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Mis pensamientos
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LECTURA: 1 TESALONICENSES 5:16-24
“Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús.” v.18
Muchas veces nos olvidamos de las bendiciones recibidas de Dios. La vida nos lleva a puntos extremos y sentimos desfallecer, sin esperanza; nos parece una eternidad. Pero si observamos, resaltan alrededor las evidencias del amor, cuidado y bendición de Dios hacia sus hijos. Sus bendiciones son como la lluvia que cae en el tiempo esperado y oportuno.
Dios nos dice en su Palabra, la Biblia, que debemos estar gozosos, alegres, dando gracias a Dios en todo; especialmente por la salvación a través de su hijo Jesucristo. Si obedecemos este consejo, habrá salud espiritual, mental y emocional. “El corazón alegre hermosea el rostro” (Proverbios 15:13). Enfoquemos siempre la mente en esas palabras. La gratitud es el vínculo ideal para permanecer en Dios.
Seamos agradecidos a Dios por todo lo que nos dio en el pasado, nos da en el presente y nos dará en el futuro aun sin merecerlo. Igualmente por las experiencias vividas pues nos enseñan a valorar lo que tenemos.
La gratitud viene de un corazón dispuesto a reconocer las bondades de nuestro Padre Celestial. Es por la vida misma que nos concede el privilegio de vivirla a través de Él, y así poder compartirle a otros su amor. Dios da la oportunidad de expresar ante los demás el agradecimiento, reconociéndolo en cada detalle. Expresamos también gratitud en la oración y esta mueve la mano de Dios.
La gratitud es una actitud positiva aun en tiempos difíciles y debe perdurar toda la vida.
Aura Arriaga de Ostos, Venezuela
La gratitud a Dios debe cultivarse día a día
