantiene extendida en el tiempo cada año, pues muchos viven de su creatividad.

  4. Adriano dice:

    Excelentes opiniones querido/as hermano/as, la fortaleza del Evangelio es que se resume en 2 máximas: ama a Dios con toda tu alma, tu mente y tus fuerzas y a tu prójimo como a tí mismo; en esto se resume todo. Pero el mero enunciado de esta verdad no cambió la Historia, lo que la cambió fueron los cristianos recién convertidos con sus actitudes especiales frente a la vida y la muerte. Pienso: ¿que actitudes podemos asumir en una fiesta que “está en el corazón de la gente”?, si creemos en un Señor que “…no vino a condenar al mundo, sino que sea salvo por él”, ¿cómo podemos vivir mejor esta fiesta como protestantes?.
    Pienso que hay valores del carnaval que son netamente del Reino: la libertad, el gozo, el decir lo que se piensa, la inclusión, el valor del ser humano, etc. y tal como hizo Pablo en Atenas cuando les habló a los griegos sobre “el dios no conocido”, tendríamos que repensar nuestro discurso y nuestra práctica para reivindicar junto a nuestros hermanos del carnaval esos valores que siempre hemos defendido, quizá el carnaval pueda también estar realizando la obra que los cristianos hemos dejado de lado.

  5. Carolina Vallejo dice:

    Comparto la idea de tener una reorientación de ésta fiesta popular Porqué no?
    Porqué no puede haber un cine , un teatro , un café , un museo u otros espacios culturales cristianos donde haya manifestaciones culturales con ese perfil . ¿Quién dijo que no puede ser? SI ES LA VOLUNTAD DE DIOS SI DIOS LO POSIBILITA SIN LUGAR A DUDAS QUE ASI SERÁ.
    Tal vez Dios puso esta idea en alguien , habrá que orar y esperar sus manifestaciones en su tiempo. El tiene un tiempo para cada cosa. Orar y esperar , tal vez se abra un proyecto que otros concretarán en otro momento. No siempre para Dios dos más dos son cuatro. Pero cuando estamos en su voluntad lo que otros digan no vale y sino miremos a Oseas. Habrá sido acusado , señalado, juzgado, criticado, enjuiciado; el hizo la voluntad de Dios y ni se inmutó.Dios tiene un plan para cada uno , un plan especial y distinto no se nos olvide. Dios es uno y no admite competidores.
    Puedo hablar con propiedad nací físicamente y luego espiritualmente en la comunidad cristiana evangélica. somos iguales en Cristo pero somos diversos pero todos hermanos en la fe. Hay distintas posturas debemos convivir y respetarnos; eso si la voluntad de Dios es la voluntad de Dios..
    no nos debe importar murmuraciones, obstáculos , críticas muy por el contrario es uno y Dios. Tengamos una mirada amplia siendo libres en Cristo y no ortodoxa.Vestíos del amor que es el vínculo perfecto.

  6. sembrador dice:

    Audaz el sueño del hermano José González. Verdaderamente valiente publicarlo en este blog. Mi hermano José, vas a caer en la boca crítica
    de los inquisidores evangélicos, pero a mí me parece que tu idea, de
    tan loca que es, es de las que le gustan a Dios. Oremos por su concreción.

  7. Jose Gonzalez dice:

    Un sueño para el futuro

    No sera ya hora de rescatar la celebracion popular uruguaya y reorientarla hacia los valores del Reino?

    Tal vez ya haya a esta altura del desarrollo del pueblo de Dios algun nucleo de cristianos evangelicos uruguayos a quienes el Señor pueda inspirar a iniciar un alcance cristiano hacia las artes (y los artistas) populares, que encuentan tanta expresion en las fiestas del Carnaval.

    Entiendo que para el grueso de la iglesia uruguaya, dado su trasfondo y ensenanzas, eso no seria permisible aun, y al principio, por lo menos, no seria comprensible. Pero, como en toda Reforma, tarde o temprano, alguien se va a atrever a sufrir la incomprension de los hermanos y lideres para obedecer un llamado divino. Algun dia individuos asi van a acercarse a la fiesta del Carnaval y a sus practicantes, por amor a El, a ellos y a nuestro pueblo, que celebra lo que no entiende y no conoce a Aquel que realmente vale la pena celebrar!

    Tal vez comiencen por aprender, junto a los impios, las artes musicales, los ritmos y los protocolos de la festividad. Lo que se haga habra que hacerlo bien, con corazon, dedicacion y telento. (La gracia de Dios es suficiente para mantener la pureza de corazon en alguien que Dios envia a ese tipo de mision, o si no no habria testimonio entre las prostitutas, los publicanos y los “leprosos” de cada epoca.)

    No me sorprenderia que ya haya esparcidos entre nosotros unos cuantos cristianos que hayan cultivado esos dones por llamado de Dios, o habiendo sido llamados a Cristo despues de haberlos cultivados antes de conocerlo. Si son nuevos en el Señor no conviene que vuelvan a sus antiguas artes, pero si ya estan bien establecidos, y sienten ese llamado, pueden, con buen acompañamiento espiritual, convertirse en pilares de esta vision.

