La Resaca Electoral

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Resaca Electoral

Por: Esteban D. Larrosa

Alguna vez traté de ayudar algún borracho que otro a evitarle un desastre mayor, buscándole un lugar donde quede procesando los efectos del alcohol y volver en si. Difícil tarea y para nada agradable, y por lo cual no me creo ningún héroe, ni nada que se le parezca. Me contaba un conocido del ebrio del barrio al que hubo que ayudarlo a entrar en su casa y que no quedase tirado en la vereda dando un triste espectáculo a los vecinos. Es cierto… alguien tiene que darle una mano a esa pobre gente que destroza su vida de manera tan deplorable y humillante. En ese sentido es loable la obra que realizan instituciones como Alcohólicos Anónimos, rescatando a muchos que tienen a pesar de su adicción gran caudal para aportar a la sociedad. No podemos darnos el lujo de perder más gente talentosa en situaciones que se podrían prevenir.

Estos días y por estar realizando el análisis de la campaña para un programa periodístico local he tenido que leer y escuchar todo lo posible de los candidatos, sus discursos, declaraciones, estudiar e interpretar las mediciones de opinión pública y seguir permanentemente los medios en que se analizan las cambiantes alternativas. A su vez, y viendo el cansancio de la gente ante esta sobreexposición de lo político, teniendo que absorber todo esa carga pesada de municiones electorales, percibo que muchos están terminando esta fase de la renovación de autoridades nacionales como el borracho: intoxicados hasta el hartazgo y deseando que el carnaval político, finalice lo antes posible.

El gran problema es que una vez que una persona llega al punto de la ebriedad, pierde el uso cabal de sus sentidos y su intelecto. Ya no es capaz de discernir donde está parado, tomando malas decisiones y en consecuencia perdiendo el control de si mismo y cayendo en lugares que pueden llevarlo al desastre. Lo mismo puede pasarle a una sociedad en la cual sus dirigentes políticos manipulan discursivamente, radicalizando posiciones, exacerbando al elector, mintiendo y confrontando con insultos al oponente, cortando todas las posibilidades de diálogo con el adversario, llamando a sus correligionarios al enfrentamiento, siendo en definitiva parte del problema y no de la solución. La hoy finalizada campaña me dio la sensación durante las semanas previas al 29 de noviembre que en cualquier momento podría correr sangre bajo el puente. ¡Gracias a Dios ello no pasó más que de lo discursivo y de ánimos alterados que se canalizaban en violencia verbal a través de diversos medios (lo cual no es poca cosa)!

Aunque uno está acostumbrado a lo camaleónico de las actitudes de los políticos, no deja de sorprenderme el radical cambio de todos los actores la misma noche del 29 de noviembre dejando la confrontación violenta, y grosera en algunos casos, para tender una mano al contrario, pidiendo perdón públicamente por esas ofensas y buscando una actitud de “unidad nacional” y “acuerdos”.

OJO: Me parece totalmente necesario que quienes lideran nos guíen a procesos de pacificación y concordia nacional, procurando la construcción de un ambiente propicio para el crecimiento. Lo que señalo en forma crítica es esa clase de comportamiento bipolar en el que durante la campaña casi se destripa al contrario y luego se lo busca para levantar una unidad que se fragmentó con las conductas anteriores.

Además, todos los politólogos, analistas y opinólogos que aparecen habitualmente en los medios destacaron este hecho como gestos necesarios para el país, y al final…  todos felices y contentos aunque la demagogia sea la que domine la escena final.

¿Será que deberemos conformarnos a campañas electorales de este tipo en las que campean los ataques y groserías durante todo un año para luego desembocar en una calma chicha que olvide tanta agresión repentinamente?

¿No será que estamos ante un liderazgo político al que realmente no le importa la gente más que para sacarle el voto, conseguir su puesto que le asegure poder, fama y dinero, para luego adormecerla en el hastío de una resaca post-electoral que si se puede dure 5 años?

