Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera porque en ti ha confiado.” v.3
En todo tiempo debemos confiar en Dios no importando las adversidades que estemos enfrentando. Ante mayores adversidades, más debemos confiar en Él. Porque es mejor refugiarse en Dios, antes que en el hombre. Tengamos sumo cuidado de no apoyarnos en nuestro propio conocimiento, mejor apoyémonos en Dios, porque los que confían en el
Señor permanecen para siempre y si escuchamos la voz de Dios y confiamos, viviremos tranquilos.
Es momento para que nos acerquémonos confiadamente al trono de su gracia porque el dios de este siglo, Satanás, ha cegado el entendimiento, y nos pregunta ¿Dónde está tu Dios?
Satanás pone en duda nuestra confianza y seguridad puesta en Dios. Como hijos de Dios debemos renunciar a toda murmuración e incredulidad, escudriñando Su Palabra en la Biblia. Hay que poner en movimiento La Palabra dada por Dios sin vacilar y con fe. Confiando plenamente en Dios, para que no tengamos temor a malas noticias porque nuestro corazón está firme; confiado en Jehová, quien nos acompaña en todo momento.
El verso cuatro de éste capítulo nos hace un llamado a “confiar perpetuamente, porque en Jehová El Señor está la fortaleza de los siglos.” Bien dice el antiguo himno cristiano: “Firmes y adelante huestes de la fe, sin temor alguno que Jesús nos ve. Tronos y coronas pueden perecer, de Jesús la iglesia, siempre habrá de ser; Firmes y adelante.” Confiando en Dios sigamos adelante en todo aquello que le agrada a Él y que será de bendición a muchos a nuestro alrededor.
Oswaldo Canales, Honduras
Fortalezcamos nuestra fe confiando en Dios