“Los Inadaptados de Siempre” – Parte 1

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El hincha, la barra brava y la violencia que nos desborda.

Por: Esteban D. Larrosa*

La Copa del Mundo Sud África 2010 domina la escena. Sin embargo, y aprovechando la efervescencia futbolera quisiera enfocar un tema que ha quedado opacado por la vorágine de la noticia y los eventos en el mundial de estos días. Me refiero a la obtención del titulo de Campeón del Fútbol uruguayo 2010 del Club Atlético Peñarol que terminó opacado por una “celebración” descontrolada que fomentó un sector de adherentes a dicha institución. Sobre todo, me llamó la notoria violencia verbal en muchos mensajes electrónicos que recibí los días posteriores a la consagración en que se “baboseaba” al tradicional rival deportivo. Esto incluso entre “hermanos” en la fe, en que se trataron mutuamente como si no lo fueran, y siendo que quien escribe es a esta altura del partido más “simpatizante” que “hincha,” del “carbonero,” encuentro pertinente expresar algunos pensamientos que nos lleven a la reflexión desde la fe. ¿Cómo debemos entender y vivir estos eventos deportivos desde nuestra cosmovisión cristiana?

Estoy tomando y actualizando parte de la investigación que realicé en una investigación para la materia de Psicología Social que cursé en el año 1995 en la Facultad de Ciencias Sociales, año significativo en lo personal en que terminé de cursar mi carrera de Sociología. Escribí el material en conjunto con Tomás Sartorio, técnico de fútbol y que en ese entonces dirigía las inferiores de Rampla Juniors. Asimismo les recomiendo el programa que realizamos con el Pr. Salvador Dellutri (El Hincha y el Barra Brava ) que puede escuchar haciendo clic en el vínculo anterior.

El hincha

El fanático adicto a un equipo recibe diferentes nombres según el país donde nos encontremos. En Italia “Tifosi,” en Francia “Supporter,” en Brasil “Torcedor,” en Inglaterra “Hooligan,” en España, Argentina y Uruguay “Hincha,” entre muchos otros.

Este término dicen los registros históricos fue aplicado por primera vez en Montevideo a Prudencio Miguel Reyes, encargado de “hinchar” (o inflar) la pelota de su club preferido, el Club Nacional de Football, allí a comienzos del siglo XX, función que popularmente algunos denominaban como: “El hincha”. Reyes, además de ser el utilero del equipo, era un ferviente seguidor, sobresaliendo del resto por los gritos y arengas con que alentaba a los jugadores. Fue entonces que un buen día, en medio de un partido y escuchando esas alborozadas vivas por su Nacional alguien gritó: ¡Mirá como grita el Hincha! De allí que el término se haya extendido en referencia a estos seguidores fervientes de un equipo de fútbol.

Juan José Sebreli señala en su libro “Fútbol y Masas” que se es hincha por una actitud subjetiva, irracional y contingente puesto que uno no elige ser hincha de un equipo u otro; se lo otorga el barrio donde vive, el tío, padre o familiar cercano, el grupo de amigos al que pertenece, etc.; o sea se lo impone la influencia del entorno en que vive y se desarrolla, lo mismo que la ropa que viste por moda del momento.

¿Cuáles son los rasgos de un hincha?

Veamos algunas descripciones de cómo se veía al fanático del máximo deporte del Río de la Plata hace unas décadas atrás y notemos que las expresiones de hoy no difieren demasiado de lo que se percibía en ese entonces.

Mounsier Perichón; señalaba que el hincha “no razona, se limita a sentir su club.” Lo describe como un dogmático, cree por que cree.” (Mounsier Perichón, “Shot al arco”: Bs.As., 1953, p. 20)

Dante Panzeri, por su lado, afirma ácidamente: “Más que concurrentes al fútbol son enfermos, aún no reclutados como tales dentro de los servicios médicos y farmacéuticos. Unos peligrosos, otros mansos, pero enfermos al fin, puesto que sufren. Y hay que convenir que quien deja suplantar su personalidad más frecuente por otra que se regula según la suerte de una divisa deportiva, es un enfermo puesto que no es un individuo equilibrado ni controlado”. (Dante Panzeri, “El fútbol dinámica de lo impensado”: Bs. As. 1967, p. 35 – 36)

Y por su parte, Sebreli destacaba en su libro el carácter de “autoritario pasivo” del fanático de un equipo de fútbol, sugestionado, manipulado, sin espíritu crítico que sigue a una masa intolerante que lo absorbe e impulsa a actuar con sus más bajos instintos.

