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Sacrificio
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LECTURA: 1 TIMOTEO 4:6 – 16
“Porque el ejercicio corporal para poco es provechoso, pero la piedad para todo aprovecha, pues tiene promesa de esta vida presente, y de la venidera.” v.8
La manera en que las redes sociales son utilizadas para exhibirse, las pautas de belleza que dictan la sociedad y la moda para verse escultural o siempre joven, bien vestido y atractivo, han ejercido tremenda presión en esta generación, principalmente en los jóvenes.
Se da demasiada importancia a la belleza física, es el parámetro que mide que seamos socialmente aceptados y apreciados, hasta la marca de ropa que vestimos nos define.
Pero esto no es nada nuevo para el apóstol Pablo. Ya en ese tiempo, veía a los jóvenes ejercitar su físico, y en sus cartas aconsejaba al joven Timoteo, que priorizara la piedad, la misericordia y la caridad, que se santificara diariamente, lo más importante, lo único que llevamos, su Palabra atesorada y llevada a la práctica, es lo que trasciende a la eternidad.
Al hablar a Timoteo, Pablo estaba dirigiéndose a los jóvenes como él, porque sabía que las tentaciones del mundo son difíciles. Por eso advertía sobre las prioridades que deben ser trabajadas; la vida de fe y de oración se transmite en acciones, y no meramente en palabras.
La vanidad es seductora, y sucumbimos fácilmente ante ella, por eso no debemos de perder el enfoque en Cristo, que da sentido a la vida, el verdadero propósito de nuestra existencia.
Buscar diariamente la voluntad de Dios, traducirla en servicio a su obra, al prójimo, y volcarnos al amor, es el mejor entrenamiento, para llegar a la meta de las Olimpiadas celestiales.
Luisa Canán, Paraguay
Contra corriente, prioricemos cultivar la relación con Dios
