“Una persona es una persona, por pequeña que sea.”
Horton
Tanta fue la insistencia e interés de mi hijo de 5 años por ver “Horton y el mundo de los Quién” que allí fuimos. Pop y refresco en mano (como no podía ser de otra manera). ¡Y fue una sorpresa! En un mundo en que el desprecio de los más fuertes hacia los más débiles es pan de todos los días; ver esta película infantil que revaloriza lo que es el respeto a la persona por más pequeña que sea fue refrescante.
Horton, un elefante de gran corazón, descubre accidentalmente la existencia de un microcosmos y una pequeña civilización (Los Quién) que habita en una simple partícula de polvo depositada en una flor de diente de león, o un “panadero” para nosotros. Lo interesante del caso, es que Horton no los puede ver, solo escucha la voz de uno de ellos (El Alcalde) con quién entabla una conversación. Pero nadie le cree. Incluso la canguro, auto proclamada reina de la jungla donde se desarrolla la escena, le dice que su conducta es inaceptable y que está creando confusión en todos sus súbditos. Usando su lógica ella afirma que si no puedes verlo, oírlo, o sentirlo, simplemente no existe. Creer en que exista un mundo en una partícula de polvo es absolutamente ridículo, y que esa creencia confunde y pone en peligro el mundo “real” en que ellos viven.
Al final, “Horton y el mundo de los quien”, se transforma en una película sobre la fe. Creer en algo o alguien más grande que no podemos ver con nuestros ojos y en un plan y propósito que es mayor que nosotros y del mundo inmediato que nos rodea fue el desafío para los Quién y para los animales que contemplaban la partícula.
Es la disyuntiva a la que el hombre siempre ha estado enfrentado desde su visión tan encasillada a lo material. Horton desafía a todos sus amigos, y ellos logran finalmente escuchar la voz de los Quien desde la partícula, en un final dramático, en medio de un juicio al elefante en que la vida de estos diminutos seres pendía de un hilo. Horton estuvo dispuesto a perderlo todo con tal de salvar a estos microscópicos seres y su civilización. ¿Le suena conocido el cuadro?
Me preguntaba, mientras veía la película y escuchaba reiteradamente la frase de Horton, cuánto se desprecia la vida de millones de niños por nacer y se los elimina sin piedad diariamente. Hay muchos que no los consideran personas, debido al lugar donde se encuentran, su grado de desarrollo y su tamaño, generando argumentos “racionales” para imponer una lógica carente de sensibilidad al más débil.
Creo que necesitamos más “Hortons” ante la embestida actual del desprecio a la vida que proclamen a viva voz, aún con la posibilidad cierta de ser ridiculizados, que “una persona es una persona, por pequeña que sea.”
El rey David escribía inspirado por Dios: “Mi embrión vieron tus ojos, y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas que fueron luego formadas, sin faltan ni una de ellas.” (Salmo 139:16). ¿Qué cosa más pequeña que una persona en estado embrionario? Respetémosla.
Lic. Esteban D. Larrosa
5 Comments
Lic. Esteban Larrosa:
Adelante!! Me parece muy oportuna tú respuesta y lo más importante respetuosa en lo que dice y cómo lo dices. Y realmente “dialogar con la cultura” Estupendo.
Lic. Carolina Vallejo
Sí, señor, tiene razón el licenciado.
Estimado Vasilio:
Muchas gracias por tu comentario.
No se si has visto la película… pero te recomiendo lo hagas.
Gracias a Dios están apareciendo producciones de este tipo que están incluyendo en su creación no solo entretenimiento, si no también un mensaje que resalta uno o varios valores importantes. De esta manera el arte desarrolla una actividad pedagógica más efectiva que muchas clases formales en el aula escolar.
Pienso en este sentido, que los cristianos deberíamos utilizar más el arte, tal como hizo C. S. Lewis o Tolkien con la literatura fantástica, para transmitir con esta herramienta, valores que desarrollarán raíces en el corazón de los niños. En este sentido la capacidad artística de Cristo para crear y contar historias es fabulosa. A través de las parábolas, enseñó en forma tremendamente efectiva las verdades del reino de Dios que más marcaron a sus discípulos.
Pienso en este sentido, que deberíamos dialogar con la cultura y sus productos, algunos buenos otros pésimos, para entender las recetas que se le están enseñando a nuestros hijos por medio de obras de este tipo, y que muchas veces son más poderosas que otros medios de comunicación.
Atentamente,
Esteban Larrosa
estoy en contra del aborto porque estoy a favor de la vida, no solo del feto , sino de la madre, y por sobre todo de la familia, si seguimos asi seria una idea considerable matar los pobres para terminar con la pobresa!
concientizar, educar para no llegar al extremo de matar a quien por indefenso , para algunos termina siendo “desechable”
pero Licenciado , con todo respeto, se nos fue la mano en extender esto a HORTON y los QUIEN,, no se , me parece!!
bendiciones
vasilio
Muy bueno el abordaje,sencillo pero profundo. A todos en el lugar donde estemos nos hace pensar. Desde repensar “el feto como primer paciente pediátrico” y por lo tanto valorar la vida desde siempre. Asimismo valorar a todas las personas , todas son valiosas y merecedoras de respeto.
En el desacuerdo o en el acuerdo hay algo que debemos tener presente como cristianos y ni perder :el respeto. Nos enseña a saber escuchar , a ponernos en el lugar del otro, a conocer otras opiniones y a valorarlas qunque no comulguemos. Nuestra actitud como cristianos humilde y no soberbia para escuchar, comprender y desde nuestra òptica cristiana con mansedumbre, templanza dar a conocer nuestra opinión.
Gracias y adelante
PD: Buen abordaje didáctico del columnista tomando hechos del contexto y por lo tanto cercanos al público . Adelante,
Lic. Carolina Vallejo