Jacobinismo posmoderno a la uruguaya

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LaicismoPor: Esteban Larrosa[1]

Uruguay ha intentado ser un país de experimentos sociopolíticos a lo largo de su historia. Uno de ellos fue el de la privatización de la fe y la vida religiosa de sus ciudadanos, estableciendo mediante una reforma constitucional y una legislación muy apegada al liberalismo filosófico una especie de “religión civil” ejercida desde el Estado, actuando este como una suerte de entidad cuasi divina en la que los gobernantes de turno oficiaban como los pontífices que regulaban la fe de sus devotos ciudadanos. Esta religiosidad humanista desarrolló sus rituales cívicos, erigió los templos de la democracia y creó en un proceso de 6 décadas (1870-1930) una mitología cohesionadora que castigaba fieramente a los herejes. [2]

En este sentido, el Dr. L. Nicolás Guigou, antropólogo, afirma que los uruguayos “estamos mucho más dispuestos a aceptar el jacobinismo[3] de Estado, que, por ejemplo, la influencia de diferentes concepciones religiosas en las elites políticas, la importancia de partidos políticos con una relevante impronta religiosa dentro de la escena nacional, la influencia de concepciones religiosas en la gestación de movimientos sociales, y un largo etcétera.”[4]

En línea con esa religiosidad civil, el jacobinismo[5] uruguayo se dedicó sistemáticamente a secar toda posibilidad por la cual las concepciones religiosas pudieran ser consideradas en esa construcción social igualitaria, privilegiando la doctrina humanista que con la herramienta del laicismo (cosa diferente al concepto de Estado laico) fumigó sistemáticamente cualquier intento de integrar en esa edificación colectiva “equitativa” (¿?) la influencia de la concepción cristiana.

Por la fuerza de los hechos, esta visión se encuentra en crisis en la posmodernidad del siglo XXI, en la que la religiosidad ha vuelto con renovado impulso luego de una larga sequía en el alma nacional, con múltiples expresiones que florecen constantemente[6]. A pesar de ello, quedan algunos focos jacobinos en la sociedad uruguaya. Una muestra es el comunicado de un grupo de ONGs que divulgó el pasado 2 de octubre el diario El País[7]. En el se afirma que algunos miembros del parlamento uruguayo que se identifican como evangélicos “relegan su rol de representantes”, “dan la espalda a los ciudadanos y a la democracia”, y “violentan la ley al declarar que sus creencias metafísicas están por encima de ésta”. Y subrayan que: “Una visión de este tipo, como la que han manifestado estas autoridades, constituye claramente una gravísima y notoria afrenta a los más caros valores republicanos y laicos. Y es un precedente extremadamente peligroso que lleva, en última instancia, a la fragmentación del espacio público.”

Es paradójico leer estas declaraciones de parte de algunas de las organizaciones firmantes que por un lado predican la diversidad, la inclusión y la tolerancia en amplia cantidad de prácticas referente a las políticas y legislación de derechos de las minorías, la sexualidad, el matrimonio, la educación y un largo etcétera, mientras que al mismo tiempo aplican el látigo sobre toda expresión que quiera reflejar al cristianismo en la vida pública del país. Note el lector el término elegido: “cristianismo” y no “religioso”, porque la religión civil uruguaya todavía no ha finalizado su etapa medieval, practicando algunos de sus creyentes una inquisición contra todo lo que siquiera les huela a cristiano. Esto aún cuando especialistas en el área, como José Casanova, afirman que “en todo el mundo las religiones van adentrándose en la esfera pública y en la escena de la controversia pública.”[8] Sobre esto, el periodista Gerardo Sotelo señala en su columna de opinión que “en un espacio público en el que campean ideas monocordes y reflexiones tópicas, la convicción de los evangélicos viene a recordarnos que la política es un instrumento al servicio de valores superiores, aunque estos sean divergentes,” pero recuerda que esto debe darse en un marco de respeto mutuo, en que los evangélicos no queramos imponer nuestra “interpretación de la palabra sagrada” al mejor estilo de un estado de “tiranía teocrática”; sí respetando “los preceptos constitucionales, que garantizan la neutralidad del Estado en materia religiosa.”[9]

