Malestar sexual
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“Él es el resplandor glorioso de Dios, la imagen misma de lo que Dios es y el que sostiene todas las cosas con su palabra poderosa.” v.3
En tiempos donde buscamos referentes de integridad en todos los ámbitos de la sociedad, cómo es maravilloso encontrarnos esa descripción sobre Jesucristo. Necesitamos la manifestación de Dios en nuestro mundo, la buscamos intensamente y nuestro deseo es verle actuando en la vida de las personas y por ellas en las vidas de muchos más. Jesucristo es el referente al cual debemos seguir, pues es la manifestación de Dios en medio de la humanidad; es el propio Dios encarnado. Es nuestra salvación, nuestra restauración, nuestra satisfacción, nuestra nueva vida desde el pasado hasta el futuro, nuestro presente renovado.
Sí, Jesús refleja poderosamente y perfectamente la majestad de Dios. Es la exacta expresión de la imagen de Dios, el esplendor de nuestro creador, su perfección y gloria magnífica entre los seres humanos. En Cristo podemos ver el carácter que Dios quiere manifestar a los seres humanos, labrado en él de forma exacta.
Al acercarnos a Jesucristo, nos allegamos al creador que se presenta con poder hacia la criatura que en todo depende de aquel que controla todo el universo, con tanto poder que basta una palabra suya para que se realice lo que él desea.
Además de saber que estamos en las manos del todopoderoso, podemos descansar en los brazos de quien nos purifica de nuestra impura humanidad. Qué maravilloso es nuestro Salvador.
Dirceu Amorim de Mendonça, España