El culto familiar
14 enero 2014“A través de la Biblia”
15 enero 2014
Por: Pr. Salvador Dellutri
Los magos de oriente, involuntarios protagonistas de una historia macabra, son sin embargo un notable ejemplo de fe.
La historia comienza en Milán en el año 1164; dos años antes la ciudad italiana había sido arrasada por Federico Barbarroja y todavía estaba bajo la tutela de los germanos. Una de las iglesias decía poseer los restos de los tres reyes magos que según la leyenda, la madre del Emperador Constantino había traído de Israel en el siglo IV. Rinaldo Dussel, arzobispo de la ciudad alemana de Colonia, quería llevárselos a su catedral. Los solicitó a Barbarroja y éste se lo concedió con una condición: No debían enterarse los milaneses para evitar levantamientos populares.
Rinaldo hizo preparar tres ataúdes, colocó los restos y dijo que eran de tres parientes suyos muertos por la peste que habían pedido se enterrados en Alemania. La gente cuando oía hablar de la peste les abría paso y trataba de mantenerse lo más lejos posible del cortejo. Así, los restos llegaron a la catedral de Colonia.
¿Por qué urdió Rinaldo esta patraña? Simple: si tenía los restos de los “tres primeros reyes cristianos” la Catedral sería la más importante de Alemania y los reyes tendrían que concurrir allí cuando fueran coronados. Hoy, en el altar mayor hay una gran urna de oro que dice contener los restos robados con astucia por Rinaldo para satisfacer su ambición.
El problema es que la Biblia nunca habla de reyes, ni da su número ni sus nombres. Mateo, en su escueto relato, señala que vinieron a ver a Jesús “unos magos”, título que en Persia se daba a los sabios que estudiaban los astros y la relación con la religión y la naturaleza.
Observando el cielo vieron una estrella extraña. Orígenes, uno de los padres de la iglesia, decía que fue un cometa; Kepler pensaba que era un fenómeno lumínico que se producía por la conjunción de Júpiter y Saturno ocurrido en el año 747 de Roma, fecha cercana nacimiento de Jesús, y otros lo relacionan con el cometa Halley. Lo cierto es que estos sabios sabían que los hebreos esperaban el advenimiento del Mesías enviado por Dios y se movilizaron con la certeza de que hallarían al niño.
Su periplo fue un acto de fe que los movilizó hasta Belén donde se encontraron con el niño y le rindieron el homenaje de su adoración. Dios colocó una señal que los guiara, ellos respondieron siguiendo el camino que les trazaba.
Las tradiciones fueron desfigurando la historia agregando el título de reyes, reduciendo su número a tres y poniéndoles nombres para finalmente transformarla en una esperada fiesta infantil. Todo esto enturbió el cristalino relato del evangelio.
Pero los magos que vinieron del oriente son un ejemplo de cómo tiene que manifestarse la fe. Ellos no se quedaron contemplando el cielo, ni especulando, ni elaborando teorías, sino que actuaron y lograron acercarse hasta donde estaba el niño.
La verdadera fe no se queda en la contemplación, sino que dinamiza la vida impulsándola hacia Dios. La Biblia dice: Porque como el cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta. Los magos son un ejemplo de cómo la fe tiene que movilizar la vida de quien cree.
Pr. Salvador Dellutri – Participa en la programación de RTM Uruguay con dos programas: Tierra Firme y Los Grandes Temas, sígalos en www.tierrafirmertm.org
3 Comments
…”Como la fe moviliza, la vida de quien cree”, ¡tiene que ser así! ,en palabras y hechos.
Las actitudes de egoísmo siempre sirven para empañar y distraer o desfigurar la Verdad y la historia de estos traslados si resulta macabra. Ciertamente la Biblia es a veces muy precisa o escueta, la fe no necesita explicaciones sino obras como las que relata; Se sabe que eran más de dos Sabios demasiados respetados y presentarse frente la mismísima Realeza del propio Rey Herodes y casi desafiar su autoridad turbándolo Mt.2,2-3. Herodes respetándolos prudentemente solo los llamó en secreto Mt.2,7. Y luego estos notabilísimos Mt.2,11 frente al niño Señor Jesús se Postran y lo Adoran abren sus Tesoros y ofrecen sus sólo Tres Regalos dignos de Realeza (Al Rey de reyes) llenos de Simbología y Significado que como Oración de Adoración no nos deberíamos cansar de repetir o contar. Históricamente se sabe que el mundo musulmán siempre respetó Belén por la presencia histórica de los Magos, Sabios o Reyes que adoraron a Jesús y que el Islam considera un profeta. Por ejemplo en el 614 en su invasión de Palestina y destrucción de Jerusalén respetaron Belén, fue lo único que no destruyeron. Dios nos Bendiga.
Una vez más, otro excelente artículo del Pr. Salvador Dellutri. Artículo muy ilustrativo y con el cual coincido totalmente en su conclusión.
Me pareció muy oportuna la cita a Mateo cuando dice: “vinieron a ver a Jesús unos magos” pues, como bien reza el artículo, en Persia se otorgaban estos títulos a los sabios que estudiaban los astros en su relación con la religión y la naturaleza. Hoy probablemente los podríamos asimilar a astrónomos o astro físicos o astro biólogos. Nada más lejano que la realeza por cierto.
Pero debo confesar que el desarrollo de historia me ha movido a la reflexión sobre todo por la conducta de Rinaldo, lo cual ha reafirmando mi convicción ya expresada con anterioridad en tratamiento de la temática compartida en este foro a punto de partida de la última columna de la Ps. Graciela Gares sobre el movimiento.
¿En verdad hay alguien que crea que los “Rinaldo Dussel” han desaparecido de la superficie del planeta o que han dejado de nacer o mejor aún , que han dejado de actuar? Pues si existe alguien que así lo cree ha ganado el Ingenuity Awards recibiendo la preciada estatuilla: “El iluso de platino”.
Una cosa es la fe y otra muy distinta es la ingenua ceguera provocada por los hábiles engaños de lobos con piel de oveja y de los cuales nadie está exento de poder tropezar.