LECTURA: PROVERBIOS 28:13
“El que encubre sus pecados no prosperará; Mas el que los confiesa y se aparta alcanzará misericordia.” v.13
Un día mientras salía de mi casa pude observar un boquete en la acera, tenía unos 10 cm de diámetro, pero al ser época de lluvias al día siguiente era más grande, al tercer día casi el doble.
El fin de semana llamé a una persona de confianza para hacer la reparación, mientras removía la tierra descubrió que bajo la casa había una pequeña “caverna”. Por dos días cavaron hacia el interior de la casa, una zanja atravesó la sala, parte de la cocina y al final de la semana ya había llegado a la mitad de la casa, quince días después, un poco más de dos tercios de la casa habían sido afectados.
Hacía años que las viejas tuberías habían colapsado, agua potable y negra fluían por debajo de la casa, de no ser porque el piso estaba bien construido, este habría colapsado. La bonita superficie ocultaba pudrición en su interior. Se reemplazó la tubería y se reconstruyó el sistema de drenaje y el piso, un mes después la reparación estaba terminada.
Esto me hizo reflexionar, que durante años estuvimos sobre un piso que prácticamente estaba sostenido en la nada, por debajo lo que había era una pequeña caverna llena de sedimentos labrada por el agua que se escapaba de las viejas tuberías.
Hay personas así, por encima son fuertes y sanas, pero en el interior se oculta el pecado, aunque permanezca oculto por mucho tiempo, un día saldrá a luz. Jesús ofrece la oportunidad de confesar, esto hace que nuestro interior sea renovado. ¿Desea hoy recibir ese perdón?
Francisco Franco, Honduras
Hoy es tiempo de confesar los pecados y pedir perdón