En este contexto, los cristianos evangélicos del Uruguay todavía tenemos mucho que aprender sobre nuestra inserción en la vida pública de un país[10] que nos ha relegado de esta manera durante buena parte de su historia. Ante las posibilidades que la “nueva modernidad religiosa” y su “desprivatización” están generando, deberíamos releer los evangelios con la mirada de quien evalúa la forma y los contenidos de lo que comunicamos en un ambiente que lejos de polifónico e integrador se está convirtiendo en más hostil para quienes tienen convicciones a partir de la cosmovisión bíblica, “porque los hijos de este siglo – dice Jesús – son más sagaces en el trato con sus semejantes que los hijos de luz” (Lucas 16:8). Sabiendo esto, le advierte a sus discípulos: “He aquí, yo os envío como a ovejas en medio de lobos; sed pues prudentes como serpientes, y sencillos como palomas” (Mateo 10:16). Por lo que, los cristianos evangélicos, que también estamos viviendo la entrada de la posmodernidad en la vida de las iglesias con doctrinas de cuestionable veracidad bíblica, deberíamos aprender de la historia y no actuar con las mismas armas con las que somos azotados permanentemente y rogarle a Dios que nuestro liderazgo no sucumba ante las mismas tentaciones a las que Jesús se enfrentó victorioso en el desierto (Mateo 4:1-11).[11]

Nuestras herramientas son diferentes. Son las de Cristo, quien antes de ir a la cruz y acusado falsamente de sedición por las autoridades políticas de la época dijo: “Mi reino no es de este mundo” (Juan 18:36).

Estamos aquí, vivimos comprometidamente con nuestra sociedad, siendo sal y luz, dando razón de la esperanza que tenemos en Cristo con respeto y mansedumbre, reconociendo que nuestra influencia debe conducir a la reconciliación de toda la humanidad en la persona de Jesucristo, pero no a través de la imposición, sino buscando primeramente el reino de Dios y su justicia en nuestras vidas, el que se instalará definitivamente en el momento propicio, cuando el Señor de la historia vuelva como el rey de la justicia y la paz.

Artículo relacionado: ¿Bancada Evangélica?

 

________________________________________________________________________________

[1] Esteban Larrosa – Director RTM Uruguay, cursó su licenciatura en Sociología en la Facultad de Ciencias Sociales, UDELAR y obtuvo su maestría en Wheaton College, IL – EEUU.

[2] Caetano, Gerardo, “Laicidad, ciudadanía y política en el Uruguay contemporáneo: matrices y revisiones de una cultura laicista”, Revista Cultura y Religión, Vol. VII/ Nº1/enero-junio 2013/pp.116-139, tomado de: http://goo.gl/MeDdKF revisado el 12 de octubre de 2015.

[3] En términos de Ciencia Política se entiende que el jacobinismo es la concepción que busca crear una estructura homogeneizadora de la vida pública de una sociedad, centralizada en el Estado, el apego a la Constitución y el concepto de República, construyendo un nosotros neutralizado y legalizado y un concepto de ciudadanía de individuos libres e iguales, pero con una visión contraria a la integración “polifónica”. Ver más en: Carlos Pareja, «Polifonía y jacobinismo en la política uruguaya», en Cuadernos del CLAEH, n.os49 y 51, 1989

[4] Guigou, L. Nicolás, Laicidad en el Uruguay: mitos y transformaciones de la religión civil uruguaya, Tomado el 8 de octubre de 2015 de: http://goo.gl/4dBRUa

[5] Jacobinismo: Deviene del movimiento Jacobino surgido en la Revolución Francesa y cuyo máximo exponente fue Robespierre. Simplificadamente decimos que el Jacobinismo fue una tendencia política radical que hizo una defensa acérrima e intransigente de la libertad, la República y la democracia, basado principalmente en el pensamiento de J.J. Rosseau y Montesquieu, opuesto mediante una gran secularización laica contra toda expresión religiosa y siendo fuertemente anticlerical. Intentó gobernar en representación del principio de la soberanía popular, pero convirtiendo al régimen en autoritarismo extremista. Tan radical que pasaron por la guillotina a la monarquía, toda la nobleza y cuantos “enemigos” de la República había en su camino, pero tal fue el terror en el que devino el movimiento que el mismo Robespierre y otros dirigentes jacobinos terminaron cortándose la cabeza unos a otros en una sangrienta lucha intestina. Enlace de Referencia, revisado el 8 de octubre de 2015: http://goo.gl/4yLhr9

[6] En un proceso que los investigadores llaman “la desprivatización de lo religioso” y una nueva visión de “modernidad religiosa”, ver artículo de Gerardo Caetano.

[7 Ver: http://goo.gl/PYmiK8

[8] Citado por Caetano, idem. 2

[9] Sotelo, Gerardo, “Política y Principios”, El País, tomado de: http://goo.gl/Lh7hvA el 13 de octubre, 2015.

