Invirtiendo términos
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Reconoce tu necesidad de Dios
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LECTURA: ISAÍAS 40:1-5
“Todo valle sea alzado, y bájese todo monte y collado y todo lo torcido se enderece; y todo lo áspero se allane.” v.4
Dios te hizo a ti y a mí un reparador de portillos, así que hagamos que la región montañosa se convierta en llanura; rellenemos todos los baches y valles; saltemos los muros, los obstáculos, las barreras con los que llegamos la mayoría de las veces a los pies de Cristo, a la congregación, a la iglesia.
Dios nos llama, rescata, limpia, transforma, nos capacita y nos hace nuevas criaturas para que rescatemos a otras personas e igualmente sus vidas sean transformadas.
Dios te hizo reparador de portillos, un restaurador de vidas para que vayas y abras los ojos a los ciegos, liberes a los cautivos y a los presos de la cárcel. Como bien lo expresa la Biblia por medio del profeta Isaías: “Así dijo Jehová: En tiempo aceptable te oí, y en el día de salvación te ayudé, y te guardaré, y te daré por pacto al pueblo, para que restaures la tierra, para que heredes… para que digas a los presos salid; y a los que están en tinieblas, mostraos.
“En los caminos serán apacentados, y en todas las alturas tendrán sus pastos.” (Isaías 49:8-9)
Tú corazón y el mío solo deben estar dispuestos para obedecer a lo que Dios nos indique que hagamos, y así cumpla su propósito en nosotros como restauradores, servidores y ministros suyos; reparadores de portillos enseñados por Dios.
Dios no desprecia la sencillez de tu corazón; la usa para mostrar cómo reparar portillos.
Carmen Maluenga Mejías, Venezuela
Disponte a reparar portillos y serás un ganador de almas
