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LECTURA: JUAN 7:37-39
“Ríos de agua viva brotarán del corazón de los que creen en mí.” v.38
Muchas personas manifiestan que nada les motiva, comienzan algo con mucha energía, pero al pasar los días pierden todo interés. Se vuelven apáticos ante la vida y esto afecta sus relaciones interpersonales, incluidas sus relaciones matrimoniales.
¿Es usted de aquellos que se desmotivan muy frecuentemente? Si ha llegado al punto de no disfrutar una vida abundante y quiere cambiar, hoy es un buen día para iniciar ese cambio. ¿Quisiera intentarlo?
Se cuenta de tres personas que trabajaban de sol a sol tallando enormes piedras. En una oportunidad les preguntaron por la razón de su trabajo. El primero respondió que era algo muy duro pero inevitable, un calvario insoportable.
El segundo recordó el dicho: “ganarás el pan con el sudor de tu frente” y se alegraba que, por ese trabajo, su familia tuviera satisfechas sus necesidades básicas.
El tercero dejó por un momento de tallar y contestó: “Estoy construyendo una catedral”. Tres personas, tres interpretaciones, tres motivaciones ¿Cuál es tu interpretación de la vida?
La razón por la cual muchas personas están desmotivadas y tristes, es porque desconocen su identidad, su propósito y su destino. En Juan 7:38, Cristo dice: “Ríos de agua viva emergerán del corazón de los que creen en mí”. De nuestra vida deben brotar ríos de agua viva, es decir, debemos estar siempre motivados. La motivación implica tener un motivo para la acción. ¿Cuál es tu motivo para vivir?
La popular melodía “Jesucristo es el motivo de mi canción” resume muy bien quién debe ser el motivo de nuestra vida: ¡Cristo!
Marcelo Ballester, Venezuela
Ríos de agua viva brotan de un corazón en Cristo