[10] Esto refiere no solamente a la acción política, sino a la participación en todos los ámbitos de influencia social.

[11] Este tema es de central importancia y está desarrollado en forma magistral por Henry Nouwen en su libro titulado “En el nombre de Jesús”, (1997) Editorial: PPC, originalmente en inglés “In the Name of Jesus” (1989) por Crossroad Publishing House.

36 Comments

  1. elarrosa dice:

    Aviso del Administrador: En coordinación con el webmaster (que es el que sabe de esto) los comentarios tendrán un límite de 1000 caracteres manteniendo la extensión necesaria para hacer un “comentario” y presentar un argumento con suficiente espacio, pero a su vez mantener una extensión que permita la fluidez del diálogo y no las publicaciones demasiado extensas que le quitan esa agilidad que un medio digital precisa. Además, otro cambio es que los mensajes más nuevos aparecerán arriba del todo ahora y no al revés como era la modalidad. O sea que los mensajes anteriores habrá que buscarlos donde se señala para cargarlos. Habrá creo, hasta 10 mensajes por visualización, los demás habrá que cargarlos manualmente por el visitante. Espero no haber oscurecido con esta mediocre explicación.

  2. elarrosa dice:

    OK. Parece que la discusión se nos fue yendo para otro lado…. Entiendo que hay mil temas relacionados que son muy interesantes y matices dentro del marco teológico que también son aceptables, espero que todo sea para lograr entendimiento, pero sobre todo y en lo que dependa de nosotros estemos en paz con todos. Seamos “pacificadores” de los que “trabajan por la paz” porque ellos serán llamados hijos de Dios… al final estos dice Mateo 5:9 son los bienaventurados, dichosos o felices. Así que hermanos, seamos felices aún en la discusión. Y por favor…. ¡Volvamos al tema del artículo! Gracias.

  3. Hernán dice:

    Me gustó mucho el artículo como también los comentarios. Todo muy enriquecedor. Sigo esperando otras entregas del tema como de los comentarios. 😃

    Bendiciones!

  4. Álvaro Pandiani dice:

    Lo que sí no sé, ya que no leí todos los artículos de prensa, y me gustaría que alguien me ayude si es posible, es si verdaderamente los legisladores evangélicos dijeron – como alegan estos grupos – que desobedecerían la Constitución y las leyes que vayan contra la Palabra de Dios, o si lo que en verdad dijeron es que no votarán leyes contrarias a la Palabra. Es una diferencia sustancial. Como legisladores, tienen todo el derecho de no votar una ley que va contra sus principios.
    ¿Alguien me puede ayudar en eso?
    Mis felicitaciones a Esteban por el artículo, y bendiciones para todos.

    • elarrosa dice:

      Esa es una pregunta importante. La crónica del diario El País es fragmentaria sobre todo lo que se dijo. Tengamos en cuenta que aparentemente fue el único medio que cubrió el evento y a partir de su reporte aparece todo este emergente del cual somos parte, lo cual es llamativo, a menos que alguien específicamente interesado haya gestionado la presencia del medio en el evento. La periodista cita frases sueltas y no partes completas de las alocusiones, por lo que habría que recurrir a una grabación (si es que existe) del evento para contrastar el informe periodístico con lo que se dijo en su globalidad y sacarnos la duda.

  5. Álvaro Pandiani dice:

    En cuanto al comunicado de esas organizaciones ateas y secularistas, creo que es válido lo expresado por Esteban en cuanto a la flagrante contradicción, rayana en la hipocresía, que significa la tolerancia como una calle flechada: “vos tolérame mis ideas revolucionarias en cuanto a vida, familia, sexualidad y relaciones, pero yo no te tolero ni una opinión contraria a mis postulados”. Es el colmo del cinismo, en mi opinión, que pidan la renuncia de los legisladores evangélicos. Quienes votan a un cristiano evangélico, que se presentó a sí mismo como tal, saben – no pueden no saber – qué clase de principios y valores defenderá. Desde el período anterior era sabido que el Dr. Amarilla, por ejemplo, es un cristiano evangélico; y fue votado nuevamente. Entonces, no veo por qué tiene que poner su cargo a disposición, ni mucho menos renunciar.
    Tampoco me parece de recibo proponer la búsqueda de la razón del comunicado, expresión de un antagonismo tan marcado a nuestras creencias, en nuestras propias falencias y defectos como comunidad cristiana y como iglesia. No digo que, como iglesia, andemos que es un lujo. Muchos de mis temas pasan por hacer una autocrítica lo más honesta posible, y proponer cómo corregir nuestros errores como comunidad. Lo que yo veo en el comunicado de estas organizaciones ateas es una mojigata pose de preocupación por la salvaguarda de la democracia y la laicidad del estado uruguayo, que probablemente esconde una actitud de profunda intolerancia nacida del odio ideológico a las creencias religiosas en general, y a las cristianas en particular. Puedo equivocarme, por supuesto, pero si lo negaran, ¿cómo creerles?

