Soy… ¿Quién Soy?

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Escuche aquí la columna completa en la que se basó este artículo, accediendo también al contexto musical que enmarca la reflexión:

Por: Esteban D. Larrosa*

“El Cuarteto de Nos”, banda uruguaya de rock nominada varias veces a los premios Grammy y recibiendo muchas otras distinciones, incluye en el álbum “Bipolar” uno de sus cortes distintivos: “El hijo de Hernández”. Su estribillo dice:

Soy quien soy, no preciso identificación
se bien de donde vengo y donde voy
porque soy lo que soy,
y no quien quieras vos

La lírica es un fiel reflejo de quien busca afirmar su identidad desde un punto de vista autorreferencial, pues describe un ser totalmente desprendido de sus antecedentes históricos, familiares, de su contexto, de los hábitos, códigos y costumbres de su entorno social, quedando afirmado sobre nada más que su existencia y su propia persona, no teniendo más norma de conducta, conciencia y regla que el mismo, pues “soy sangre de mi sangre” y “soy mi herencia y mi experiencia, y esa vivencia es la referencia”.

Al mirarnos en el espejo del “Cuarteto de Nos” la pregunta se trasfiere al lector: ¿Quién soy?

¿Quién soy?

Soy una identificación:

Una de las obsesiones más grandes que tiene nuestro sistema social es verificar que una persona sea quien dice ser. Para ello, se crean sistemas de identificación cada vez más sofisticados.

  1. Huella Digital, de las manos y también de los pies del recién nacido.
  2. Partida de Nacimiento.
  3. Cédulas de Identidad (con un número asociado a mi nombre).
  4. Carné de salud y de vacunación.
  5. Mi firma.
  6. Pasaportes.
  7. Credencial Cívica.
  8. Carné de estudiante.
  9. Boletera.
  10. Libreta de conducir.
  11. Carné del club, de la biblioteca.
  12. Libreta de matrimonio.
  13. Usuario y contraseñas para la tarjeta del cajero donde cobro el sueldo.
  14. Tarjeta de coordenadas para la firma de mis transacciones financieras.
  15. Usuario y contraseñas para mis cuentas de correo electrónico, perfil de Facebook, Twitter, linkedin, y otras redes sociales.
  16. Usuario y contraseña para sitios donde me he inscripto y participo.
  17. Usuario y contraseña para los sitios que administro.

Podríamos seguir, puesto que está obsesión del sistema actual por la seguridad y el control crece geométricamente debido a la necesidad de cuidar y proteger la identidad personal de un individuo y sabiendo quién es y demostrando que esa persona realmente es quien dice ser.

Soy porque tengo un nombre: El nombre habla de quien soy, pero en la mayoría de los casos alguien lo eligió por uno. Así que soy producto del gusto y anhelos de mis padres al elegirme un nombre… En la antigüedad los padres elegían un nombre porque representaba el carácter y características personales distintivas de la persona o lo que se anhelaba que fuera. Hoy el nombre es casi una cuestión de moda y si nos gusta cómo suena o en referencia a un artista, deportista, actor, familiar, etc.

Soy en referencia a otra persona: Es el hijo de… …, es el padre de…, es el hermano de…, Cómo nos revienta eso porque no somos nosotros mismos sino anexos a otra persona, nuestra existencia en ese momento toma sentido en base a esa asociación.

Soy de acuerdo a mi edad: Soy niño, joven, adulto o anciano. Mi edad define quien soy, la generación a la que pertenezco, mis vivencias y experiencia.

Soy de acuerdo al sexo definido por la biología: Hombre o mujer, nací con un sistema que indica quien soy y luego esa identidad sexual de nacimiento debe ser afirmada al tener que aprender los roles y funciones adecuados a ese cuerpo que es parte de mi persona.

Soy en base a mis relaciones: El famoso dicho reza así: “Dime con quién andas y te diré quién eres”. Qué importante son las amistades y relaciones en nuestra vida. Podemos saber quién es un individuo en tanto conocemos las personas que le rodean y que el acepta en su vida.

