Cultura del yo
8 octubre 2018Buenas noches
10 octubre 2018Lectura: Mateo 6:5- 15
“Vosotros oraréis así” v.9
Orar es hablar, o hablar dialogar con Dios. Tenemos que orar al Padre en el nombre de su Hijo, Jesucristo, quien enseñó: “Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré”.
Dios escucha todas las oraciones y las responde de acuerdo con su voluntad que, muchas veces, es distinta de lo que le pedimos. Pedimos que Dios nos resuelva situaciones o nos supla necesidades temporales que, de ser respondidas como las pedimos, afectarían nuestro futuro. Entonces: ¿Por qué orar si, él sabe lo que necesitamos y nos dará lo que él quiere? “… porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis” (v.8).
Tenemos que orar porque Dios desea tener comunión con nosotros. Quiere que confiemos en él y en su amor, quiere ser un Padre presente que habla con sus hijos por medio de la Biblia y de su Espíritu Santo, que nos capacita para comprender y aceptar sus respuestas. Dios nos dará todas las cosas que le pedimos en consonancia con su voluntad que es lo mejor para nosotros. Por medio de la oración adoramos y alabamos al Señor expresándole nuestra gratitud; confesamos nuestros pecados; intercedemos por otras personas y pedimos cosas que necesitamos. Para recibir tenemos que pedir con fe. Podemos orar en cualquier lugar, circunstancia y posición con la seguridad de que nuestro Padre nos escucha y está listo para respondernos. “Tú oyes la oración… Con tremendas cosas nos responderás… Oh Dios de nuestra salvación.
Rogelio Nonini, Argentina