
La torre de Pisa
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Imitadores de Cristo
7 febrero 2023


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Lectura: Santiago 5:17-18
“Elías era hombre sujeto a pasiones semejantes a las nuestras, y oró fervientemente para que no lloviese, y no llovió sobre la tierra por tres años y seis meses”. v.17
Elías fue un profeta que aparece de manera dramática en la escena, en medio de un tiempo de apostasía, declive moral y sincretismo religioso. Su nombre (eliyahu) significa “mi Dios es Yahweh [el SEÑOR]”. Muestra su carácter como un hombre totalmente dedicado a Dios y refleja la esencia del mensaje que proclama a Israel.
No sabemos nada de su parentesco. No parecía provenir de una familia de gente rica ni famosa. En el sentido humano, de no ser un profeta, solo sería un don nadie. Pero Dios escogió llamar a este hombre con imperfecciones para lograr a través de él una gran transformación en una nación entera que, aún hoy, nos bendice.
Santiago 5:17 describe a Elías como un “hombre sujeto a pasiones semejantes a las nuestras”. De esa forma Santiago lo describe como un ser humano normal, con una naturaleza caída. No era un superhombre, pero sí estaba seguro de tres cosas: que Dios vive, que Dios es el rey soberano y que la Palabra de Dios es verdad.
Estar convencidos del hecho de que Dios vive es muy importante. Vivimos en un mundo en decadencia, la vida se torna más y más difícil cada día, pero el hecho de pensar que Dios vive nos da mucho consuelo. Dios es soberano y tiene control de este mundo. La Palabra de Dios es verdad y ninguna persona tendrá el poder de cambiar sus verdades.
Carlos Perdomo, Aruba
Las convicciones que tenemos de Dios determinan lo que somos