Soy lo que visto: Ustedes me miran y se hacen una idea de quién soy, porque la manera en que me presento refleja de alguna forma lo que hay en mi interior. El tipo de ropa que elijo ponerme. Sobre todo en esta época donde lo exterior adquiere tanto significado y habla o pretendemos que hable de nuestra identidad, de quienes somos. Por ejemplo, estaba tomando un curso de inglés, hace varios años atrás y había un muchacho en el grupo que le había echado el ojo a una chica del grupo. Resulta que el hermano, que tomaba una clase en otro salón del instituto, había percibido que este muchacho le estaba llevando la carga a su hermana… y le dice boca en jarro delante de todos: “Mirá que si no usás vaqueros marca x, zapatos de tal otra no te va a dar ni cinco de corte”. Para esta chica y su hermano obviamente pensaban que “soy lo que visto”. Decimos, ese es un punk, ese es un plancha, porque la estética con que se presenta representa algo que quiere decir de su persona.

Soy la música que escucho: Una de las cosas por las que definimos el “ser” de una persona es por la música que escucha y que en muchos casos va muy asociado al fenómeno de la estética. ¿Cuál es el estilo que te define? ¿La banda a la que seguís, la música que comprás, los conciertos a los que asistís?

Soy lo que indica mi título (profesión): Soy Contador, Abogado, electricista, constructor, conductor, obrero, mecánico, etc. Cuando le preguntamos a alguien, “che ¿Quién es ese? Y el otro dice, “es un abogado que se dedica…” o “es nutricionista…” o tal vez “es estudiante de la licenciatura en administración…” Tratamos muchas veces de definir quién es la persona al averiguar esto. Decimos: “Es un médico y aquel un ingeniero y aquel otro un empleado en un almacén.” Y ya nos hacemos una composición de esa persona y definimos un perfil. Somos un título académico o de algo que hayamos estudiado o lo que hacemos para ganarnos la vida. Pero ¿eso es realmente lo que somos?

Soy en base a mi nacionalidad: Soy uruguayo y no argentino y nos es necesario reforzar la pertenencia a un pueblo, a una nación a una cultura que le da características específicas a lo que soy como persona. Seguramente unos gemelos separados al nacer y criados en países diferentes tendrán un marco de referencia muy diferente que los hace SER personas diferentes.

Soy en base a las instituciones o agrupaciones a las que adhiero o pertenezco: Soy de Peñarol o Nacional, Soy de Izquierda, Centro o Derecha.

Soy lo que tengo o dejo de tener: en relación a esto y mucho más… sobre lo cual afirmamos nuestra identidad.

Cuántas cosas más podríamos seguir agregando para saber quiénes somos como personas. Pero la pregunta es: ¿Somos realmente todo eso? Si quitáramos todo ese envoltorio y nos dejaran como el bebé que nace sin nada de todo eso, ¿quién diríamos que somos? A Jesús le cuestionaron todo lo que se usa para afirmar y responder la pregunta y sin embargo el sostuvo su identidad aún en medio de un mundo hostil que negaba quien era él.

Yo soy

Y este tema no fue nada menor, sino uno de las mayores discusiones que tuvo Jesucristo. En varios pasajes de los evangelios vemos a Jesús afirmando quién era. Pero hay uno de los evangelios que compulsivamente se dedica a argumentar sobre la identidad de Jesús. Y ese es el evangelio de Juan. De punta a punta el objetivo central de este evangelio es afirmar la identidad de Jesús. En el 20:31 de su evangelio Juan dice que lo escribió para que creyéramos que Jesús ES el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengamos vida en su nombre.

Esa afirmación Juan la hace teológica y filosóficamente, mostrando con hechos cuál era la identidad de Jesús de Nazareth y parece que todo su ministerio Jesús tuvo que invertir mucho tiempo en discutir y probar su identidad. Ese conjunto de rasgos propios que lo caracterizaban frente a los demás. Es claro al recorrer el texto de Juan que Jesús tenía clara conciencia de su identidad, la afirmaba y defendía con argumento y obra.

Si uno se toma el trabajo de leer el evangelio de Juan siguiendo esta clave va a encontrar que tomará nota de una lista larga de veces en que Jesús afirma su identidad y en que los que le rodeaban cuestionaban o afirmaban en ella.

Jesús luchó contra todo y todos para demostrar quién era. Las preguntas: “¿Tú quien eres?” “¿De dónde eres tú?” “¿A dónde vas?” aparecían constantemente de todos quienes le rodeaban. Y solo porque Jesús estaba seguro quien era, podía resistir los embates de todo un sistema que lo cuestionaba y señalaba.

Veamos el uso sistemático del “Yo Soy” para afirmar aspectos de su personalidad.