    Sea el que fuere el caso, si hay un liderazgo espiritual que los aglutine, guarde y cultive, esos cristianos podrian dar una primera manifestacion de como los hijos de Dios celebramos las fiestas, ofreciendo a la poblacion una alternativa atractiva, gozosa y sana, como tal vez no la hay.

    Un segundo paso poddria ser crear un espacio especial, un “tablado familiar donde se invite a un nucleo bien selecto de agrupaciones a demostrar sus destrezas, ante nuestro publico y un publico de familias invitadas. La salvedad es que no se permitiran groserias, indecencias, gestos ni palabras ofensivas a Dios ni a los niños y jovenes en la audiencia. Premios, publicidad y un trato como solo lo pueden dar los que conocen al verdadero Amor, haria que los que participen en este tablado familiar experimenten la diferencia en trato, conducta y gozo, y se sientan atraidos a su Autor.

    Por ultimo, sueño con que algunos futuros equipos de cantico, danza y alabanza, (escasos y aun no muy bien vistos dentro de muchas iglesias) aprendan a contextualizar la expresion de nuestro amor a Dios en un empaquetamiento de tipo carnavalesco. Naturalmente, tendria que ser un programa decoroso, edificante, verdaderamente bello y tendran que tener un liderazgo muy solido (y talentoso), y un fuerte acompañamiento e intercesion para cobertura espiritual. Ellos le podrian llevar a nuestro pueblo uruguayo, que se apiña como ovejas sin pastor en torno a los tablados que solo ofrecen comida ofrecida a los idolos, una muestra de lo que Dios nos ha dado a Sus hijos: gracia, libertad, gozo y poder, salpicado de testimonios y verdades biblicas, y saturado de amor.

    Los que estan siendo llamados, no se van a conformar solo con una muestra, sino que querran sentarse al banquete.

  8. Rafael Horton dice:

    Cualquier expresión de la cultura popular, donde se conglomere muchas personas, es una estupenda oportunidad que nos dá el Señor para repartir tratados hablando de SU AMOR y la oportunidad de una preciosa vida eterna.

    Lo he hecho, en carnaval, actos políticos, fiestas privadas, caminando por 18 de Julio en un Sábado de tarde o por la rambla en un lindo día del año…

    Debemos ver en TODAS las oportunidades, algunas de ellas como lo es el famoso CARNAVAL, el cual nunca me gustó, un recuerdo de lo que Dios nos envió hacer… CONTARLE AL MUNDO PAGANO DE SU AMOR Y SU OFERTA DE VIDA ETERNA !

    Y… MIENTRAS ELLOS SE DIVIERTEN EN SUS ORGÍAS Y BORRACHERAS… NOSOTROS NOS DELEITAMOS CON LA FELICIDAD DE SERVIRLO A EL.

  9. Carolina Vallejo dice:

    Quiero confirmar que el Dr. Barrán en sus dos obras Historia de las Sensibilidades trata el tema (dos capítulos)
    Otro material es la investigación de Milita Alfaro (1850-1950) publicada en un libro “Bacanales”.
    Sigo sosteniendo muy buena investigación que animo al investigador profundice. Tb. puede utilizarse prensa de diferentes épocas (diarios, revistas). Asimismo usar la técnica de entrevista para recabar información cualitativa ,sería interesantísimo plantear ¿qué siente el carnavalero cuando se pinta la cara , cuando se prepara la lonja?etc.
    ¿Cómo vive el carnaval?etc.
    Insisto el carnaval con sus diferentes representaciones son espectáculos públicos como ir al cine, al teatro, a un concierto,etc.
    Deseo que esto sea la primera etapa para un libro. VESTIOS DEL AMOR ES EL VINCULO PERFECTO. ADELANTE!!!!!

  10. sembrador dice:

