Octavio Paz – El pájaro
2 mayo 2017Lecciones para la vida – 7
3 mayo 2017Lectura: Filipenses 4:4 -7
“Por nada estéis afanosos…” v.6
Ernesto, cuando era un joven de 19 años de edad dirigió una tropa de Scout en la ciudad de Santiago, en Chile. En una ocasión se le pidió planificar una actividad para salir de excursión por un fin de semana y a cargo de 11 niños. Luego de haber trabajado invirtiendo tiempo en organizar todo, al presentar el plan de acción a los dirigentes de la organización, para realizar la actividad programada, todo fue rechazado por haber sido considerado como arriesgado y sin sentido. ¡Imagínese como se sintió Ernesto!
Es seguro que las frustraciones pueden ser difíciles de soportar. En un momento, la vida parece ir por un buen rumbo. Pero en el siguiente, nuestro camino es bloqueado. Ahora, es bueno plantearse la siguiente pregunta, ¿Cómo respondemos o reaccionamos en momentos como esos? Aquí surgen dos posibles respuestas a esa pregunta: primero, una breve oración pidiendo la ayuda o la bendición de Dios, pero con el deseo de continuar. Segundo, manipular a las personas o las circunstancias, para conseguir lo que queremos.
La respuesta bíblica, comienza por esperar y confiar en el Señor. Cuando nos encontramos con un camino bloqueado, debemos tener fe en Dios, y dedicar tiempo para evaluar la situación y buscar la dirección correcta. Al pedir que el Espíritu Santo aumente nuestra sensibilidad a los hechos que nos rodean, podremos notar cualquier puerta que se abra. Y aunque no encontremos ninguna, debemos vivir con esperanza, confiando en que otras puertas de oportunidades se abrirán en el tiempo perfecto de Dios.
Gabriel Ibáñez, Chile