Protección
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Lectura: Proverbios 2:1-12
“Para librarte del mal camino, de los hombres que hablan perversidades”. v.12
“Camino” aquí significa conducta. El mal camino es una mala conducta, un comportamiento malvado. La sabiduría nos libra de esos caminos, comportamientos pecaminosos. La sabiduría nos arrebata de la mano de quien quiere secuestrarnos, nos defiende y nos deja en libertad. Esto fue lo que hizo Jesucristo por nosotros. Nos compró en el “mercado” donde estábamos prisioneros y nos hizo libres para que ahora seamos esclavos de Él por amor. Esto es, a propósito, lo que significa redención.
Él sigue librándonos por medio de la sabiduría que nos brinda, no solamente de nuestros propios malos comportamientos, sino de las artimañas de hombres malvados, los que hablan cosas perversas. La perversidad, la maldad es la tergiversación deliberada de lo que es bueno; la deformación voluntaria de lo que es verdadero. Los hombres malos distorsionan la verdad.
Esto fue lo que hizo el padre de la maldad, la mentira y el engaño en el huerto del Edén. Lamentablemente la primera pareja humana cayó en el pecado de desconfiar de Dios y Su Palabra y con ella toda la humanidad. Así hacen también hoy de maneras más sutiles los hijos de maldad, incluyendo falsos profetas y maestros, quienes tuercen para su propia conveniencia la Palabra del Señor.
Gracias a Dios que el segundo Adán, el Señor Jesucristo en el desierto, resistió la tentación del padre de la perversidad y respondió con la sabiduría de La Palabra a cada una de sus tergiversaciones, triunfando sobre él, dándonos ejemplo de que con Él y Su Palabra podemos ser más que vencedores sobre el mal y sobre el malo, con la sabiduría de Dios.
Dionisio Orjuela, Colombia
El mal no te alcanzará ni los malvados podrán contigo