
Bajo Su mirada
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Reparador de portillos
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LECTURA: ISAÍAS 53:1 – 7
“…mas Jehová cargó en él, el pecado de todos nosotros.” v6
Un shopping fue construido junto a la terminal del transporte de pasajeros de larga distancia. Se aseguraba así la oferta a miles de personas a toda hora. Como expresión del mismo, se acuñó la frase: “Un shopping, todos los destinos”.
En mi imaginación se formó otro cuadro: el mismísimo Dios estableciendo su shopping. Ofrecía las más diversas y valiosas coberturas espirituales, morales y sociales. Su oferta se dirigía a los millones de personas de este atribulado mundo, sin importar sus lugares de origen. Mejor dicho, de cualquier estado moral o social se podía acceder a las incalculables ventajas de sus productos.
Algunos de ellos son: consuelo en aflicciones, socorro en la desesperación, gozo que trasciende las circunstancias, compañerismo (“comunión”) con él, vida eterna (o “salvación”) y ¡tantos otros “productos espirituales” totalmente garantizados! El cartel que lucía frente a este shopping, decía: “…los que no tienen dinero, venid, comprad… venid, comprad sin dinero y sin precio.” (Isaías 55:1) Hasta aquí mi imaginación.
En verdad, no importa cuán grande o pesada sea la carga que el viajero de la vida acumule, producto de sus desvíos (pecados) de origen; la oferta de Dios tiene solución asegurada porque “Jehová (Dios) cargó en él (Jesús) el pecado de todos nosotros.” Necesitamos acercarnos a él, reconociendo nuestros lugares de origen (el pecado que aplasta y condena) y aceptar con confianza (fe) su oferta. Luego, dejar que Jesús guíe nuestros caminos; su plan supremo siempre es acertado. Por eso, invirtiendo la frase original, nos atrevemos a acuñar esta otra: “Todos los orígenes, un solo destino” en Cristo Jesús. En él hay satisfacción asegurada.
David J. Corvino, Uruguay
No tema, su situación está considerada
