LECTURA: JEREMÍAS 33:1-11
“Clama a mí y yo te responderé”. v.3
La vida está llena de circunstancias buenas o malas, todas ellas son oportunidades para poder ver la vida desde ángulos diferentes pero siempre podemos disfrutar la vida que Dios nos da.
Les contaré una circunstancia difícil convertida en una oportunidad para ver la mano de Dios. El 31 de Agosto de 2017 fui al hospital por un fuerte dolor abdominal, pensé que una pastilla sería suficiente para regresar a casa. ¡Oh sorpresa! El médico me dijo: “tenemos que operar inmediatamente, padeces una oclusión intestinal sumamente peligrosa”. Entré al quirófano a medianoche, no recuerdo más, pero 16 días después desperté, estaba intubado y adelgace 20 kilos. Una mala maniobra médica me provocó una bronco aspiración que terminó por colapsar mis pulmones.
Gracias a Dios, y a las oraciones de mi esposa (que es enfermera), de la familia y de muchas personas me recuperé, regrese a casa 77 días después. Sé que pude haber muerto. Pasamos días difíciles y tuvimos que dejar pasar fechas importantes como nuestro aniversario de bodas.
Dios me sanó y veo la vida distinta, confortó mi alma con su Palabra escrita en Jeremías 33:6, “He aquí que yo les traeré sanidad y medicina; y los curaré y les revelaré abundancia de paz y de verdad”. Dios está atento a nuestras oraciones y nos toca con su mano sanadora como bálsamo para restaurar nuestro cuerpo enfermo, y utiliza los medios, formas y métodos que Él quiere, y además, en medio de las circunstancias difíciles nos llena de su paz que sobrepasa el entendimiento.
En ese sentido Jeremías nos ayuda a expresar y entender lo que Dios hace en cada uno.
Alejandro Constantino Casas, México
Dios puede sanar nuestro quebranto