LECTURA: MATEO 24:4 – 8
“… y habrá pestes, y hambres, y terremotos en diferentes lugares.” v.7
Lavarse las manos, uso de mascarilla, distancia física, la temperatura y otras medidas a cumplir con los protocolos dictados por la autoridad sanitaria de cada país para evitar la propagación del virus. ¿Quedarán efectos o secuelas de la pandemia Covid 19? Sanitariamente, será muy difícil dejar de cumplir estas medidas higiénicas aprehendidas. Hasta en las iglesias evangélicas se debieron obedecer las normas sanitarias y aunque los templos permanecieron cerrados, la iglesia de Jesucristo se mantuvo viva siempre trabajando en bien del prójimo.
Socialmente, la desconfianza producto de la separación física y la sospecha colectiva cuando alguien estornude públicamente, y con mayor razón en un lugar cerrado.
Para muchas familias la pandemia será un hecho triste de recordar pues se llevó de este mundo a un ser querido. Los minutos de silencio en espectáculos públicos o, en ceremonias de gobierno nunca podrán hacer que los deudos olviden a sus muertos. Las teorías de conspiración, con el tiempo serán probadas y las especulaciones serán probadas por la misma ciencia, aunque nadie puede desconocer que el virus existe.
Solo nuestro Dios sabe la verdad de lo ocurrido en el mundo entero. Nuestra confianza está en su promesa: “He aquí estoy con ustedes todos los días hasta el fin del mundo.”
Únicamente, Dios sabe el día de nuestra partida a sus moradas celestiales, el consuelo para quienes perdieron un familiar está en la esperanza de la resurrección. También, cual sea la circunstancia de la muerte de un creyente la esperanza de la resurrección está vigente: “…En Adán todos mueren, en Cristo todos serán vivificados.”
Luis Canihuante, Chile
En la pruebas, DIOS bendice su iglesia