Homeschooling: escolarización en casa

La carga de la hormiga
4 julio 2023
El enigma de un encuentro póstumo
4 julio 2023

Parte 1:

Parte 2:

Por: Ps. Graciela Gares

¿Escuchó hablar de la necesidad de una reforma educativa? Seguro que sí. Desde hace décadas se postulan cambios planificados en el sistema educativo con el fin de mejorarlo, actualizando métodos y programas de enseñanza, adecuando asignaturas a los tiempos que corren, profesionalizando la formación docente, y promoviendo el desarrollo cognitivo y socio-emocional de cada niño. Y ello no ocurre solo en Uruguay. Costa Rica, Guatemala, Finlandia y México, entre otros, se han embarcado en este proceso.

La educación de las nuevas generaciones es un tema prioritario para cualquier gobierno. Resultados educativos magros en las pruebas PISA, desinterés del alumnado y descontento de las familias con la propuesta del sistema educativo, han sido motivadores de los planteos de reforma por parte de la clase política. Las humanidades, el arte y la música siguen estando subordinadas a lo técnico en la escolarización formal y esto desincentiva a muchos chicos.

Tal vez, la gota que colma el vaso en la actualidad es el alto contenido ideológico que está permeando la labor educativa, por ejemplo, con la imposición de la ideología de género a través de la educación, extralimitándose en sus cometidos, ya que la educación en valores ideológicos corresponde al núcleo familiar.

Quizá lo no esperado fue la respuesta desde la sociedad por parte de familias que tomaron iniciativas respecto a la instrucción de sus hijos. Padres alarmados por el futuro de sus niños están decidiendo educarlos ellos mismos, y posicionarse como trasmisores de valores, fe, tradiciones, amor a la vida y a la patria.

Apuntan a enseñarles a pensar, en lugar de verlos transformarse en “idiotas útiles” o criaturas del Estado, cada vez peor formados para la vida pero más ideologizados, es decir, contaminados con ideologías seculares liberales, al servicio de una re-ingeniería social y reemplazo cultural que deja atrás nuestras tradiciones, promoviendo la deconstrucción familiar y social, así como una sexualidad distorsionada.

Tales progenitores reivindican su rol y hacen valer sus derechos constitucionales en la formación de sus descendientes. Se proponen ayudarles a descubrir el verdadero propósito de sus vidas, enseñándoles en muchos casos a conocer el mundo desde una cosmovisión judeo-cristiana, típica de nuestra cultura.

Les proponemos hablar de este nuevo fenómeno o tendencia: la escolarización en casa o “homeschooling”.

Inicios

Varias familias comenzaron “la escuela en casa” durante la pandemia y luego de ésta decidieron continuar con este sistema, aprovechando que las tecnologías de la información lo hacen viable.

En la actualidad ya no representa una necesidad, sino más bien, una señal de descontento, resultado de la insatisfacción de padres que entienden que la educación en las aulas no colma sus expectativas. No pocos progenitores llegaron a la conclusión que sus hijos avanzarían más en el aprendizaje si les educaran ellos en sus hogares.

La Educación en casa es un fenómeno incipiente, que está teniendo cada vez más adherentes y/o simpatizantes y puede ser llevada a cabo por los propios padres o contratando profesores particulares u online.

El método

Se educa en base a proyectos que capten el interés del niño. En lugar de aprender por separado Historia, Geografía, Idioma Español y Matemáticas, se diseña un proyecto que sea motivador para el menor y en el desarrollo del mismo, el educando necesitará hacer cálculos, escribir describiendo su proyecto, situarlo en el tiempo y lugar, lo cual le obligará a buscar información sobre cálculo matemático, gramática y ortografía, lugares geográficos, etc.

Los padres se adaptan a un Plan de Estudios que obtienen de la educación formal y los chicos avanzan de nivel rindiendo exámenes libres en escuelas del Estado al final de cada curso.

Padres que practican este método advierten que sus hijos maduran antes, yendo por sí mismos en búsqueda del conocimiento que necesitan, ya que les gusta lo que aprenden y le ven utilidad. Logran auto-disciplinarse organizando su tiempo para acabar la tarea.

Surge la pregunta si educar en casa puede ser desarrollado por cualquier padre o es un recurso disponible solo para una elite. Exige un nivel básico de recursos económicos para adquirir los materiales educativos y cierta formación cultural de los padres pero por sobre todo, mentes abiertas y disposición a destinarle tiempo a este proceso. Por ello, quizá nunca llegará a universalizarse.

