“…escoge, pues, la vida, para que vivas tú y tu descendencia”. v.19
De niño, Ronald Reagan tenía una tía que lo quería mucho. En una ocasión ella llevó al joven Reagan a un zapatero para que le hiciera unos zapatos a la medida El zapatero le pregunto: -¿Quieres los zapatos con puntera cuadrada o redonda? Ronald tartamudeo un poco, él no sabía lo que quería. El zapatero dijo: -“Esta bien. Ven por acá dentro de un par de días, me dices lo que quieres y te hare los zapatos”. Dos días después, el zapatero lo vio en el pueblo y volvió a preguntarle: -“¿Quieres los zapatos con puntera cuadrada o redonda?. Ronald le contesto: -“No sé”. El zapatero le dijo: -“Ven dentro de dos días por tus zapatos”. Cuando Reagan fue a buscar los zapatos, uno, tenía la puntera cuadrada y la del otro era redonda. El zapatero lo miro y le dijo: -“Esto te enseñará que de ahora en adelante, no debes permitir que la gente tome decisiones por ti”.
Hay muchos que no deciden sobre sus vidas. Esperan que sean otros los que lo hagan. No hemos sido creados con parálisis de imaginación o de libertad, podemos planificar y ejecutar lo que nos venga al pensamiento. No permitas que otros lleven tu vida. Hoy pongo al cielo y a la tierra por testigos contra ti, de que te he dado a elegir entre la vida y la muerte, entre la bendición y la maldición. Elige, pues, la vida, para que vivan tú y tus descendientes. Este fue el mandato de Dios, el Padre a Su pueblo Israel.
Dairo Rubio, Ecuador