Como cristiano comprometido y participante de esta sociedad uno no puede más que apenarse por este tipo de actitudes tan descaradas y que nos faltan el respeto como personas racionales. Debemos exigirle a quienes pretender asumir el liderazgo social en la actividad pública a que no manipulen más a las personas en pretendidas confrontaciones cuyo único motivo es parte de una estrategia para alcanzar el poder. Esto nos lleva a preguntarnos: ¿Cómo construimos y legitimamos a los líderes que nos dicen representar? ¿No será que se parecen a lo que somos como colectivo e individuos? ¿Qué podemos hacer para cambiar los procedimientos?

Y lo más importante, debemos asumir el compromiso cotidiano y no solo en año electoral al que nos llama el apóstol Pablo en su primera carta a Timoteo 2:1-2:

Exhorto ante todo, a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias por todos los hombres, por los reyes y por todos los que tienen autoridad, para que vivamos quieta y reposadamente en toda piedad y honestidad.

Usted: ¿Lo asumirá sobriamente o permanecerá 5 años bajo los efectos de la resaca electoral actual?

Lic. Esteban D. Larrosa

Director RTM Uruguay

6 Comments

  1. Bea dice:

    Parecen Bipolares…. Un día un discurso virulento y al otro conciliador. Levantan el fervor de las masas y al otro reclaman paz… O sea manejan los ánimos de acuerdo a lo que quieren lograr… Nos utilizan de manera poco ética.

    ¿Cuándo podremos encontrar otro mecanismo de selección de nuestros dirigente públicos que no sea tan demagógica?

    Mientras tanto, nos conformamos con este sistema que todos dicen es el menos malo…

  2. Daniel dice:

    Hay un texto que creo es importante considerar de La Biblia, en el olvidado libro de Oseas 8:4, que dice así:

    “Ellos establecieron reyes, pero no escogidos por mí; constituyeron príncipes, mas yo no lo supe…”

    Es verdad, el profeta habla del pueblo de Israel que quebró el pacto y estableció sus propios gobernantes. Pero ¿no hemos nosotros dejado a Dios fuera de nuestra vida social y lo hemos remitido a lo privado, creyendo que él no tiene nada que ver con la selección de quienes nos dirigen?

    Recordemos que el actual electo presidente dijo en plena campaña por el balotaje que esto no es una decisión divina, sino una cuestión de hombres. Sí, Dios nos permite elegir e incluso nos permite elegir sin intervenir en el proceso… eso es verdad, lo hemos venido haciendo durante todo el tiempo como nación… …

  3. Ester dice:

    Creo que ha llegado la hora de que la CCE se organice y presente propuestas contrahegemónicas frente a las propuestas oficiales. Ergo propuestas alternativas en los distintos temas y hay muchos. Es necesario organizarse y trabajar desde la teoría y la práctica todo atravesado con nuestra perspectiva.

    No podemos ni debemos dejar que el agua nos llegue al cuello y después salir con manifestaciones que los de la vereda de enfrente no entienden (por ej. lo que pasó frente al Pcio Legislativo) Expresiones propias de la CCE pero que no todos los integrantes de la misma comparten si bien respetan. Entonces que se puede esperar de los que no comparten nuestros principios, hay de todo; algunos respetan otros se mofan.

    Por eso a TRABAJAR , yo ya lo estoy haciendo , aquí estoy no sé ustedes.

  4. Ester dice:

    Comparto lo expresado en el artículo . Sin lugar a dudas muy bien seleccionado y apropiado el versículo.
    Creo que nuestra actitud frente a todo lo que hemos visto durante la campaña debe ser diametralmente diferente. Marcar presencia desde nuestra perspectiva cristiana con propuestas y acciones concretas. Debemos poner las barbas en remojo , trabajar y trabajar sin agredir , sin confrontaciones hostiles, sin devolver mal por mal . Si es necesario poner la otra mejilla y respetar lo que no implica negar la fe .

  5. Sembrador dice:

    Al fin terminó la campaña electoral, digo.

  6. Sembrador dice:

    Licenciado, lo noté contundente. ¿Es resaca también, o es fastidio por lo voluble de la naturaleza humana? (o lo hipervoluble de la naturaleza de los políticos).
    De cualquier manera, comparto en un cien por ciento lo que expresa en su excelente artículo.
    Pero déjeme expresar una cosita: ¡al fin terminó!

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