El feliz reencuentro
7 noviembre 2017¡Victoria!
9 noviembre 2017Lectura: Éxodo 20:1-17
“Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da.” v.12
Un anciano chino permanecía sentado en el pórtico de su casa, estaba demasiado viejo para trabajar en la huerta, mientras su hijo y el resto de la familia araban el campo para la siembra. El hijo mira al anciano y piensa para sus adentros: ya está muy viejo ¡todo lo que hace es comer y producirnos gastos y molestias! ¿Qué nos puede aportar? Lo mejor es salir ya de ese viejo estorboso.
Así pues, el hijo construye un cajón; lo arrastra hasta el pórtico y ordena bruscamente a su padre ¿Padre, métete ahí adentro! Cuando el anciano, con paso vacilante, logra meterse dentro de la caja, el hijo le coloca la tapa y la clava fuertemente; la monta sobre una carreta tirada por dos bueyes y se encamina montaña arriba hasta un elevado peñasco. Al llegar el hijo oye voces desde el interior del cajón y pregunta ¿qué quieres papá?
La voz del padre responde desde el interior: hijo ya comprendo lo que estás haciendo conmigo; me vas a matar porque ya no te sirvo de nada…pero déjame darte como padre un último consejo: Que me tires por el despeñadero, pero conserva el cajón, porque muy probablemente tus hijos llegaran a necesitarlo dentro de unos años.
Hermano lo más preciado que el Señor nos ha dado es poder compartir con nuestros viejos, honrándolos mientras están con nosotros. La Palabra dice en Gálatas 6:7, “No os engañéis; Dios no puede ser burlado: Pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará”
Carlos J. Cárdenas, Colombia