    • Mariano dice:

      Buen día Álvaro. Preferiría, en lo posible, que la discusión del tema pase por los argumentos bíblicos más que los nombres propios. En general cualquier debate teológico (en cualquier rama: pastoral, misionológica, apologética) se beneficia más de pesar la realidad y las ideas con la Biblia, en contenido y en forma, que de discutir si fulano es buena gente o no, si es amigo de tal o cual, etc.

      Además el argumento “ahora estoy acá, éstos son los resultados ¿qué se supone que haga?” es la esencia del pragmatismo que infecta a muchos creyentes. No se ve sólo en temas de bancada evangélica, se ve en temas de la vida cristiana: “me fue bien en esto, era de Dios”, “necesitaba este trabajo ¿ahora lo voy a dejar?”, “si yo no lo hago no lo hacía nadie” y así sigue el trencito de los pretextos para no sujetar toda área de nuestra vida a aquél quien es la Cabeza.

      Y si vamos a temas de sujeción, no sólo a la cabeza, sino también al cuerpo: ¿acaso Amarilla no se quejó que cuando anunció su dedicación a la política, que en su congregación “le hicieron una interpelación”? Ahí me perdí. Para uds. los bautistas ¿no es la asamblea la máxima autoridad en el gobierno eclesiástico? ¿cómo se puede quejar de que tuvo que rendir cuentas a la asamblea? Es como que yo en mi congregación me quejara de tener que rendirle cuentas al presbiterio. Aquí tenemos otro punto flojo de la politización evangélica: por muy por la cuenta que se declare, pone en jaque la unidad de la Iglesia. No hay forma de compartimentar un sector de mi vida sin que de algún modo afecta a todo el cuerpo. La política no es la excepción.

      Cuando tenga tiempo te contesto el otro comentario, saludos y bendiciones,
      Mariano

      PD: No tengo nada personal contra Amarilla. Creo por algunos comentarios que hacés y has hecho, que vos y yo votamos el mismo partido (no me lo contestes por favor, despoliticemos). La diferencia es que cuando tengo que elegir el sector dentro de ese partido, busco uno que no tenga evangélicos en lista, por lo menos hasta donde yo sepa 🙂

      • elarrosa dice:

        Mariano: Alvaro no pertenece a una iglesia Bautista, es pastor en una iglesia pentecostal independiente.

        • Mariano dice:

          Ok, gracias por la aclaración Esteban. Ponele x, todos estamos de acuerdo en preservar la unidad del cuerpo y sujetarnos a la autoridad, tenga la forma que tenga en nuestras denominaciones. Salu2

      • elarrosa dice:

        Otra aclaración: RTM Uruguay no pertenece a una denominación específica. Es más tenemos una pluralidad de miembros en la programación como en la conformación de sus comisiones y autoridades.
        El fundador de RTM internacional era miembro de la Alianza Cristiana y Misionera y varios de los que actualmente trabajan vienen de allí, otros son bautistas, menonitas, evangélicos armenios, también tenemos socios que tienen origen metodista en un caso, varios de las asambleas de Dios, varios más de los Hermanos Libres (como tres miembros de la actual directiva), evangélicos independientes algunos de origen pentecostal histórico (diferente del pentecostalismo actual)… En fin… tenemos una declaración de fe en común que se puede leer en esta página y adherimos a la declaración del Pacto de Lausana (1974) como marco de referencia.
        Declaración de FE de RTM:http://www.rtmuruguay.org/quienes-somos/declaracion-de-fe-y-practica

      • Álvaro Pandiani dice:

        Estimado Mariano, evidentemente en este debate suscitado en torno al tema evangélicos y política sustentamos puntos de vista que, si bien no son antagónicos, tampoco son coincidentes. Ante todo, creo que una discusión sana entre cristianos debe darse en un ambiente de respeto. No termino de comprender por cuál razón a mi comentario del 13/10/15, 16:54 pm usted responde diciendo “preferiría que la discusión del tema pase por los argumentos bíblicos más que por los nombres propios”. Creo que en los ocho años que llevo como columnista de RTM, durante los cuales he escrito decenas de artículos, siempre fundamenté con la Biblia cada opinión o planteo que hice.

