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¡Consolar!
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LECTURA: GÉNESIS 28:10-22
“Y todas las familias de la tierra serán benditas en ti y en tu simiente”. v.14
La familia es una comunidad donde encontramos amor, alegría, respeto; pero también tristeza, dolor, sufrimiento. Sin embargo, si todas esas emociones se viven y comparten juntos, estaríamos hablando de una unidad indisoluble.
Varios son los elementos importantes para esa convivencia: conocer bien a cada miembro de la familia; aprender primero a escuchar y luego hablar; apoyarse unos a otros y buscar tiempo para compartir con alegría.
El temor de Jehová es el principio de la sabiduría, Él la da abundantemente y sin reproche. Las relaciones interpersonales mejoran con la ayuda de Dios y una buena disposición al conducirnos. Dios creó a la familia para garantizar la felicidad entre sus miembros cultivando el amor y el respeto.
En la actualidad hay muchas familias disfuncionales por diferentes causas. Solo Dios y el perdón en cada corazón pudieran consolidar nuevamente estos hogares. En cualquier circunstancia por la que atraviese la familia se debe actuar de manera prudente, paciente, eficaz y con amor.
Dios tiene el control de todo. Es importante recordar que la obediencia a Dios nos permite vivir en paz con todos. Mantener los valores y una buena actitud es el reflejo de una familia feliz.
Buscar la unión y celebrar el altar familiar cada día, ayuda al crecimiento personal, espiritual; cultiva el amor y la comprensión entre sus miembros. Se responsable con tu familia, pasa tiempo de calidad con ellos y disfrútala mientras Dios dé vida y salud. El hogar es un pedacito de cielo que Dios te ha regalado, da gracias y valóralo.
Aura Arriaga de Ostos, Venezuela
La familia es el modelo perfecto de Dios