  • Yo soy el pan de vida (6:35, 41, 48, 51)
  • Yo soy la luz del mundo (8:12)
  • Yo soy la puerta (10:7)
  • Yo soy el buen pastor (10:11 y 14)
  • Yo soy la resurrección y la vida (11:25-26)
  • Yo soy el camino, la verdad y la vida (14:6)
  • Yo soy la vid verdadera (15:1, 5)

Y hay dos preguntas que fueron fundamentales para los cuestionadores de su ministerio y obra a las que Jesús se dedica a contestar y enfrentar constantemente:

  • De dónde soy: 7:27 – 28, 19:9
  • A dónde voy: 7:33, 8:21, 14:1-5, 16:5-6

Solo si sé de dónde vengo y a dónde voy es que podré afirmar mi identidad y saber para qué estoy y tener un sentido y propósito claro en mi vida.

Cuando todo lo que “soy” desaparece

Es verdad que sostenemos nuestra identidad y los demás nos reconocen por todas las cosas que hemos enumerado, las necesitamos… pero ¿qué pasaría si todo eso en lo que afirmamos nuestra identidad ante nuestra conciencia y en relación con los demás se cayera?

En el Antiguo Testamento encontramos a Job quien tenía una identidad basada en todas las cosas que mencionamos y de las cuales le generarían una reputación a cualquiera de nosotros ante los demás y nuestras propias conciencias, pero que Satanás, dice el texto bíblico, destruyó sistemáticamente. Perdió los bienes materiales, todos ellos. Murieron sus hijos e hijas, todos. Empobreció. Enfermó con una sarna maligna y la esposa le dijo que se muriera maldiciendo a Dios, sugiriéndole que de alguna manera se sacara la vida. Job sufrió, ¡y cómo! Pero en ningún momento se destruyó su conciencia de quién era pues contestó:

Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo volveré allá. Jehová dio, y Jehová quitó: sea el nombre de Jehová bendito” (Job 1:21).

La identidad de Job estaba basada no en las cosas, el estatus social, las relaciones sociales, lo que las personas pensaban de él y las cosas que dijeran de él, sino que en todo, Job se vio en relación a Dios y Sus propósitos para su vida.

Por ello, el Apóstol Juan afirma en el capítulo 1 de su evangelio que “a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de SER hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de carne, ni de sangre, ni de voluntad de carne, ni voluntad de varón, sino de Dios” (Juan 1:12-13).

Todos vamos a pasar por momentos en la vida en que las referencias que nos servían de apoyo para nuestra identidad, para contestar la pregunta “¿Quién soy?” se caerán o desaparecerán o al menos se verán en cuestión. Una enfermedad, la pérdida del estatus social, falta de bienes materiales, todo eso que es pasajero y volátil en este mundo. Pero aún así y al ser probados y cuando perdamos esas características externas o físicas que nos dan una identidad en este mundo, podemos afirmar que nuestra identidad está basada en Cristo Jesús.

¿En qué basamos nuestra identidad? ¿En los championes Nike? ¿En el título académico? ¿En el celular 4 o 5 G? ¿La marca del auto que está a mi nombre? ¿En mis perfiles de redes sociales? ¿El número de Cédula? ¿Si soy de Peñarol o Nacional? ¿Uruguayo, español o argentino? ¿En un nombre y apellido?

Cuando mi identidad está afirmada en lo eterno y no en lo temporal mi identidad adquiere otra dimensión, basada en lo que permanece y no en lo temporal que pasará.

Por ello, la cuestión es SER o NO SER ¿Quién soy?…

Por eso, nuestra identidad, nuestro ser no está sustentado en cosas efímeras que terminan dejándonos en la nada, sino que nuestro ser está basado en que somos hechos hijo de Dios al creer en Jesús como el Hijo de Dios y por ello, todo lo demás adquiere otra dimensión. Porque somos nuevas criaturas, las cosas viejas pasaron todas son hechas nuevas (2 Cor. 5:17).

Entonces, cuando te pregunten… ¿Quién sos? ¿Qué vas a contestar?

*Por: Lic. Esteban D. Larrosa 

2 Comments

  1. Sara Leoni dice:

    Muy buena reflexión. ¡Qué lindo lo de tu abuelo!

  2. Mario dice:

    La respuesta a la pregunta pastor Esteban Larrosa, que nos dejas “¿Quién soy?”….por Cristo…soy un hijo de Dios…Juan1:12

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