        • Mariano dice:

          Me refería a no empezar a nombrar a fulano o a mengano, porque se desvirtúa el debate y no aporta. Pensé que quedó claro lo que yo quería expresar, a lo que iba es que la persona de Amarilla no está en juicio, si alguien me dice que es flor de hermano, yo le tomo la palabra: no tengo porqué dudarlo. Recuerde Dr. que ud. fue el que trajo al debate el nombre de este hno. Intenté sobrevolar los casos puntuales, definitivamente no lo logré. Un saludo.

      • Álvaro Pandiani dice:

        Yo le agradezco que me explique cómo se beneficia un debate teológico – y las ramas que pueden componerlo – como si yo no lo supiera, pero me parece que no solamente está de más su comentario, sino que también está totalmente desconectado de mi planteo. Mariano, rebata lo que expuse acerca de por qué un cristiano evangélico que ha sido electo a un cargo de gobierno no debería renunciar ni poner su cargo a disposición con un argumento valedero, y no mandándome a leer la Biblia. Eso es de mal gusto.

        • Mariano dice:

          Lamento que lo haya tomado así, hasta donde leo no lo mandé a leer la Biblia, sino le propuse bajar concretamente a ver qué nos dice la Escritura, esperando de su lado pasajes y análisis como los que intenté poner, justamente partiendo del supuesto de que ud. puede y está capacitado para hacerlo, lo cual nunca puse en duda.

          Como todo lo que se escribe y comenta en la web, en forma pública, por norma de etiqueta intento -tal vez sin éxito- que sea comprensible y de aporte no sólo para el interlocutor, sino justamente para todos los lectores. Parto del supuesto de que están leyéndonos ateos, agnósticos, personas de otras religiones, nuevos hnos. y hnos. de años, así que intento ir al nivel más básico y me arriesgo a repetir fundamentos, que para ud. y muchos, no lo dudo, ya son conocidos.

      • Álvaro Pandiani dice:

        Si quiere argumentos bíblicos, justamente en el hecho de que el legislador es cristiano, y en los valores y principios de vida y conducta – basados en la Biblia – que debe defender y exhibir en el lugar donde se encuentre, está su argumento. Me parece que su problema es que está en contra de la participación política del cristiano, y amontona versículos bíblicos procurando demostrar su posición.

        • Mariano dice:

          Ahí lamento Dr. Pandiani, a este comentario puntual no puedo aplicar ningún bálsamo. La primer oración del mismo es un argumento totalmente circular y que además no es bíblico.

          Además asume mucho sobre mí, no tiene idea de algunas incomodidades que he tenido en mi congregación cuando exhorté desde mi lugar de servicio a ir a votar en contra de la despenalización del aborto, ni cuando he tenido que denunciar la teología de la liberación y el falso evangelio social. No por que no fueran de recibo, gracias a Dios la mayoría de los hnos. entendió, pero no se puede dejar conforme a todos.

          Por último, lamento que a hacer teología bíblica/sistemática (amateur en mi caso, soy consciente de mis limitaciones, no me malentienda) le llame amontonar versículos.

      • Álvaro Pandiani dice:

        Usted me hace acordar a un hermano que, cuando yo era estudiante, me dijo: “así que estudiás para ser médico. ¿Y cómo vas a predicar que Cristo sana, si estudiás para ser médico? Le faltó citarme Éxodo 15:26 y Marcos 16:18 como “argumentos bíblicos”.
        ¿Por qué cristianos en el gobierno? Al argumento “conocido” que usted dice yo repito (aunque en realidad dije que volvemos a esa pregunta), no le da una respuesta razonada y definitiva. Tan sólo informarme que el apóstol Pablo evangelizaba y predicaba (en realidad, también fabricaba tiendas, y con se eso se mantenía). Y ahora yo le pregunto también: ¿Y por qué cristianos en la salud? ¿Y en las fuerzas armadas? ¿Y en el servicio civil del estado? ¿Y en el comercio y la industria? ¿Y en la investigación científica? ¿Y por qué no? ¿Somos todos mano, somos todos pie, somos todos ojo? ¿Tenemos que ser todos apóstoles?

