La esperanza cristiana en la era poscristiana – Tercera Parte
22 octubre 2008La esperanza cristiana en la era poscristiana – Cuarta Parte
28 octubre 2008Muchos creen que la política es la que dirige los destinos sociales y que a través de ella se pueden producir cambios profundos en la sociedad. ¡Craso error! En esta época al menos, la manera de pensar y actuar la manejan los productores culturales que no están necesariamente alineados con los dirigentes políticos.
Más bien encontramos que los paradigmas de las nuevas generaciones son moldeados por los operadores artísticos en sus diferentes disciplinas (música, pintura, cine, televisión, Internet, etc.).
Es que el arte tiene una fuerza única que sutilmente va dirigiendo la manera de entender y procesar la realidad, que termina volviendo caduca cualquier tipo de legislación. Como ha dicho el Prof. Salvador Dellutri, el artista es un profeta porque percibe con su especial sensibilidad lo que se está gestando en el seno de la sociedad, pero que todavía luce invisible para la mayoría. Por ello, quien tiene el control de los medios culturales socialmente validados, es quien marcará las pautas con qué se entiende la realidad, y por consiguiente de cómo se actuará en consecuencia.
Con esto en mente, les invito a mirar la realidad de la mano de tres artistas que desde hace 25 años están educando la cultura occidental: Michael Jackson, Madonna y Prince.
Según el diario La Nación de Buenos Aires, este año Prince (el 7 de junio), Madonna (el 16 de agosto) y Michael Jackson (29 de agosto) soplaron “50 velitas, con distintos presentes y futuros, pero con un pasado que los encumbró para siempre a los tres en la cima de mitos de la música pop.” El diario argentino tituló su artículo en forma sugerente: “Los mandamientos del Pop”. Me gustaría tomar algunos de esos “mandamientos” y ver cómo están afectando la cultura y estilo de vida de toda una generación.
El Primer mandamiento del Pop de acuerdo a la vida de estos tres artistas reza:
SERÁS LO QUE QUIERAS SER.
Muchos como ellos, nacidos en el seno de una familia de clase media trabajadora norteamericana, con familias que desarrollaron estructuras complejas, sueña con ser alguien más y salir del montón. Prince, Madonna y Michael Jackson se lanzaron en una búsqueda frenética que los convirtió en camaleones, disfrazándose y reinventándose constantemente para llegar a ser algo diferente del contexto familiar que les dio luz. Como dice el cronista:
Los tres desearon ser otros, quisieron ser más que sus propias ambiciones y limitaciones, quisieron ser dios y demonio, y ser tratados como espíritus superiores, libres, caprichosos. Ni hombres ni mujeres, seres bellos e incoloros. Querer, tener, ser. La pequeña bailarina, el niño prodigio, el joven conflictuado.
Qué importante es en el ser humano el deseo de superación, pero cuando ese anhelo se convierte en obsesión y negación de sus raíces, se transforma en una peligrosa carrera sin cinturón de seguridad cuyo fin puede ser un muy doloroso choque. A menos que aceptemos de dónde venimos, difícilmente sabremos hacia dónde vamos. No es extraño entonces que hoy estos referentes sociales sean “padres disfuncionales que juegan a ser hijos debajo de sus disfraces de Peter Pan del siglo XXI.”
Sin dudas Prince, Madonna y Michael Jackson demuestran vidas problemáticas en las que les faltaron referentes de los cuales aprender y sostenerse para proyectarse. La madre de Madonna murió cuando tenía cinco años, su padre se volvió a casar con su niñera y ella lo consideró una traición. Dedicó parte de su adolescencia a llamar la atención de su padre tratando de recobrar el cariño que creía había perdido por la irrupción de la madrastra. En el caso de Prince, los padres de Prince se divorciaron cuando él tenía seis años, fue a vivir con su padre quien lo terminó echando de su casa cuando quiso propasarse con la nueva novia de su progenitor. Michael Jackson es el séptimo de una familia de nueve hijos y cuyo padre fue operario de una fundición de metal, lo que apenas le daba para vivir. Además, enfrentó la separación de sus padres. Joe Jackson conociendo el talento de sus hijos los explotó comercialmente logrando un rutilante éxito con los Jackson Five, queriendo vivir en sus hijos su sueño frustrado como músico de cabaret.
No es extraño el por qué han seguido esta fijación enfermiza de querer distanciarse lo más posible de sus raíces, buscando ser algo diferente, pero repitiendo en otras formas el mismo error (potenciado por su exposición pública) en sus propias familias y relaciones amorosas.
El General San Martín en los consejos y recomendaciones que le dejó a su hija le da un giro completamente diferente a este mandamiento del pop de hoy. El le dijo a su hija:
“Serás lo que debas ser, o no serás nada.”
Hoy tenemos a toda una generación queriendo aplicar la máxima: “Serás lo que quieras ser” a toda costa, y sin importar el precio. Lamentablemente, el destino para ese viaje frenético los puede conducir a la nada.
Los tres artistas en cuestión son producto de familias en las que faltó este tipo de contención. Ellos representan a toda una generación de hijos de familias disfuncionales que necesitan encontrar al Padre Dios, quien puede ayudarles a satisfacer su hambre de paternidad responsable. Sin embargo, Dios no nos creó como robots para actuar mecánicamente, sino que nos otorgó la libertad para que decidamos cómo queremos caminar en la vida. El no quiere criaturas que le obedezcan por la programación de sus mentes, como si fueran una computadora, sino por amor. Tal cual debería ser la relación de un padre con su hijo.
Dios nos conoce, nos hizo, nos dio vida y quiere una relación significativa con cada uno de nosotros. Él puede darles el significado que precisan para dirigir sus vidas a ser lo que deben ser.
Lic. Esteban D. Larrosa
Director RTM UY
2 Comments
EN REALIDAD SECUCHO ATRAVES DE LA BIBLIA EN LA RADIO CULTURAL DE MI PAIS GUATEMAMA YO VIVIVO EN COBAN Y ME GUSTACIA RESIBER LOS BOSQUEJOS DE ELLOS Y LE DESEO MUCHAS BENDICIONES A ESTE MINISTERIO, PORQUE ES DE BENDICION PARA MUCHAS PERSONAS.
Comparto ampliamente lo expresado. Considero muy fuerte la incidencia de los mass media son un poder paralelo y competidor por ejemplo con la institución educativa, con la educación, etc. formadores en un amplio porcentaje de opiniones erróneas y que llevan a concepciones distorsionadas.