Siguiendo a Jesús en los Salmos del Pastor

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PREGUNTA: ¿Cuál es el lenguaje del corazón de Dios? ¿Cómo se expresa Su emoción más profunda?

RESPUESTA: Su Hijo, Jesús.

PREGUNTA: ¿Dónde se describe con mayor pasión y humanidad?

RESPUESTA: En los Salmos.

Los Salmos expresan las emociones más profundas de pastores y reyes, profetas y sacerdotes, mientras luchan con la pérdida, la desilusión, la celebración y la esperanza de la vida eterna con el Dios que los hizo. Pero, sobre todo, los Salmos muestran una nueva forma de ver a Jesucristo. Por ejemplo, tomemos uno de los capítulos más conocidos de toda la Biblia: el Salmo 23. Al Dr. McGee le encantó este salmo, y explica cómo podemos apreciarlo mejor en su contexto. Juntos, los salmos 22, 23 y 24 son llamados “los salmos del pastor”.

El Dr. J. Vernon McGee escribió:

Usted conoce el Salmo 23, probablemente de memoria. Pero la poesía que nos lleva a los verdes pastos no tendría sentido sin el Salmo 22, que es como pisar tierra sagrada.

Deberíamos quitarnos los zapatos espirituales cuando leemos el Salmo 22, llamado “el salmo de la cruz”, un salmo que describe precisa y específicamente la crucifixión de Jesús mejor que cualquier otra porción de la Biblia. Pero el cuadro que pintan los Salmos 22 y 23 no está completo sin el Salmo 24, un majestuoso coro cantado sobre Jesús, el Rey de gloria.

Los tres juntos se llaman “los salmos del Pastor”.

En el Salmo 22, Jesús es el Buen Pastor. Él mismo se llamó así en Juan 10:11: “Yo soy el buen pastor… su vida da por las ovejas”. En este salmo vemos a Jesús, nuestro Salvador, en la cruz. Creo que debe conocer al Salvador del Salmo 22 antes de poder conocer al Pastor del Salmo 23. No creo que ningún

probablemente de memoria. Pero la poesía que nos lleva a los verdes pastos no tendría sentido sin el Salmo 22, que es como pisar tierra sagrada.

Deberíamos quitarnos los zapatos espirituales cuando leemos el Salmo 22, llamado “el salmo de la cruz”, un salmo que describe precisa y específicamente la crucifixión de Jesús mejor que cualquier otra porción de la Biblia. Pero el cuadro que pintan los Salmos 22 y 23 no está completo sin el Salmo 24, un majestuoso coro cantado sobre Jesús, el Rey de gloria.

Los tres juntos se llaman “los salmos del Pastor”.

En el Salmo 22, Jesús es el Buen Pastor. Él mismo se llamó así en Juan 10:11: “Yo soy el buen pastor… Su vida da por las ovejas”. En este salmo vemos a Jesús, nuestro Salvador, en la cruz. Creo que debe conocer al Salvador del Salmo 22 antes de poder conocer al Pastor del Salmo 23. No creo que ningún hombre pueda decir: “El Señor es mi pastor, nada me faltará”, hasta que pueda decir: “El Señor es mi Salvador”.

En el Salmo 23, Jesús es el Gran Pastor. La bendición de Hebreos 13:20, 21 hace eco de esto: “Y el Dios de paz que resucitó de los muertos a nuestro Señor Jesucristo, el gran pastor de las ovejas, por la sangre del pacto eterno…”. Aquí vemos a Jesús, nuestro Satisfactor, sosteniendo Su cayado del pastor. Él satisfizo las santas demandas del Padre a través de Su sangre, y hoy satisface a cada alma que busca con bondad y misericordia.

El Salmo 24 revela a Jesús como el Pastor Principal. Véalo de nuevo en 1 Pedro 5:4, “cuando aparezca el Príncipe de los pastores, vosotros recibiréis la corona incorruptible de gloria.” En este salmo, nos imaginamos la corona de Rey que el soberano Jesús llevará algún día.

Los salmos del Pastor nos dan un maravilloso recordatorio para afrontar la vida y la muerte. Querido hijo de Dios, escuche a David: “Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo”. Es algo terrible pensar en morir solo. Quiero decirle esto: No voy a atravesar la puerta de la muerte solo. Tengo a Alguien que dice que va conmigo, así que no voy a temer. La muerte es terrible a menos

que Jesús vaya con usted. Nuestro tierno Pastor Jesús no deja a Sus ovejas, sino que nos lleva de esta vida a la otra.

Déjeme decirle que este mundo no tiene nada hoy en día que iguale esa clase de amor, pues aquí y ahora, como dijo David, “Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida…”.

Entonces “… en la casa de Jehová moraré por largos días” (Salmo 23:6) refiere a la eternidad.

¿Quién es Jesús para usted hoy? Él es su Pastor. En el Salmo 22, Él da Su vida por las ovejas. En el Salmo 23, Él da Su amor a las ovejas. En el Salmo 24, Él nos da la vida eterna cuando Él aparezca.

La próxima vez que escuche o lea el Salmo 23, recuerde el cuadro más completo, el hermoso cuadro que tenemos de Jesús como nuestro Pastor. En el pasado murió por nosotros, en el presente vive por nosotros, y en el futuro vendrá de nuevo por nosotros.

CONSIDÉRELO

Lea el Salmo 22, 23 y 24 de una sola vez. Busque los elementos descritos por el Dr. McGee que apuntan a Jesús.

Ore los Salmos para sí mismo:

Lea un Salmo como una oración para sí mismo cada semana durante nuestro estudio. Escriba su nombre cada vez que lea las palabras “yo” y “mi”. Aquí hay sugerencias para empezar:

  • Salmo 3
  • Salmo 8
  • Salmo 23
  • Salmo 30
  • Salmo 42
  • Salmo 51
  • Salmo 61
  • Salmo 63
  • Salmo 91
  • Salmo 131
  • Salmo 139
  • Salmo 145

“El rey David nunca olvidó al pastorcillo. Cuando escribió el Salmo 23, David era un anciano. Se consideraba a sí mismo como una oveja y a Dios como su Pastor que lo guiaba desde ese redil hasta el trono. Es fácil escribir: ‘El Señor será mi pastor’, pero hay que ser un viejo pastor que mira por el pasillo del tiempo para que tenga verdadero significado. David miró su accidentada carrera, una vida plena, y dijo: ‘El Señor es mi pastor; nada me faltará’. Doy gracias a Dios porque después de 75 años puedo decir: ‘El Señor es mi pastor, nada me faltará’. No estoy presumiendo de mí mismo, pero sí de mi Pastor. Qué maravilloso Pastor es Él para mí”.

— Dr. J. Vernon McGee

Extraído de: Siguiendo a Jesús  en los Salmos del Pastor

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