        • Mariano dice:

          Dr., otra vez le habla un amateur en esto (soy un caradura que hizo un par de materias en un seminario y luego no pudo seguir): No caiga en la falacia del hombre de paja, no caricaturice mi postura. Ese hermano al que le hago acordar parece que ni sabía a qué se dedicaba Lucas el evangelista, y tenía pobre exégesis en general. Comparto también con ud. que en algunos círculos evangélicos existe o existió algún anti-intelectualismo (“no vayas a la UdelaR que son todos ateos”). Pero ese hno. que ud. cita no es representativa de mi postura, así que no tengo por qué defenderlo.

          Sobre mi lugar de trabajo y mi oficio, quédese tranquilo que no es incompatible con ninguna de las posturas que estoy dando, llegué por concurso abierto. Gracias igual por su interés en conocerlo.

      • Álvaro Pandiani dice:

        Me parece que usted le preguntaría a Pablo por qué fabricaba tiendas, en vez de predicar.
        Mariano, usted mezcla mucho las cosas. No sé qué quiso decir con lo de “fulano es buena gente o no, o si es amigo de tal o cual”. Yo no dije una palabra en ese sentido, y por las dudas le aclaro que yo, al Dr. Amarilla, no lo conozco personalmente, ni jamás crucé una palabra con él. Simplemente lo puse como ejemplo de una situación controversial: el cristiano en la política, el cual nos tiene en esta discusión.
        Tampoco sé de dónde salen las otras citas (“ahora estoy acá, estos son los resultados”, y todo lo demás). Usted pretenderá asociarlo con lo que yo dije, pero la verdad, no le veo la más mínima relación. Asimismo, desconozco lo que haya pasado entre Amarilla y su congregación. Creo que ya le aclararon que yo no soy bautista.

        • Mariano dice:

          Sobre el primer párrafo y de esta persona en particular: ya lo contesté arriba.

          Sobre lo del pragmatismo, no hacía referencia a ud. sino justamente al argumento de “soy legislador ahora, ¿por qué tendría que renunciar?”. La cuestión del pragmatismo vs. el señorío de Cristo es un tema largo, reconozco las limitaciones de espacio para hacerlo entender, y se aleja del tema principal.

          Lo de bautista, ya lo aclaré en la nota, y también x privado a Esteban, nunca quise decirlo en forma aglutinante ni sugiriendo nada entre líneas. Me queda claro que este diputado no representa a la denominación ni a la Convención, y me queda claro que RTM es un ministerio interdenominacional, lo cual me parece excelente. Por las dudas, vuelvo a pedir perdón por el malentendido.

      • Álvaro Pandiani dice:

        Mantengo lo dicho: debemos ser sal y luz. Me parece un despropósito asociarlo con lo de “hasta lo último de la tierra”. Sal y luz se refiere, claramente, a nuestro testimonio de vida, conducta y palabra ante los perdidos, allí donde estemos; “hasta lo último de la tierra” está referido a la misión evangelizadora mundial encomendada a los discípulos, y toda la iglesia. Esa interpretación suya de “hasta lo profundo de la tierra” no sé de dónde la saca.
        ¿Quién se autotituló imprescindible para Dios? ¿Quién se autotituló omnipresente? ¿Usted se da cuenta de lo que está diciendo? ¿Los legisladores evangélicos dijeron ser imprescindibles para Dios, u omnipresentes?

        • Mariano dice:

          Otra vez volvimos a lo particular, Dr.: que si fulano, que si ud., que si yo, que si nos autotitulamos, o hicimos, o somos tal o cual cosa. No era mi intención hablar de virtudes ni defectos míos, suyos ni de nadie. No estamos juzgando personas, sí ideas.

          El objetivo era discernir los presupuestos o suposiciones -a veces muy sutiles, implícitas, inconscientes o no asumidas- sobre los que se sostiene tal o cual postura. Le confieso mis “malas intenciones” en el debate: estoy atacando los presupuestos para hacer caer la estantería de los argumentos. Es una técnica válida, quizás no simpática, pero válida a la hora de analizar una afirmación.

      • Álvaro Pandiani dice:

        Muy loable el ejemplo de las humildes limpiadoras que evangelizaron a sus patrones. ¿Significa que tenemos que ser todos empleadas domésticas, y evangelizar desde allí? Le ruego me perdone, Mariano, no quiero ser sarcástico, pero creo que tenemos que ampliar un poco la mente. Si lo quiere con Biblia, lea Isaías 54:2.
        Según usted, mi hermano, los santos “de la casa de César” que menciona Pablo en Filipenses 4:22, ¿eran todos esclavos y sirvientes? ¿Está seguro que entre los cristianos de la Iglesia del primer siglo no había ningún gobernante, ningún noble, ninguna autoridad? Mariano, el procónsul Sergio Paulo, después que creyó en el Señor, ¿renunció al cargo?
        Hay que ampliar las miras, Mariano.

