LECTURA: JUAN 13:1-17
“Pues si yo, el Señor y el Maestro, he lavado vuestros pies, vosotros también debéis lavaros los pies los unos a los otros.” v.14
Hay una profusión de libros sobre liderazgo lo que indicaría que hay muchos aspirantes a líderes. Sin embargo en la Biblia no aparece la palabra líder. El Señor siempre habla de siervos y hay una gran diferencia entre ambos términos: Líder es el que manda a otros, siervo es el que obedece.
La última cena de Jesús con sus discípulos comenzó con un acto insólito: Se quitó el manto, se ciñó una toalla y comenzó a lavarles los pies. Esa tarea estaba reservada al último de los siervos porque era considerada un acto humillante. Los discípulos quedaron atónitos y solo Pedro se atrevió a oponerse sin resultado.
Cuando concluyó Jesús dijo: “¿Entienden ustedes lo que les he hecho? Ustedes me llaman Maestro y Señor, y tienen razón, porque lo soy. Pues si yo, el Maestro y Señor, les he lavado a ustedes los pies, también ustedes deben lavarse los pies unos a otros.” Fue una lección gráfica con una aplicación profunda.
La enseñanza de Jesús va a contramano de los criterios de la sociedad. Los hombres están deseosos de ser servidos y no sienten la responsabilidad de servir. Incluso muchos se acercan a Jesucristo únicamente buscando negociar con él su felicidad terrenal y son esquivos a las demandas del compromiso y el servicio.
El Señor está buscando siervos dispuestos a ayudar al prójimo entendiendo que dar la asistencia espiritual, emocional o material al que lo necesita. (2 Corintios 5:14-15)
Salvador Dellutri, Argentina
Aspiremos a ser fieles siervos del Señor