Estamos transitando una semana que no es como cualquier otra semana del año. Para cada persona esta semana tiene un significado diferente. Para algunos puede ser una celebración religiosa, para otros es de vacaciones, paseos, comidas, campo, tradiciones. Aquí en Uruguay se conoce con diferentes nombres, depende del enfoque que le demos a estos días. También es diferente según el país en que vivamos.
¿Qué significa para ti esta semana? ¿Te has puesto a pensar en esto? ¿O solo te dejas llevar por las costumbres de donde vives?
Yo les quiero compartir mi experiencia personal y llevarlos a reflexionar sobre el verdadero significado de esta Semana Santa. Así es como yo la llamo.
Tuve el privilegio de criarme en una familia cristiana, desde pequeña en mi casa me enseñaron del amor de Dios y aprendí a amarlo como mi salvador personal. Pero fue ya entrados mis veinte años en que comencé a experimentar más a fondo lo que fue el sacrificio de Jesús en la cruz del calvario.
Es un tema que siempre tengo presente en mi vida, pero en esta semana en particular me gusta meditar y analizar este gran acontecimiento en la historia de la humanidad. Pensar en el gran sacrificio que Dios estuvo dispuesto a hacer por mí, me conmueve, me hace sentir amada por Él. Por otro lado también me hace sentir tristeza el pensar que él llevó en esa cruz el peso de mis pecados, que por mi culpa él murió allí con esa muerte tan dolorosa. Esto me lleva a humillarme ante Dios, a pedir perdón cada día por mis pecados, por las cosas que hago que no le agradan. Y por sobre todas las cosas a estar inmensamente agradecida porque él tomó mi lugar de castigo.
Me he cruzado con muchas personas que aún no reconocen que son pecadores, porque dicen que no han cometido un delito grave, pero la Biblia es muy clara en esto cuando dice en Romanos capítulo 3 versículo 23, “por cuanto todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios”.
El pecado entró al mundo desde el comienzo, desde Adán y Eva cuando desobedecieron. Dios les dijo en Génesis 2:16-17 “Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer; mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás.” Ellos decidieron no obedecer el mandato de Dios. A partir de allí todos los seres humanos hemos heredado la pena de muerte.
Cuando hay una condena alguien tiene que pagar, alguien tiene que recibir el castigo. En la Biblia en el libro de Romanos también nos dice, 6:23 “Porque la paga del pecado es muerte…” A todos los seres humanos nos llegará el día de nuestra muerte, pero la pregunta que debemos hacernos ahora mismo es ¿qué viene después? ¿A dónde piensas tu que vas a ir luego de morir? Porque es seguro que hay vida después de la muerte, y depende de tu decisión, mientras estás aquí en la tierra, a dónde irás a pasar la eternidad.
Regresemos a la cruz, a ese lugar donde Jesús murió por ti y por mi. No fue solo la muerte en la cruz lo que Jesús sufrió, las horas antes de llegar a la cruz, en que lo azotaron hasta dejarlo en yaga viva, lo escupieron, lo insultaron y otras cosas que tuvo que soportar. ¿Alguna vez te pones a pensar en esas horas que Jesús tuvo que pasar? Y todo eso lo sufrió por ti y por mí. Jesús derramó Su sangre en esa cruz para salvarnos a todos, la Biblia dice en Hebreos 9:22 que “sin derramamiento de sangre no hay remisión”.
La buena noticia para todos es que el plan de Dios no termina allí. Luego de morir en la cruz y ser sepultado, al tercer día regresó de la muerte, así como lo había dicho y muchos fueron testigos de este gran acontecimiento.
Este es el verdadero significado de esta semana, donde recordamos este maravilloso acontecimiento, que Jesús resucitó y hoy vive. El versículo que mencioné antes de Romanos 6:23 no termina con muerte, allí se nos dice, “Porque la paga del pecado es muerte…” y la segunda parte nos da la buena nueva, “más la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús, Señor nuestro”.
Así como Jesús venció la muerte, nosotros también podemos tener victoria sobre ella, si le aceptamos en nuestra vida, si creemos que Jesús tomó nuestro lugar y pagó por nuestros pecados. No me refiero a la muerte física, porque todos dejaremos este mundo un día, me refiero a nuestra vida eterna luego de la muerte.
Te invito a que si aún no estás seguro de a dónde iras a pasar la eternidad, te asegures hoy mismo tu destino final. Dios está a tu puerta llamando, solo tienes que abrirle tu corazón y aceptarlo en tu vida.
Celebremos la resurrección de Jesús, celebremos que él venció la muerte y está vivo. Hay un himno que viene a mi memoria que dice “Porque él vive, triunfaré mañana”. Celebremos esta Semana Santa con Jesús en nuestro corazón.