Temperatura Saludable
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Lectura: Apocalipsis 3:14-22
“Como no eres frío ni caliente, sino tibio, estoy por vomitarte de mi boca.” v.16
En los últimos tres años el mundo pasó por unas de las crisis más severas de los últimos tiempos, el COVID-19. Mirando la carta que Jesucristo le escribe a la iglesia en Laodicea observo varias similitudes con la situación del COVID. Primero, la negación del problema. Así como muchos de los contagiados del virus negaron que a ellos les estuviese pasando algo mal, se sentían bien y sin inconvenientes, así también la Iglesia de Laodicea negaba tener un problema, “Soy rico, me he enriquecido y no me hace falta nada” son sus palabras de autodiagnóstico.
Luego Jesús, toma la temperatura, “no eres ni frío ni caliente.. como eres tibio estoy por vomitarte de mi boca.” También le habla para hacerle notar el problema “no te das cuenta de cuán infeliz, miserable, pobre, ciego y desnudo eres tú”. Y por último, prescribe la receta “te aconsejo que de mi compres… colirio para que te lo pongas en los ojos y recobres la vista”. Esto dicho a los laodicenses, que vivían en la ciudad de donde se envasaba el colirio, fue sin dudas un duro sacudón.
Dios, nos hace ver las cosas en las cuales estamos mal, pues muchas veces no nos damos cuenta por el peso de la costumbre. Él toma nuestra temperatura pero también nos da la medicina. Confieso que a veces pensé en Laodicea como la desechada, pero aquí veo un Dios que se preocupa en sanar la iglesia descarriada, estando a la puerta y llamando en Amor.
¿Cuál es tu temperatura espiritual? ¿Cuál sería el diagnóstico de Dios para ti?
Andrés Regueira, Uruguay
El diagnóstico y la receta divina son dados para ser curados