Redención

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redencionpor J. Vernon McGee

En el Nuevo Testamento hay tres palabras griegas que se traducen con la palabra “redimir” en castellano. La primera de ellas, agoradzo, significa “comprar en el mercado.” La imagen aquí es del ama de casa realizando la compra del día. Encuentra unos vegetales y una carne para asar, y los compra. Al pagar el precio ya es de su pertinencia.
La idea aquí en esta palabra, agoradzo, entonces, es de comprar y llevárselo.

Esta es la palabra que Pablo utiliza en 1 Corintios 6:20.

Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios.

La palabra griega exagoradzo significa “comprar del mercado”, y conlleva la idea de comprar algo para su propio uso. Alguien podría irse al mercado y comprar esa carne y los vegetales para llevarlos a otra ciudad y venderlos con ganancia. Exagoradzo significa, sin embargo, comprar del mercado para nunca más venderlos, o para guardarlos para su propio uso. Pablo usa esta palabra en el tercer capítulo de Gálatas en el versículo 13:

Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero)

Esto significa que Cristo nos redimió para que nunca más estemos puestos a la venta. Pagó el precio para nosotros y ya no estamos en venta. Le pertenecemos a Él.

La tercera palabra que se traduce con la palabra “redención” es apolutrosis, la cual encontramos en Efesios 1:7.

En quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia.

Significa “librar mediante el pago de un rescate para luego ponerlo en libertad.”

La redención es una palabra maravillosa. No solamente significa ir al mercado y pagar el precio; no solamente significa llevarlo del mercado para el uso propio y nunca más venderlo; también significa rescatar y librarlo después de pagar el precio. Éste último se aplica a la compra de un esclavo con el propósito de ponerlo en libertad. Es la palabra que se usa en Efesios 1:7. La humanidad ha sido vendida al pecado y está bajo la esclavitud del pecado. Con una simple mirada alrededor nuestro se comprueba esta verdad. El hombre es un podrido, corrupto pecador, y no puede hacer otra cosa que pecar – es esclavo al pecado. Cristo vino para pagar el precio de la libertad para el hombre. Eso es lo que el Señor Jesús significaba en Juan 8:36 cuando dijo,

Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres.

J. Vernon McGee – Fundador de “A través de La Biblia”

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