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LECTURA: 1ª CORINTIOS 14:7-9
“Y si la trompeta diere sonido incierto, ¿quién se preparará para la batalla?” v.8
La incertidumbre puede que sea uno de los peores sentimientos que existe, especialmente si involucra algo de importancia y en el momento no sabemos qué hacer.
El versículo bíblico de hoy hace que me pregunte: ¿Qué debo hacer cuando no tengo la certeza de algo? ¿Es el momento propicio para tomar una decisión? ¿Debo esperar y preguntarle a Dios sobre la decisión a tomar?
El diccionario define la incertidumbre como: “falta de seguridad, de confianza o de certeza sobre algo, especialmente cuando crea inquietud”. Cada día nos vemos avocados a tomar decisiones y algunas producen incertidumbre por el miedo a equivocarnos, el temor a no querer renunciar a ninguna opción o pensar renunciar a todas.
Hay decisiones trascendentales que, cuando estamos frente a ellas, por su complejidad bloquean nuestro entendimiento y causan pánico. Debemos aprender que el tomar decisiones tiene mucho que ver con nuestra actitud frente a la vida cuando se nos presentan varias alternativas o tal vez solo una. La decisión no solo me afectará, sino que alcanzará a mi familia, a mis negocios a mi entorno.
Podemos responder a la incertidumbre de la vida con la certeza del plan y propósito que Dios tiene para nosotros. El teólogo Charles Spurgeon dijo: “Dios está cercano, por lo tanto, la esperanza está cercana”.
En medio de la duda y la incertidumbre recuerda lo escrito en el libro de Juan 8:12, “Otra vez Jesús les habló, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.”
Carlos Julio Cárdenas, Colombia
Demos gracias a Dios porque Él tiene la salida
