Jesús y las multitudes

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Lectura: Lucas 8:40 – 48

«¿Quién es el que me ha tocado? Y negando todos, dijo Pedro y los que con él estaban: Maestro, la multitud te aprieta y oprime, y dices: ¿Quién es el que me ha tocado? Pero Jesús dijo: Alguien me ha tocado; porque yo he conocido que ha salido poder de mí.» vv. 45-46

Una de las historias que nos gusta contar sobre nuestro matrimonio se refiere a cómo nos conocimos. Estudiábamos en un seminario en medio de centenas de estudiantes. Una joven quiso llamar mi atención y a donde iba yo “por coincidencia” ella encontraba una forma de estar al alcance de mis ojos. Yo la veía como una joven más en medio de la multitud de alumnos, pero ella me miraba como uno especial, hasta que le vi como ella quería que la viera. Hace 30 años que doy gracias a Dios por su perseverancia.

Las multitudes suelen ser instrumentos para tornar a alguien invisible. Una mujer buscaba a Cristo y le vino al encuentro en medio de muchísima gente, a quienes los discípulos definieron como multitud que “te aprieta y te oprime”. Esa visión podría definir lo que piensa la sociedad sobre casi todo, pues a muchos lo que les importa es la cantidad de los resultados y no la calidad de uno.

Las multitudes confundieron a todos, pero no a Jesús. Ocultaban gente que sufría sofocada por la ansiedad y ruido, pero Cristo sabía que alguien le había encontrado, aunque nadie le hubiera visto. La mujer estaba en una condición que le alejaba de Jesús, pero nuestro Salvador tenía la sensibilidad que le acercaba a ella.

Dirceu Amorim de Mendonça, España

Cristo siempre nos verá en medio de las multitudes.
Meditación publicada en el libro devocional de RTM Alimento para el Alma – volumen 16, para conseguir una copia de la edición impresa visítenos en Soriano 1335 (Montevideo, Uruguay) o en su librería cristiana más cercana.

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