LECTURA: SALMOS 25
“Bueno y recto es Jehová; Por tanto, él enseñará a los pecadores el camino”. v.8
Aquel que creó todas las cosas, Aquel que nos sostiene y nos da vida, es un Dios bueno. Su voluntad, como nos recuerda el apóstol Pablo, es buena, agradable y perfecta. En su bondad, Dios revela su voluntad para nosotros no como un conjunto de reglas rígidas, sino como una senda, como un camino.
En efecto, la vida del cristiano es un camino a recorrer. Como todo camino, tiene un inicio y un final, y es menester que hagamos el recorrido. Es un camino de aprendizaje, en donde a cada momento le pedimos al Señor que nos enseñe, conforme a su piedad y misericordia que son para siempre.
Necesitamos caminar por esta senda. Somos pecadores, y nuestra deuda crece cada día. Pero con Jesucristo como guía y a nuestro lado, caminaremos. Es una senda marcada por la verdad, por la rectitud, por la esperanza. No se requiere mucho equipaje; solamente de humildad, mansedumbre y esperanza.
Es un camino para quienes están solos y afligidos; para quienes han sufrido en la vida. Es el camino ideal para quienes ven su vida rodeada de angustia, de dolor, y de violencia. Caminaremos en esta senda de perdón, de gozo, de paz, por los méritos de Jesucristo, quien nos abrió este camino.
Cada vez que nos sintamos abrumados por la preocupación, recordemos que Jesús, el Señor, nos marca un camino de misericordia. Él está con nosotros en este camino, y nos guardará de las angustias. Confiemos en Jesús. Caminemos, paso a paso, de la mano de Él, hasta llegar a nuestra anhelada meta.
Eduardo Sánchez, Paraguay
Con Jesucristo a nuestro lado caminaremos hasta la meta