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¡Bienvenida Katy!
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LECTURA: SALMOS 84
“…mi alma…desea los atrios de Jehová…” v.2
Doña Ventura fue una adulto mayor que llegó a nuestra iglesia en 1980. Desde que recibió a Cristo como Salvador su deleite fue asistir a la iglesia y a todos los cultos, especialmente los de la sociedad de damas, aunque fuese sola. Vivía con su familia en lo alto de un cerro así que bajaba muchas escaleras y caminaba largos trechos para llegar a la iglesia.
Además sufría de una artrosis que le producía mucho dolor y limitaba su andar. Pero se esforzaba por asistir a su iglesia a pesar de los medicamentos que debía tomar de regreso a casa debido a los dolores que le imposibilitaban pararse y caminar.
Ella fue ejemplo y reto para muchos en la iglesia hasta que el Alzheimer y una caída la dejaron postrada. En su convalecencia y desorden mental, nunca olvidó a su iglesia. En su incoherencia mostraba su anhelo de ir. En el 2018 partió a los Atrios Celestiales donde ya no tiene impedimento para estar en la casa de su Señor.
Después de algunos años llegó otra ancianita, la hermana Carmen. Un día me dijo: “desde que inicié mi relación de fe con el Señor, no quiero dejar de ir a su iglesia”. Vivir lejos de la iglesia, la edad y el no tener quien la lleve le impiden asistir como quiere, pero no cesa de buscar la manera de congregarse.
Muchos no tenemos impedimentos para asistir al culto, pero sí muchas excusas. Ojalá todos tuviésemos ese ferviente deseo. No habría asistencia baja en la iglesia, sobre todo en los cultos de oración.
Milagros Escalona, Venezuela
Anhelemos estar en la casa de Dios
