“Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad.” v.8
En este mundo vivimos bajo el peligro de virus, bacterias y diversas enfermedades. Tenemos vertederos de basura por todas partes. En nuestras casas tenemos diferentes maneras de librarnos de basura en los baños y cocinas. La sala sanitaria es esencial en una vivienda. Allí nos bañamos, lavamos las manos, higienizamos nuestra boca y nos libramos de lo que nuestro cuerpo desperdicia. Nuestro mismo cuerpo absorbe de los alimentos lo que es necesario para la salud y desecha lo que no sirve.
Así mismo debemos hacer con nuestra mente. En nuestra mente podemos almacenar buenos y malos recuerdos, pero depende de nosotros tener recipientes de basura para luego vaciarlos y no vivir con basura en ella. Cuando comprendemos el perdón de Dios tenemos
menos basura en la mente, porque al arrepentirnos y creer que Jesús es nuestro único salvador, le entregamos nuestra vida a Cristo. La Biblia dice que por la fe, la sangre de Cristo nos limpia de todo pecado. Sabemos que en Cristo somos nueva creación y Dios borra todos nuestros pecados y errores pasados.
El apóstol Pablo nos recomienda pensar en cosas buenas; tener pensamientos que nos traigan beneficio y no lo contrario. Es difícil pensar en lo bueno en medio de problemas o tentaciones, pero debemos hacerlo. Pidamos a Dios que nos ayude a tener una mente limpia y que quite de ella toda basura que nos estorbe. No guardemos basura.
Carlos Perdomo, Aruba
Los pensamientos negativos nos enferman y quitan la paz