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LECTURA: PROVERBIOS 30
“Mantenme del pan necesario…” v.8
Muchas veces me sentí tentado a creer, que los hombres exitosos en su profesión, eran los que hacían dinero o alcanzaban fama.
Una vez un cliente me dijo “…antes de continuar esta consulta ¿usted qué auto tiene?…”, quería saber si yo era o no un abogado exitoso, un auto caro, implicaba que yo sería un buen abogado…. No nos entendimos.
Hace dos décadas, conocí un notario, que ganaba mucho, tenía importantes clientes, propiedades, autos valiosos, y diferentes características del hombre exitoso, en términos mundanos, parecía una persona inteligente, admirable. Por unos años lo dejé de ver, en una oportunidad, fui a visitar a un conocido que estaba preso, y al ingresar al establecimiento carcelario, la persona que recibía los visitantes y tomaba nota de sus documentos de identidad, era un recluso, y advertí que era el mismo notario “exitoso” que conocí, estaba físicamente desmejorado, casi desconocido y espontáneamente, sin pensarlo, exclamé ¡¡¿Por qué estás aquí?!! Me contestó “…ahora no puedo explicarte, pero fueron malas decisiones que tomé…” Luego supe que había participado en una estafa para conseguir dinero fácil, no le alcanzaba el que ya tenía.
Dios trabaja nuestro carácter, y nos enseña su Camino, de infinitas maneras, sin imponernos nada. Así aprendemos que lo mejor es guardar su ley e incorporarla a nuestras vidas, por encima de los criterios de los hombres.
En los Proverbios una oración dice: “No me des pobreza ni riqueza. Mantenme del pan necesario. No sea que me sacie y te niegue…o que siendo pobre, hurte y blasfeme el nombre de Dios…”
Esta ley es un gran camino a seguir, para no desviarnos.
Marcel Legarra, Uruguay
Guardar su ley es nuestro éxito