Falta de identidad

Vemos entonces en este espécimen que se mueve en los estadios deportivos a un individuo incapaz de reconocerse a si mismo, tratando en ese proceso “de encontrar una relativa estabilidad, identificándose… con el equipo de fútbol.” (Juan Jose Sebreli, “Fútbol y Masas”, Bs. As.: 1981)

Esta falta de identidad la encontramos sobre todo en los individuos jóvenes, en los que no hay identificación con sus padres, no ha logrado tampoco ubicarse en la sociedad como adulto mediante el trabajo, el estudio, u otra actividad productiva; sí la encuentran en la barra, en el equipo de fútbol.

En el proceso de crecimiento esta pasión del adolescente tendría que declinar al lograr integrarse de una manera más individualizada, o cuando su interés se traslada a otras actividades; como el trabajo, estudios, la formación de una familia, la política, etc. Las personas mayores que permanecen en éstas pasiones, dicen los estudiosos, no logran tener una identidad robustecida y permanecen cristalizadas en el tipo de identificación con el equipo que se vive en la adolescencia.

¿Dónde está mi identidad?

Esta clase de relación enfermiza nos hace ver que hay algo que no está funcionando bien en la conformación del carácter de las personas, que no tienen referentes claros con los cuales encontrar modelos para forjar su identidad y que necesitan canalizar esta carencia en algún elemento o divisa que les de algún tipo de orientación e identidad.

Todo esto se ve potenciado en grupos juveniles que están quedando al margen del sistema social. Nos referimos a los muchachos y chicas que no trabajan ni estudian. No tienen un proyecto de vida a largo plazo, no sienten tener un lugar en este contexto cultural, económico y social y por lo tanto lo rechazan. Representan actualmente un 20% de los jóvenes del Uruguay, cifra que creció en su  momento a guarismos cercanos al 25%. (Hemos hablado en extenso de esto en otras editoriales).

¿Cómo se integran y realizan estas personas? ¿Dónde terminan recalando? Aquí es donde la violencia tiene uno de sus caldos de cultivo y el fútbol es uno de los emergentes más propicios para desatar tanta frustración personal.

En la próxima entrega hablaremos de la Barra Brava y algunas pistas para proporcionar soluciones con los valores de la cosmovisión cristiana.

Lic. Esteban D. Larrosa

Director RTM Uruguay

2 Comments

  1. JOSE JESUS ALZOLAY dice:

    Amigo Esteban D. Larrosa, un saludo para ud y el equipo que le acompaña en esa emisora hermana. Muy interesante el artículo. Le felicito por el enfoque.
    Me gustaría sugerirle, que para futuros escritos le agregue algunas citas bíblicas, que fortalezcan la visión cristiana que debemos tener ante hechos publicos. Es lamentable ver y/o leer por los medios de comunicación,tanta violencia; que en nada contribuye con aquel viejo paradigma: “Mente sana en cuerpo sano”,que se aplicó mucho al que se relacionaba con hechos deportivos. Soy Venezolano, tengo 60 años de edad, somos cristianos, mi esposa y mis dos hijos y comparto mi vida cristiana, en el CENTRO CRISTIANO INTERNACIONAL “EL BUEN PASTOR”, en el pueblo de San Francisco de Asís, en el Estado Aragua, Venezuela.Además produzco y conduzco un programa de radio, en una emisora cristiana “Plenitud, 89.1 FM”, de la localidad, de 8a.m. a 10 a.m. hora venezolana, de lunes a viernes.
    Quiero pedirle me autorice, para difundir, este y otros artículos en el noticiero que tengo bajo mi responsabilidad, en la sección deportiva, artículos de interés.
    Que el señor, JESUS, les bendiga.
    Gracias por atenderme.

    • elarrosa dice:

      Estimado José Jesús Alzolay:

      Muchas gracias por su comentario que recibo con mucho agradecimiento. Esta editorial es la primera parte de dos entregas en que la segunda tiene lo que usted pide sobre los pasajes bíblicos y la cosmovisión cristiana sobre este grupo de personas. Para facilitar la lectura y no hacerlo tan extenso lo dividimos en dos partes.

      No habría problema que utilice el material en su programa siempre y cuando de crédito, ovsea diciendo el nombre del autor y la fuente de dónde tomó el texto o sea: http://www.rtmuruguay.org.

      Como verá en el artículo, yo también acredito a Tomás Sartorio, con quien escribimos el trabajo en su momento.

      Ya de paso le cuento que RTM tiene oficina en su país en la ciudad de Maracay, creo que también es el estado de Aragua. Su directora es Annabel Torrealba y la dirección electrónica que puede utilizar para comunicarse con ellos es: venezuela@transmundial.org

      Dios lo bendiga ricamente.

      Esteban Larrosa

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