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LECTURA: GÁLATAS 5
“El fruto del Espíritu es amor…” v. 22
En Asperen (Holanda), una escultura reproduce un hombre rescatando a otro de las aguas congeladas de un lago, donde estaba muriendo. Dirk Willems (año 1569), un anabaptista pacifista, por sus ideas, fue encarcelado y condenado a morir, escapó de prisión, corriendo por un lago congelado, un soldado que lo persiguió, se hundió en el lago, y ante el grito de socorro, Dirk Willems, volvió y lo salvó, esto significó su captura, tortura y ejecución.
La escultura recuerda esta decisión de Dirk Willems, quien salvó a su perseguidor, sabiendo que supondría su fin, así vivió el Evangelio de Jesucristo, con amor, sin límite por el otro.
En un partido, un penal fue mal cobrado, y quien lo ejecutó tiró la pelota afuera viendo la injusticia.
Una organización internacional, invita a orar por la paz en el mundo, un minuto al mediodía, donde se esté. Compartí esto en un grupo de cristianos de diferentes países, fue recibido con alegría, pero alguien dijo que jamás oraría junto a personas de otras religiones. A una invitación a orar por la paz, se negó porque en otros lugares hay gente rezando de otras religiones.
La selección de fútbol, perdió un partido, y ante una foto de jugadores ayudando a levantarse a un jugador rival, tanto periodistas deportivos, como muchos comentarios en redes (de personas supuestamente cristianas), fueron de una violencia verbal, grosera y cruel, sorprendentes contra esos jugadores.
Seguir a Cristo, no es decir que “creemos en Dios”, también los demonios creen y tiemblan, tampoco autoproclamarnos “buenos”, la Biblia dice que no hay siquiera uno.
La evidencia de nuestra conversión es que nuestras vidas reflejen amor por el otro sin condiciones.
Marcel Legarra, Uruguay
Que nuestro amor muestre a Cristo
