Sin fuerzas
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dioses inexactos
22 noviembre 2022
Lectura: Jonás 1:1-17
“Ellos supieron que huía de la presencia de Jehová.” v. 10
Su madre había fallecido algunas semanas atrás. Ahora ella comunicaba a la iglesia su decisión de ingresar a un seminario teológico. Pero más que un aviso, era una confesión: “Yo sentía hace tiempo el llamado de Dios de prepararme, pero me hacía de oídos sordos. Hallaba muchos argumentos que obstaculizaban mi respuesta a ese llamado. Pero Dios fue quitándolos uno tras otro. Mi último argumento para no ir fue que tenía que cuidar a mi madre enferma. Ahora Dios me la quitó, de modo que no tengo más excusas.”
Dios tiene sus métodos para cumplir sus planes. No siempre son tan dramáticos o dolorosos. En lugar de asustarnos, este hecho nos debería alegrar: Dios cumple su plan a pesar de nosotros. En nuestra falibilidad, a veces somos un obstáculo al plan de Dios, aun sin saberlo. Pero Dios conoce nuestras intenciones de modo que, a pesar de nuestra testarudez, no nos desecha, sino emplea métodos diversos para hacernos volver a su voluntad.
En el caso de Jonás, él tuvo que intervenir de manera muy dramática para que éste, aunque sea a regañadientes, cumpla con su deber. Si seguimos leyendo el libro tan breve de Jonás, vemos que en la oscuridad del estómago del pez, él se arrepiente. Tuvo que llegar hasta ese lugar, porque posiblemente no hubiera cambiado de parecer si Dios lo hubiera llevado de vuelta a su misión en un yate lujoso. Si usted está “camino a Tarsis”, no espere a que Dios le tenga que hacer volver a la fuerza. Aún está a tiempo de cambiar de rumbo.
Marvin Dück, Bolivia
Un estirón de orejas de Dios es un acto de amor, pero doloroso.