Lo ponen en práctica padres que son profesionales aunque ello no es un requisito. Sí lo es el deseo de involucrarse activamente en la formación de sus hijos dando prioridad a esta tarea en el contexto de la vida familiar.

En las sociedades actuales educar en casa choca con la des-responsabilización de los padres, quienes depositan en los maestros exclusivamente la misión formativa. Es sumamente llamativo escuchar a progenitores decir que no saben qué hacer con sus hijos cuando éstos permanecen en sus casas, por ejemplo, en días feriados.

¿Impide la socialización del niño?

Quienes desarrollan “homeschooling” entienden que no, por varias razones. Se crean comunidades de padres y de niños que se educan en sus hogares y por tanto socializa con sus pares en las instancias de encuentros presenciales y quizá a diario, de modo virtual. La carga horaria para el aprendizaje es menor que en la educación en instituciones, porque el niño aprende más rápido que en la escuela y dispone de más tiempo para prácticas deportivas, estudiar música o idiomas con otros grupos de niños.

¿Es legal instruir en la casa?

En pocos países está avalado por leyes. En algunos se considera permitido ya que no hay ley que lo prohíba y en otros como Uruguay está prohibido. No obstante, se cree que se está en camino de flexibilizar tal prohibición. En Chile, México, algunas provincias de Argentina, Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, Francia y Australia se practica legalmente. Es una necesidad en caso de familias que deban viajar con frecuencia de un país a otro por razones laborales de los padres (profesionales, diplomáticos).

Excepciones

Vale aclarar que el método Homeschooling no es recomendable para chicos con discapacidades como dislexia, síndrome Down, retraso, dificultades de socialización, o de conducta, ya que la institución escolar posee técnicos especializados para estos casos, que no estarían disponibles en el hogar.

Tampoco es aconsejable si el niño vive en condición de extrema pobreza, hacinamiento o circunstancias donde no están dadas las condiciones para que el niño aprenda; por ejemplo, en ambientes muy ruidosos.

Es inconveniente aplicarlo también, si ambos padres no están de acuerdo con este método, o no hay normas y límites en la casa o quien supervise al niño. Requiere establecer una disciplina de horarios, orden y lugar de la vivienda acondicionado a tal fin.

Por el momento aplica básicamente al nivel pre-escolar y escolar, pero no sustituye a los ciclos educativos secundario ni universitario, donde el nivel de conocimientos requerido es superior.

No supone recrear el aula en la casa, es decir, que el chico deba permanecer 4 horas sentado quieto escuchando o leyendo. Es un patrón educativo más dinámico y creativo que incluye ir a museos, conciertos y aprovechar otras propuestas culturales. También permite cambios de escenario como ir a un parque, a un sitio natural o durante un viaje y allí instruir sobre Ciencias Naturales de una manera vivencial y muy motivante para el educando.

En esencia, el homeschooling devuelve el protagonismo a los padres en la educación de sus hijos al ser participantes activos en ella. Fomenta la unidad familiar y un mejor conocimiento entre hijos y papás.

No nos cansamos de advertir acerca de la responsabilidad de los padres en educar en valores a su descendencia, como mandato divino. “Instruye al niño en su camino” dice Proverbios 22: 6.

Un espíritu de mentira trabaja hoy activamente en las esferas educativas mezclando falsedades con los contenidos académicos. Como señala Romanos 1: 25, nuestra cultura viene desde décadas atrás “cambiando la verdad de Dios por la mentira”, en temáticas referidas a la institución familiar, el rol de los padres, el sentido y la vivencia de la sexualidad humana, las relaciones hombre-mujer, etc. Y dado que “aprobaron no tener en cuenta a Dios, Dios los entregó a una mente reprobada” para enseñar lo que no conviene. (Romanos 1: 28)

Dios ama la verdad en lo íntimo según Salmos 51: 6 y es bueno que los padres que temen a Dios escojan el camino de la verdad para sus hijos porque según Proverbios 28: 20, “el hombre de verdad tendrá muchas bendiciones”.

Ésta será la batalla de quienes críen hijos en estos tiempos.

Ps. Graciela Gares Participa en la programación de RTM Uruguay que se emite por el 610 AM – Columna: “Tendencias” – Lunes 21:00 h

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *