La reforma educativa pendiente
31 mayo 2012“A través de la Biblia”
1 junio 2012La pregunta “¿cómo me relaciono con la cultura desde mi cosmovisión cristiana?” ha tenido a lo largo de la historia diversas respuestas. Estamos recorriendo con H. Richard Niebuhr y su libro “Cristo y la cultura” (1951) algunas de las formas de responder esta cuestión. La segunda ha sido la de presentar a un “Cristo de la Cultura”.
En este punto de vista, los hombres o las mujeres aclaman a Jesús como el Mesías de su sociedad, el cumplidor de sus esperanzas y aspiraciones, el perfeccionador de la fe verdadera, la fuente de su santo espíritu “(83). Estas personas tratan de mantener la comunión no sólo con los creyentes pero también con los no creyentes. “Ellos no sienten una gran tensión entre la Iglesia y el mundo, las leyes sociales y el Evangelio,… la ética de la salvación y la ética de la conservación social o el progreso. Por un lado, interpretan la cultura a través de Cristo, en aquellos aspectos que son más semejantes a Jesús y le dan más honor. Por otra parte, interpretan Cristo a través de la cultura, seleccionando de sus enseñanzas las que mejor armonizan con lo mejor de la civilización (83).
Nuestro autor de referencia señala algunos aspectos positivos de este acercamiento. El dice que la gente tiende a pensar que sólo aquellos que se niegan a adaptarse a la cultura pueden tener un impacto en ella (como lo es la de aquellos que murieron como mártires). Sin embargo, la historia demuestra que hay personas que se sintieron atraídas a Cristo también como consecuencia de que el mensaje cristiano y la filosofía moral y religiosa de sus mejores maestros eran demostrados en un estilo de vida armonioso, lo cual hizo que el cristianismo fuera atractivo invitándolos a abrazar la fe de Jesús. Además, las personas que tienen esta concepción de la relación Fe y cultura tienden a adherirse a muchas posiciones en la sociedad donde se tiene el potencial de hacer un profundo impacto en las vidas de las personas.
Por el otro lado, algunos puntos negativos. El mayor problema de Niebuhr con esta visión radica en la distorsión de la persona y mensaje de Cristo cuando se procura “ajustar” a Jesús a lo mejor de la sociedad, tratando de producir un acercamiento “amigable” con los puntos que pueda haber en común. Cuando esto pasa, nos quedamos con una visión que no es auténtica de Jesús sino una adaptación conveniente que evita los elementos confrontativos del mensaje de Cristo.
Ahora abrimos la discusión con ustedes: ¿Podemos adaptar y asumir un “Cristo de la cultura”? ¿Qué sustento bíblico podemos dar para esta posición? ¿Debemos vivir de esta manera en el siglo XXI?
Seguiremos con las otras 3 posturas en próximas entregas. Las primeras dos partes de este resumen de las ideas de Niebuhr las puede leer en los siguientes enlaces:
Lic. Esteban Larrosa
RTM Uruguay