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30 julio 2023

LECTURA: RUT 1:1-22
“…Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios mi Dios”. v.16
Noemí con su esposo y sus dos hijos viajaron a Moab en el tiempo de los Jueces debido a la hambruna que pasó por la tierra. Estando ellos allí, sus hijos se casaron con Orfa y Rut. Después de un tiempo murieron ellos y el esposo de Noemí, quedando viudas las tres mujeres.
Ante esta triste situación Noemí escucha que Jehová había visitado a su pueblo Belén para darles pan. (Rut 1:6) Esta agradable noticia impulsa a la viuda a regresar a su lugar natal acompañada de sus nueras. En el camino considera que es mejor que las mujeres regresen a su pueblo Moab y casarse nuevamente según las tradiciones de su pueblo. Así que les pide que regresen, Orfa atiende al consejo de su suegra y con llanto y dolor la despide, Rut permanece a su lado aun con la insistencia de su suegra para que regresara. No era una decisión fácil para ella.
Rut está resuelta a acompañar a la solitaria, viuda y anciana suegra. Prefiere dejar su comodidad, su pueblo, su familia, su identidad, sus dioses y emprender un viaje desconocido. Ella entrelaza su futuro con el de Noemí sin saber que iba a encontrar un lugar con el Salvador del mundo y conocer al único Dios verdadero. La convicción de Rut fue total.
Dios tenía un plan para ella al punto que hoy la encontramos en la genealogía de Jesucristo. Cuando entregamos nuestra vida totalmente al Señor y le seguimos sin reserva encontraremos bendiciones que no imaginamos y conoceremos el plan de Dios para nuestra vida.
Aída de Guzmán, Guatemala
Dios tiene sus brazos abiertos esperando que nos entreguemos a él
