La Machi

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Lectura: Salmo 103: 1- 5

“Él es quien perdona todas tus iniquidades, el que sana todas tus dolencias” v. 3

En la cosmovisión mapuche (indígenas de Chile) la Machi era aquella mujer dotada de poderes especiales por el Gran Espíritu Creador que la elegía con el fin de sanar al pueblo. Su conocimiento ancestral sobre las hierbas medicinales la convertía en la sanadora o la médica. La cultura europea trató de peyorizar su misión presentándola a veces como una bruja que tenía pacto con Satanás. No obstante, como es sabido, todos los pueblos indígenas tenían médicos o curanderos para atender las enfermedades de su gente.

Así como la Machi fue el medio para traer sanidad para los enfermos, hubo uno que se propuso ser el médico de toda la humanidad: Jesucristo.

No hay dudas que las enfermedades han existido siempre; uno de los discípulos de Jesús, Lucas era médico. Sin embargo, en aquella época Jesús sanó a muchos enfermos destacándose entre ellos personas con dolencias físicas, mentales como espirituales. Él sanó a una mujer que sufría hemorragias desde su juventud, como a una persona poseída por el espíritu del diablo que habitaba en el cementerio y cuya fuerza era superior a quienes trataban de controlarlo; Jesús lo sanó de esa posesión demoníaca.

Pero la sanidad mayor que Jesús trajo al mundo fue la sanidad del pecado, esa tendencia humana de desobediencia a lo que Dios ha establecido en su Santa Palabra, que se manifiesta en rebeldía a los mandamientos divinos. Jesús tiene poder para perdonar nuestros pecados y sanar nuestras enfermedades y dolencias hoy si confiamos en Él. Porque Su poder es ayer, hoy y por los siglos.

Luis Canihuante, Chile

Jesús es nuestro sanador celestial.
Meditación publicada en el libro devocional de RTM Alimento para el Alma – volumen 16, para conseguir una copia de la edición impresa visítenos en Soriano 1335 (Montevideo, Uruguay) o en su librería cristiana más cercana.

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