
El susto maravilloso – Parte 3
27 diciembre 2022

Lectura: 1 Timoteo 6:11-12
“Pelea la buena batalla de la fe…” v.12
Muchos han definido la naturaleza fundamental del cristianismo como una lucha en la que todos los discípulos participamos y de la que no hay salida posible hasta el final. Desde el momento en que comenzó su vida cristiana por la fe en Jesucristo, comenzó una pelea por su vida y no se debe pensar que sea fácil.
Aquí la palabra “pelea” no significa que deba combatir, sino más bien competir. El término no está sacado del lenguaje bélico, sino de la competición atlética. La buena batalla así aludida es la fe cristiana y la carrera relacionada con ella. El discípulo debe correr bien esta carrera.
Nuestra batalla no es ordinaria, es una lucha espiritual. Una lucha por llevar una vida cristiana digna en medio de las peligrosas presiones y de las fuerzas contrarias. Una batalla en la que demuestro ser hijo de Dios en un mundo de engaños; en la que no sigo las fantasías con las que las personas se dejan engañar. El creyente no debe permitirse a sí mismo pensar de manera equivocada acerca de lo que está sucediendo en el mundo, sino que adopta el punto de vista de Dios.
Algunos piensan que el Cristianismo es una religión pasiva que prefiere esperar hasta que Dios actúe. Pero nuestra fe es activa y obedecemos a Dios con valor y hacemos lo que sabemos que es correcto. Si realmente queremos salir victoriosos en esta lucha que hoy día libramos debemos aferrarnos más a Dios. Pon- gamos nuestra mirada en Cristo y despojémonos de todo lo que nos estorba en la carrera.
Sigifredo Sabalza, Venezuela
¡A la batalla con el escudo de la fe!