El tesoro
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Orar con perseverancia
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LECTURA: ISAÍAS 40:28 – 31
“Él da esfuerzo al cansado y multiplica las fuerzas…” v.29
Las bebidas energizantes resultan un excelente vigorizante para todo aquel que requiere de fuerza extra debido al esfuerzo que demanda la acción que realizará.
Sabemos de, atletas que se someten a un proceso de entrenamiento intenso y extenuante; algunos conductores tienen que manejar más de 10 horas al día por rutas largas y solitarias; personas que madrugan para realizar un trabajo arduo que demanda no solo tiempo sino también energías para llevarlo a cabo.
Es por ello, que hoy en día las bebidas energizantes son muy necesarias para este tipo de personas porque estimulan la energía, aumentan la habilidad mental e incrementan la resistencia. Cuando observas a una persona con una bebida energizarte en su mano, sabes que la necesita.
En nuestras propias fuerzas no somos capaces pero con las fuerzas de Dios somos capaces de TODO. En Él somos renovados, cobramos un nuevo ánimo. Tomar del agua de su fuente, nos transforma de tal manera que nuestra debilidad se convierte en su fuerza.
Las bebidas energéticas estimulan la energía de quienes las consumen. Cuando nos encontramos con el Señor no solo nuestras fuerzas son estimuladas, sino que las mismas pueden resistir en medio de la tormenta. No es el resultado de la mezcla de estimulantes, vitaminas y vigorizantes sino la normalidad de aquellos que somos sus hijos.
Ninguna bebida natural es capaz de hacer en el cuerpo, espíritu y alma lo que el agua de vida realiza. Quien toma de esa agua, no solo nunca más tendrá sed, sino que de su interior brotarán como ríos de agua de vida en abundancia.
Delmer Manzanares, Honduras
Bebamos cada día del agua de vida
