El año 2008 nos ha impactado con sonados casos de pedofilia, el detonante de la ola fue el caso de Pamela Silva y luego una seguidilla que parece no termina más. El Dr. Alvaro Pandiani en su artículo “La Delgada Línea Roja” plantea una serie de interrogantes que deberíamos contestarnos. Este es el tema en la columna “Diálogos a contramano” (el 19 y 26 de Agosto) con el Dr. Pandiani en la programación de Radio Trans Mundial Uruguay por el 610 AM, 21:00 hs.
Pandiani dice en parte de su artículo: “¿Por qué es ‘execrable’ la pedofilia? La pregunta puede parecer superflua; nadie en nuestra sociedad dudaría en calificar como detestable, repugnante, atroz, horrible, malo, etc, el someter a un niño o niña a prácticas sexuales. Cualquier forma de violencia sexual, de sometimiento de una persona, por la fuerza física o la presión de la amenaza o la tortura psicológica, para satisfacer los apetitos sexuales de quién somete, aunque la víctima sea un adulto, resulta visceralmente repudiable. Cuanto más cuando la víctima es un niño, inocente e indefenso del punto de vista físico y psicológico, frente a la dominación de un adulto más fuerte, y con una mente más compleja, bien que retorcida y perversa, que sabe manejar los recursos de la seducción, la mentira y la amenaza. La cosa empeora cuando el invasor es alguien de la propia familia, el padre o quién ocupa el lugar de tal; alguien que debería ser el depositario de toda la confianza del niño/a, el que provee a sus necesidades (materiales y emocionales) y le protege de los peligros externos de un mundo poco conocido, pero que se transforma en cambio en un usurpador de la intimidad de su cuerpo, que el niño/a conoce también poco, pero que ya se le ocurre complejo, y propio.
El punto es que lo execrable del hecho se relativiza, cuando pensamos que la pedofilia, que estaría en la base de estos casos de abuso sexual de menores, se encuadra dentro de los trastornos sexuales llamados parafilias, cuya definición tampoco es absoluta; leyendo nuevamente en el texto médico citado, encontramos un poco antes en la misma página: ‘La definición de parafilia (activación sexual ante estímulos considerados no normales) ya deja traslucir lo problemático que puede ser su diagnóstico si se tienen en cuenta las costumbres de las distintas culturas’.
Entonces, si el carácter normal o anormal de una conducta se define en función de las costumbres, de las pautas culturales, podemos honradamente preguntarnos si el carácter execrable, abominable y atroz de estos hechos de abuso sexual en menores de edad, no está en función de la cultura de nuestra sociedad. ¿No será que lo aborrecible de la pedofilia depende de nuestras costumbres, dictadas por el uso heredado de nuestros mayores? ¿No dependerá de costumbres aprobadas o reprobadas según nuestros conceptos sobre la sexualidad? ¿No dependerá, también, de las opiniones del momento sobre qué prácticas sexuales son lícitas, y cuáles no? ¿No estará en función, además, de qué valor demos a la niñez como etapa fundamental en la formación de la personalidad, y al niño/a como persona que tiene plenos derechos a ser amado, cuidado, respetado y protegido?
En fin, ¿no depende, en última instancia y mal que le pese a muchos, de nuestras creencias acerca de lo que está bien y lo que está mal?
Porque al hacer esta consideración, se impone una gran interrogante: ¿cuál es el metro patrón que tomamos para definir nuestras creencias, y nuestro particular concepto de lo que está bien o mal? ¿Cuál es ese patrón que nos indica dónde trazar la línea, la delgada línea roja que nos advierte del límite que no deberíamos traspasar, so pena de incurrir en algo lamentable, incalificable y detestable?”
* “La Delgada Línea Roja” fue publicado originalmente por Iglesia en Marcha.net
4 Comments
Si bien es cierto que en el comportamiento humano mucho influye la cultura y costumbres de los pueblos, es para mi manera de ver, desde cualquier punto de vista execrable el abuso en cualquiera de sus formas. Los individuos en la sociedad actual, lamentablemente viven ensimismados queriendo tapar bajo cualquier excusa el dolor y sufrimiento ajeno. Hay muchas prácticas vergonzosas, en este caso sexuales, limitadas a un círculo social que son realmente repudiables. En definitiva, considero que la falta de temor a Dios y deseo de satisfaccion personal a cualquier precio, transforma al hombre en un ser alejado completamente del plan original del Creador.
