Pensamientos de servicio

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Lectura: Hechos 8:26-40

“Un ángel del Señor habló a Felipe, diciendo: Levántate y ve hacia el sur, por el camino que desciende de Jerusalén a Gaza, el cual es desierto. Entonces Él se levantó y fue.” vv.26-27

En España hay zonas muy poco pobladas debido a las circunstancias geográficas o a la lejanía desde ciudades más grandes. En la rural Extremadura hay incluso una comarca que se llama La Siberia, en referencia a la distante región de Rusia por lo alejada que está de grandes poblaciones

Muchas veces nos preguntamos por qué vivimos determinadas situaciones que nos hacen sentir como en un desierto, sea literal como la “Siberia extremeña”, cerca de donde viví hace años, o a figurado, como esas circunstancias complicadas donde tenemos la sensación de estar solos. La respuesta es clara: Dios tiene un propósito para todo, y en él se encuentra nuestro crecimiento para servirle.

En la Biblia, Felipe es enviado al camino desértico por una razón: una persona. Allí se acerca a un hombre etíope que leía las Escrituras mientras viajaba y le explica el texto, presentando las buenas nuevas del Evangelio. Le enseña que el Mesías había venido y el resultado de la predicación es la conversión de aquel viajero.

Dios tiene un propósito para cada momento de nuestras vidas. Su Espíritu llevó por un corto período de tiempo a Jesús al desierto para ser tentado. En el caso de Felipe, fue para la salvación de alguien. También nosotros somos conducidos a lugares, personas y circunstancias que no entendemos, pero si ponemos nuestros pensamientos en Dios estaremos preparados para servirle en cualquier ocasión.

Mateus Rodrigues de Mendonça, España

Dios tiene un propósito para nosotros aún en el desierto.

Meditación publicada en el libro devocional de RTM Alimento para el Alma – volumen 20, para conseguir una copia de la edición impresa visítenos en Soriano 1335 (Montevideo, Uruguay) o en su librería cristiana más cercana.

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