¿Qué está guiando tu construcción familiar? – 3
26 abril 20181 Pedro 2.1 – Fronus
28 abril 2018Lectura: Hebreos 10:10-25
“Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras… no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca.” vv.24, 25
Hace unas semanas en viaje pastoral de mi ciudad Valencia, estado Carabobo, a la población de San Sebastián de los Reyes, estado Aragua Venezuela, pasé por una ciudad por la cual había pasado cualquier cantidad de veces, se llama Villa de Cura.
Como iba de pasajero, pude observar y reflexionar, “tantas veces he pasado por esta ciudad y no la conozco”. Mi conclusión fue “Una cosa es pasar por una ciudad y, otra es entrar”.
En más de una ocasión me han preguntado si conozco Villa de Cura e ingenuamente he respondido que sí. Pero después de ese día y esa reflexión, llegué a la conclusión de que realmente NO conozco esa ciudad, pues nunca he entrado a ella.
¿Sabes? Lo mismo ocurre con las personas. Creemos que conocemos a alguien cuando ciertamente no hemos entrado en una relación cercana. Pasar tiempo y en conversaciones reales con nuestros vecinos y cercanos se hace necesario para decir que les conocemos.
Cuando nos interesamos en otros, profundizamos nuestra relación la cual nos permite conocer los intereses, las necesidades, su entorno familiar, entre otras cosas de interés. Sólo así podemos decir “Conozco a esa persona”. Si realmente queremos ser de bendición y ayuda a nuestro prójimo, debemos no solo saludarlos sino conocer sus necesidades y orar por ellos y presentarles a Cristo como único y Suficiente Salvador.
José Hernández, Venezuela