Creer en Dios
9 julio 2018Entrevista con Dr. Pandiani – 1
10 julio 2018Lectura: Jeremías 1:4-10
“Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que nacieses te santifiqué, te di por profeta a las naciones.” v.5
Un reportaje publicado en internet captó mi atención al reseñar los casos de personas destacadas o famosas en distintas facetas del quehacer humano (el arte, las ciencias, los negocios, etc), quienes tienen en común que, de alguna manera, estuvieron en el corredor de la muerte, antes de nacer: Por diversas circunstancias, sus madres consideraron abortar o se les recomendó que lo hicieran.
Hoy día la controversia ética, médica y espiritual respecto al aborto sigue siendo intensa. Médicos conscientes reconocen que desde el momento mismo de la concepción puede afirmarse que la vida humana comienza. En el llamamiento que Dios hace al profeta Jeremías, hallamos una hermosa declaración de Dios que sustenta nuestra responsabilidad y deber de defender el valor de la vida: no somos producto del azar. El Dios eterno y todopoderoso creador, que está en dominio de todas las cosas, sean grandes o pequeñas, es quien forma al ser humano en el vientre de la mujer. Tanto Jeremías como otros personajes de la Biblia se describen como destinados para una causa desde antes de nacer.
Es alentador entender que Dios tiene un propósito con cada bebé que viene a este mundo y aunque se llegue o no a ser exitoso social o materialmente, cada ser humano tiene la oportunidad de vivir una vida de significado, sentido y propósito. Aunque la misión que nos toque pueda ser difícil, Dios nos equipa y acompaña; podemos obtener de él la sabiduría y dirección para conocer nuestro llamado y llevarlo a cabo.
Georgina Thompson, República Dominicana