Cuando leo, o escucho sobre casos de aboso a menores ó mayores contra su voluntad, reconsidero que ya la palabra en Romanos en Cap. 1 nos dice: que por no tenerle en cuenta, el nos abandonó a sufrir de estos hechos.-
(Rom 1:26) Por esa razón, Dios ha dejado que esa gente haga todo lo malo que quiera. Por ejemplo, entre ellos hay mujeres que no quieren tener relaciones sexuales con los hombres, sino con otras mujeres.
(Rom 1:27) Y también hay hombres que se comportan así, pues no volvieron a tener relaciones sexuales con sus mujeres y se dejaron dominar por sus deseos de tener relaciones con otros hombres. De este modo, hicieron cosas vergonzosas los unos con los otros, y ahora sufren en carne propia el castigo que se buscaron.
(Rom 1:28) Como no han querido tener en cuenta a Dios, Dios los ha dejado hacer todo lo malo que su inútil mente los lleva hacer.
Estudiando para preparar unas clases me encontré con la reelectura del Cap. 1 del libro Educación y Sociología de E. Durkheim. Si bien el autor define allí el concepto de educación. Queda bien en claro cómo la Sociedad demanda al Estado y éste vehiculiza por medio de la educación en una institución llamada escuela las exigencias y planteos de aquella. Me tomo el atrevimiento de indicar su lectura. Allí queda bien en claro algo planteado anoche en relación a ciertos grupos y ciertas demandas impensadas en otro tiempo. Esas demandas salen de ciertos grupos , no siempre mayoritarios que presionan desde la Sociedad para lograr que el Estado por medio de sus poderes vote determinadas leyes,¿me explico?
El autor citado es positivista y relacionado con el liberalismo base de la sociedad capitalista. Propiciaba el statu quo y la homogeneización de la sociedad.
Existe si, una delgada línea; nadie está libre. Es increíble cómo Dios está detrás de éste espacio de resistencia, espacio democrático y permite que se traten temas que golpean a nuestra sociedad como una gran honda expansiva.
Exitos y bendiciones. Lic. Carolina Vallejo
Después de un desperfecto técnico me puedo comunicar. He intentdo recomponer mi planteo perdido.
Es increíble pero creíble. cuando ayer antes del prog. leí esto me pregunté:
¿No será que estamos en los albores de naturalizar éstas prácticas? Aludiendo a lo planteado en el material . Al escuchar el prog. coincidimos con el columnista. Dios obra y si podrá obrar.
Confieso que no leí en su totalidad el artículo En Iglesia en marcha, me dio mucha tristeza. No es profesional pero sí humano y no pude.
Al leer éste artículo considero lo siguiente: se desprende de la definición citada una clara articulación lo médico o lo que establece la medicina con lo antropológico.
Y digo lo antropológico por la referencia a lo cultural. Un antropólogo diría el “animal humano” en distintas tribus, grupos clanes, etc. tiene prácticas o es sometido a rituales , rituales iniciáticos que por ej. en muchos casos tiene que ver con esto que consideramos execrable.
Él antropólogo describe, analiza las prácticas culturales dentro de un contexto. Podrá estar o no de acuerdo.
Desde la medicina se hará la valoración ,no sería ético hablar de éste campo que no manejo. El columnista puede sin lugar a dudas hacerlo.
La situación, el hecho es execrable y todo lo demás. Una clara relación de dominación , dominante – dominado que por otra parte con la fotografía es elocuente.
Se que Dios le dará al columnista la sabiduría para seguir profundizando en un tema que afecta algo tan sagrado como la vida . Y esto tiene relación con lo planteado en el artículo anterior : el intento de quitarle lo sagado a la vida.
Cada vez que pienso en esto :Jesucristo nuestra salvación, nuestra roca fuerte. Es nuestra tabla de Salvación y de vida en momentos tan repulsivos. vivamos no una religión sino a Jesucristo.
Sigo pensando. Exitos y bendiciones. Lic. Carolina Vallejo