    Yo, que entro al blog muy de vez en cuando, voy a opinar también sobre este artículo. O mejor dicho, voy a opinar sobre lo que opinan los que opinaron. En primer lugar, me da la impresión que C.Vallejo, al decir: SI ANGEL RAMA (ESCRITOR Y ACADEMICO) RESCATA A “LOS SIN VOZ” ENTRE LOS CUALES SE ENCUENTRA EL NEGRO CUANTO MÁS NOSOTROS DESDE NUESTROS PRINCIPIOS CRISTIANOS DEBEMOS CONSIDERAR A “TODOS” PORQUE TODOS Y CADA UNO SON NUESTRO PRÓJIMO A QUIENES DEBEMOS AMAR, entendió más el espíritu del artículo que E.Rovelli, cuando dice por ejemplo que el artículo es condescendiente con UN EVENTO QUE SIEMPRE ESTUVO Y ESTÁ, TOTALMENTE A CONTRAMANO DE LA CONCEPCIÓN CRISTIANA, hecho que está claramente expresado, y aseverado, en el artículo.
    Pregunto, ¿E.Rovelli estaba tan apurado/a que no leyó el párrafo final del artículo (que comienza diciendo: NO TENEMOS POR QUÉ CONFRATERNIZAR CON EL PAGANISMO DEL CARNAVAL; PERO SÍ DEBEMOS, COMO CRISTIANOS, RESCATAR EL VALOR DE LAS PERSONAS)? Todo lo que dice acerca de la procacidad, la ambigüedad sexual y el consumo de alcohol y drogas es muy cierto. Por eso los cristianos no vamos a los desfiles, corsos y tablados. Creo que la intención fue acercarnos a la gente, a nuestra gente, porque es a esas personas, que disfrutan del carnaval, a las que debemos predicarles el evangelio. En eso comparto el espíritu del artículo.
    Rovelli, si te parece hipócrita el auge del candombe y el uso del tamboril como reivindicación de los negros del Uruguay, andá hasta Mundo Afro, en Reconquista y Ciudadela (Montevideo), y deciles. No te van a mirar con buena cara. Es un elemento cultural establecido, nos guste o no.
    A mí me pone nervioso que alguien cristiano/a exprese cosas tales como: LA POSICIÓN DEBE SER SÓLIDA Y SIN CONTEMPLACIONES. ¿Cómo que sin contemplaciones, Rovelli? Yo te entiendo; a mí también me enferma este nuevo concepto de la tolerancia, que todo lo permite; repito lo escrito por el Dr. Pandiani: NO TENEMOS POR QUÉ CONFRATERNIZAR CON EL PAGANISMO DEL CARNAVAL. Pero sin contemplaciones suena a rigurosidad inflexible desprovista de amor. Otra vez me parece que C.Vallejo entendió mejor el artículo cuando dice: ESTOY DE ACUERDO EN ACERCARNOS, VALORAR, ENTENDER, COMPRENDER DENTRO DE NUESTRA VISIÓN Y POR AQUELLO DE “VESTÍOS DEL AMOR QUE ES EL VÍNCULO PERFECTO”.
    Ojo Rovelli con la falta de amor, que así empezó la Inquisición.

  11. E.Rovelli dice:

    El aporte del Dr. Pandiani sobre el carnaval es muy interesante. No obstante, creo que muestra una cierta condescendencia hacia un evento que siempre estuvo y está, totalmente a contramano de la concepción cristiana. Por otra parte, la “duración” del carnaval, en general, ha sido acotada en todas las sociedades (los famosos 3 días), justamente porque la carga de conductas antisociales podría generar situaciones difíciles de admitir en toda sociedad organizada. En ese sentido, los carnavales uruguayos de la época de la “sensibilidad bárbara”, en el Uruguay del siglo XIX, estaban estrictamente limitados en el tiempo. Desde hace muchos años en nuestro país tenemos un “carnaval” muy largo, sin grandes excesos aparentes, pero que como tal manifiesta una exaltación de la guaranguería, la procacidad, la ambigüedad sexual, a lo que se agrega un especial consumo de alcohol y drogas, como algo más o menos natural y asociado a la naturaleza del evento. Por otra parte, en los últimos años, además, se ha convertido en un “gran negocio”…Si ello es un componente de la “cultura nacional”, es una polémica a cargo de la ciudadanía en general. Pero como cristianos, creo que la posición debe ser sólida y sin contemplaciones. En otro plano, el auge del candombe y el uso del tamboril como práctica social, si se desea presentarlo como una reivindicación de los negros del Uruguay, me parece bastante hipócrita, pues la mejora en su condición pasa por otros caminos. Que los políticos toquen el tambor y aparezcan rodeados de vedettes, no es más que – como mínimo – una muestra más de la conocida demagogia de esa clase dirigente.

  12. C.Vallejo dice:

    1/2/08 Nobleza obliga. Podría agregarse la mirada antropológica (Renzo Pi Hugarte, Elizabeth Onega , Daniel Vidart y otros. Los dos primeros son dl Area de Antropología de la Fac. de Humanidades- UDELAR

    Asimismo en Historia de las Sensibilidades deDr. José Pedro Barrán hay algo. Me pareció importante hacer éste agregado que enriquecería la excelente investigación. Gracias CV

  13. C.Vallejo dice:

    No los puedo escuchar siempre,del prog. del 30/1/08 puedo decir lo siguiente:como podemos tomar ejemplos desde nuestros principios cristianos, “desde una mirada cristiana”. Una actitud de humildad sabiendo que desde ese lugar debemos escudriñar y retener lo bueno. Cuantas cosas se pueden rescatar para analizar. Por otro lado si Pedro Figari (entre otras cosas pintor)rescata la figura del negro y la revaloriza. Si Angel Rama (escritor y académico) rescata a “los sin voz”entre los cuales se encuentra el negro cuanto mas nosotros desde nuestros principios cristianos debemos considerar a “todos” porque todos y cada uno son nuestro prójimo a quienes debemos amar.Además el color de la piel no significa nada ni como cristianos ni para definir una raza.
    Estoy de acuerdo en acercarnos, valorar , entender , comprender dentro de nuestra visión y por aquello de “vestíos del amor que es el vínculo perfecto”. Desearía que continuaran trabajando temáticas culturales para desmistificar ciertos planteos segregacionistas. Excelente y gracias.

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