        • Mariano dice:

          El primer párrafo es una distorsión de lo que dije, ni siquiera es un corolario de mi ejemplo, por tanto no tengo que discutirlo.

          Sobre el segundo párrafo, justamente, a lo que iba a es que Pablo sí llegó a las autoridades, la discusión era la vía por la que llegó. Recuerde que yo no estaba dando una norma (“para llegar a César tiene que ser en cadenas”) sino un contraejemplo a la afirmación que hemos oído (quizás no es la suya) que dice “para llegar a los políticos, se necesitan políticos”

      • Álvaro Pandiani dice:

        En algo sí estoy de acuerdo, con usted: los cristianos que se meten en política partidaria, puede ser que alejen a los partidarios de otras colectividades políticas. Y bueno, los predicadores más consagrados también tienen sus detractores.
        Un abrazo, mi hermano, y muchas bendiciones del Señor Jesús para usted.

        Caramba, tuve que partir la respuesta en un montón de pedazos, porque el programa no permite más de 1000 caracteres. Vamos a tener que resumir, jeje.

        • Mariano dice:

          Lamento Dr. que estemos en las antípodas, al final parece que lo que dije del pragmatismo sí era de recibo. El “Y bueno … ” con que comienza su segunda oración no nos es beneficioso ni para ud. como Pr. ni para mí como maestro, ni para el hno. Amarilla como diputado. Siempre tendremos detractores, cierto, pero en lo posible que nos critiquen por razones válidas, centrales al evangelio. Hagamos lo posible para que si nos critican, que sea sólo porque no les gusta la Palabra ni su Autor.

          Bendiciones para ud. también.

  6. Álvaro Pandiani dice:

    Otro muy acertado artículo de Esteban sobre esta realidad que nos explotó en la cara, en estas últimas semanas, a todos los evangélicos, desde que la tan mentada “ceremonia de consagración” de algunos hermanos en la fe que ocupan cargos electivos – incluso en el Parlamento – despertó el interés de la prensa. Ceremonia de consagración que fue, a mi juicio, una exposición innecesaria, que condujo a acuñar la equívoca expresión “bancada evangélica”, y que ahora ha puesto a las iglesias evangélicas en boca de todos, y no de la mejor manera.
    Sin embargo, sigo sin entender por qué los cristianos evangélicos no pueden tener participación y actividad política; creo que pueden y deben – debemos – hacerlo, siempre que esa participación política no conduzca al evangélico a poner – parafraseando al Pepe – “lo político por encima de lo espiritual”. Es verdad, no vamos a construir el reino de Dios en la tierra, pero sí debemos ser luz del mundo y sal de la tierra; en el mundo y en la tierra, en todas las áreas, ¿pero no en las de gobierno? Volvemos a la pregunta de siempre en relación a cristiano y política: ¿dejamos la proposición de leyes que regulan nuestra convivencia en manos, exclusivamente, de quienes no sustentan valores fundamentados en la Palabra de Dios?

    • elarrosa dice:

      Alvaro, sobre lo último que exponés. Creo que el jacobinismo ha sido tan histérico en este sentido que los cristianos terminamos, como dice Mariano, autocensurándonos y avergonzados de decir lo que pensamos, sin dar razón de la esperanza que mora en nosotros (parafraseando a Pedro). El caso uruguayo en este sentido es muy especial.

    • elarrosa dice:

      ¡Pa! Nos fuimos de tema… no olvidemos que la propuesta es sobre el jacobinismo en la sociedad uruguaya y las posibles respuestas desde la fe cristiana ante esta realidad, no se trata sobre la misión de la iglesia, que es un lindo tema para otro contexto. Si seguimos en esta linea, la discusión se desvirtúa del origen.

    • elarrosa dice:

      Este último comentario lo mando por email al Dr. Pandiani y lo sacamos de la discusión aquí para agilizar la visualizacion de todos los demás que se centran en el tema. Gracias por la comprensión.

