“Mensaje a tu Corazón”
13 junio 2014“Jungla Semántica”
14 junio 2014“Si defendemos con pasión nuestro escudo, con trabajo duro y humildad, tratando de ser mejores cada día y dando el máximo en el terreno de juego, en los momentos más apremiantes, cuando todo se vuelva oscuro, el brillo de nuestra camiseta será cada vez más intenso y se desatará una fuerza muy poderosa: la mística. Cuando esa fuerza se despierta ya no existen imposibles.” Esta es una de las emotivas frases de corte épico que forman parte del video producido por la Asociación Uruguaya de Fútbol para motivar a la afición Oriental a alentar y apoyar a su selección durante la Copa Mundial de Fútbol, Brasil 2014. (Vea el video al pie de esta página).
Aunque no es novedosa, la apelación a la mística me sigue resultando paradójica, puesto que si hay algo de lo que se ha jactado el uruguayo medio es de su cosmovisión humanista secularizada. La mística, por el contrario, refiere a la experiencia en el que el alma humana logra desarrollar el máximo grado de unión posible con lo sagrado durante su recorrido terrenal. Para ello, muchas expresiones religiosas afirman que el ser humano debe transitar un camino de santificación e iluminación en el que se vivencia la unión directa con la divinidad, llegando a ser capaces de ver milagrosas e inexplicables respuestas a situaciones humanamente imposibles de responder. Son esas singulares situaciones las que le proporcionan al individuo una sensación de plenitud única. Ahora, cuando esto que parece ser un camino individual se traduce en una repetida vivencia colectiva es que se forja el mito.
Es así que el spot televisivo en cuestión recurre a la imagen de la jugada que propició el penal contra Ghana en el último suspiro del partido por cuartos de final en el mundial de Sudáfrica 2010. Allí aparecen la desolación ante la expulsión de Luis Suárez y la iluminación con una explosión eufórica ante el fallido disparo del jugador ghanés. La interpretación teológica que ensaya el productor es que en ese momento operaron ciertas fuerzas superiores a lo humano para que el puntapié del jugador africano no llegara a la red, sino que desviando su trayectoria hicieron que el balón se estrellara en el travesaño, evitando la eliminación de la selección nacional de la competencia. En esa experiencia (pontifica el creador del spot) es que se refleja y retroalimenta “la mística celeste”. Por demás está decir que el aviso se fortalece a partir de todo lo que ya hemos aprendido colectivamente, desde Colombes (1924), pasando por Amsterdam (1928), Montevideo (1930), hasta la épica victoria en Maracaná (1950) y el mito de la garra Charrúa.
Sin embargo, como todo mito, la memoria colectiva solo recuerda una parte de la realidad y olvida todos los pesares que desde la década de los 70’s y hasta el 2010 vivió “la celeste” y la cantidad de momentos en que la fuerza de esa mística invocada no lograra emerger para salvar a un pueblo de la frustración del resultado deportivo adverso. Es que, a pesar que podamos defender con pasión “nuestro escudo”, a pesar del “trabajo duro” y la “humildad”, del tratar de “ser mejores cada día” y de dar lo “máximo” en el campo de juego, el fútbol sigue siendo un deporte con todos los vaivenes y situaciones cambiantes que tiene un juego de estas características. A pesar de ello, los uruguayos (y aún también los que dicen creer en Jesucristo), continúan alimentando la esperanza de que esa mística aflore en los momentos más difíciles para enfrentar situaciones adversas en el campo de juego.
Esta mística secular uruguaya es una respuesta de corte animista y con un buen feeling esotérico, otorgándole poderes extraordinarios a la camiseta celeste ante la necesidad natural de creer en algo que le de trascendencia y sentido a una existencia demasiado seca y aferrada a lo material, pero que tarde o temprano se encontrará con que sus “dioses” de carne y hueso fallarán, en que el penal sí entrará al arco, en que el otro equipo jugará mejor y que el milagro anhelado no llegará.
Por supuesto, como buen uruguayo futbolero mi anhelo es que Uruguay gane la copa del mundo y miraré con expectativa cada uno de los partidos, alentando por el mejor resultado.
Sin embargo, quienes somos cristianos sabemos que sólo para el Dios que inspiró La Biblia “nada es imposible” y que en la unión con Cristo Jesús es que encontramos las fuerzas para vivir con esperanza aún en medio del dolor y la pérdida, sabiendo que la verdadera unión “mística” permanente que le da sentido a nuestra vida es la que expresa tan magistralmente el Apóstol Pablo con estas palabras:
“Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, más vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí” Gálatas 2:20. En ese contexto es que los seguidores de Jesús podemos afirmar que todo lo podemos en Cristo que nos fortalece (Fil. 4:13).
Durante este tiempo de pasiones futboleras, busquemos la verdadera “mística” (si es que es posible llamarla así) que le dará sentido a nuestras vidas: Jesús.
Lic. Esteban D. Larrosa
Director – RTM Uruguay
5 Comments
Y esta vez nos hemos perdido al Ruso Perez que ya ni cortar la dulzura puede.
Lo que pasa es que tanta sequedad espiritual obliga a las personas a buscar vivencia espiritual sustituta y allí está el problema.
hoy mas que nunca necesitamos de valores, principios y por supuesto la mistica para afrontar los partidos que se nos vienen estoy escribiendo como un fanatico de futbol pero convencido que dios hace cosas maravillosas arriba uruguay y saludos desde merida venezuela
Al resto del mundo solo nos queda cambiar el nombre de nuestro pais y el color de la cmiseta,ya que el darle gloria a lo creado antes que al creador es universal y muy actual y en este contexto esa “necesidad natural de creer en algo que le de trascendencia y sentido a una existencia demasiado seca y aferrada a lo material” ha evolucionado de la madera y el leño a la deidificación de superhombres del futbol que al otorgarle a su pais el título de ganador de la Copa ,también le da un falso sentido de jactancia en un mundo cada día más ignorante y alejado de su Creador. Queda el pueblo hinchado de solo emociones vacías cada vez más sedientas de nuevos logros en la carrera loca de las competencias humanas a todo nivel y su sed nunca es saciada; lejos quedan los odios y rencillas que llevan a los hinchas a los asesinatos, sonde el odio y la violencia se han convertido en bombas más potentes que la de Hiroshima; muy lejos quedan las injusticias y la impunidad….el juego debe seguir…miles de sedientos de “victoria” esperan espectantes, los gritos y clamor provocan un terremoto en los corazones de los “dioses”…esta es la realidad d elas competencias,el juego perdió su verdaderos sentido. Pero para a los que hemos sido despertados de la pesadilla de la muerte espiritual, nada nos conmueve, nosotros libramos otra batalla más real contra el viejo hombre; ha nacido un nuevo hombre que oyó una voz del cielo, como el estruendo de muchas aguas y lejos quedaron los estruendos del materialismo y el culto a dioses falsos,al fin mudos que nada son y nada pueden hacer.Bendiciones.
“Mejor cada día”, para Jesucristo. En Él encuentro “las fuerzas”, ¡cada día!