  7. Mariano dice:

    Mmmm … puede ser Esteban, pero quien accede al poder con las reglas del juego democrático, una vez que accede a un cargo, no puede decir “entre la Biblia y la Constitución elijo la Biblia” ni nada parecido. El político llegó ahí en el marco de la Constitución, aceptando implícitamente su autoridad ¿y ahora dice en público que tiene una norma mayor? Quizás una afirmación más feliz hubiera sido “me apegaré a la Constitución y lo que dicten las leyes en general, pero si entraran en conflicto con la Biblia, desde el primer día tengo mi cargo a disposición”. Pero claro, una afirmación así desde el “vamos”, es difícil que pueda atraer a votantes, ni tranquilizar a aliados. Aquí tenemos otra inconsistencia de la lógica politizante evangélica.

    En otro tiempo, cuando la Iglesia enfrentaba controversias con los poderes del mundo, podía ponerse en pie, levantar la Biblia en alto y decir “ASÍ DICE EL SEÑOR”. Los incrédulos creerían o no, pero no podían discutir que apelábamos a la que era nuestra autoridad final en toda controversia, y que nos movíamos en forma consistente con ella.

    Pero hoy lamentablemente a veces ya ni se sabe qué dice la Biblia, ni para cuándo lo dice, ni para quién lo dice. El “así dice el Señor” fue reemplazado por “así me lo dijo la profetiza fulana”, “así piensa el apóstol mengano”, “así dice el hno. sultano, que lo conozco de años y tiene trayectoria”, “esta es mi humilde opinión”, o el ya conocido “así es como tendremos visibilidad -o relevancia (?)-“.

    Este controversia ¿será por culpa de estos “ateos terribles” que sacan estos comunicados? ¿no será un problema que empezó puertas adentro? Pensando en voz alta nomás …

    un saludo, bendiciones
    Mariano

    PD: Conste que las “organizaciones firmantes” del comunicado, como cristianos, están en las antípodas de nuestro pensamiento. Pero me parece que hay que reconocer la veta de verdad en lo que reclaman.

    • elarrosa dice:

      Gracias Mariano. Si, y si se lee entre lineas se verá que respondo también a eso que planteás. Pero los temas de a uno y seguramente eso vendrá en una próxima entrega… Una cosa no quita la otra. Como verás, el titulo de este artículo es muy específico, y a mí al menos, como hice con el caso de la “¿bancada evangélica?” abordo los temas focalizadamente y centrándome en el asunto propuesto. Obviamente, sin desconocer los factores que llevaron a la coyuntura actual, la cual respondo también en el artículo me parece…

      • elarrosa dice:

        Si uno lee la historia uruguaya y los analisis que han hecho especialistas en el tema del jacobinismo se verá que lo que planteo no es novedoso, sino que tiene una historia más que centenaria. La coyuntura del hecho político específico que ha detonado la discusión del tema tiene esos elementos de responsabilidad de los cristianos que lo propiciaron (como vos decís), pero debemos mirar más a largo plazo y no solo el hecho puntual, pues el fenómeno es de muy larga data en el país y esto es solo una perla más en el collar, habiendo cometido o no un grueso error. El jacobinismo continúa vivo en nuestra sociedad.

        • Mariano dice:

          De acuerdo Esteban, que hay jacobinismo lo hay. Releí también los últimos párrafos y veo que apuntan a qué hacemos con él. Me consta que estamos en una sociedad hostil al evangelio. El problema es que a los jacobinos le contestamos haciéndonos hugonotes 😉 Nos avergüenza ser los “locos de Jesús”, preferimos ser una “influencia relevante”, un lobby o grupo de poder, para que “Cristo brille” o “sane la tierra”. Afirmaciones q Creo que detrás de esto, además de los intereses mezquinos de unos pocos, tenemos una pobrísima escatología bíblica. Ya no somos más las ovejas que esperan la llegada del Reino y lo anuncia, ahora somos los albañiles que lo construyen. Seguimos siendo premilenanialistas como nuestra tradición evangélica, pero en los discursos y los hechos somos cada vez más posmilenialistas: “Hagamos el Reino, expandamos el Reino, que entonces viene Cristo”.

          • elarrosa dice:

            De acuerdo con tu planteo Mariano. Tengo planificado entre mis temas de estudio recorrer el Nuevo Testamento y lo que se enseña respecto al reino de Dios. Hace años, lo tengo en carpeta y estoy juntando material al respecto de todo lo que vos decís. Algún día… analizamos eso y lo discutimos, o tal vez, alguien más como el Dr. Pandiani o un Profesor más versado que yo en Biblia pudiera ayudarnos a entenderlo y compararlo con estas nuevas teologías que se están alejando de lo que enseñó Jesus acerca del reino de Dios, dominados por una teología política y no bíblica, lo cual es tremendamente dañino y crea confusión.

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